Luego de la muerte de Lenin y ante de la falta de organizaciones revolucionarias consolidadas, las revoluciones en Europa y Asia fueron derrotadas, esto sentó las bases para una fase de reflujo en el seno mismo de la Unión Soviética, la pérdida de la perspectiva de una victoria inmediata llevó a subterfugios tales como el "socialismo en un solo país" es decir, la idea de que se podía construir el socialismo en la Unión Soviética al margen de que la revolución se extendiera.

Esto era una revisión reaccionaria de la teoría marxista, como también lo fue la idea de la revolución por etapas -(separar la revolución democrática de la revolución socialista) y el Frente de varias clases o frente popular, que consiste en concertar una alianza política y programática entre las organizaciones de los trabajadores y organizaciones burguesas. Como la burguesía sólo esta dispuesta a apoyar su programa el frente popular o amplio sólo supone una claudicación de las organizaciones obreras frente a las burguesas.

La creación de la III Internacional era una consecuencia lógica del triunfo de la revolución de octubre de la incapacidad, probada, de la segunda internacional pata hacer frente a la revolución. Como en muchas ocasiones señaló Trotsky la segunda internacional paso de ser la proclamadora de un futuro socialista indeterminado a ser, -en la época de la crisis orgánica de la burguesía-, un autentico doctor del capitalismo (Trotsky, la lucha contra el fascismo).

Hasta la enfermedad de Lenin la tercera internacional, en sus cuatro primeros congresos jugo un papel importantísimo en la creación de organizaciones revolucionarias a nivel mundial. Los obreros y activistas más sanos concentraron sus esfuerzos en la creación del "partido de la revolución mundial", no obstante los acontecimientos en el seno mismo de la Unión Soviética se vieron pronto reflejados en la II internacional, la inmensa autoridad de la revolución de octubre, que el partido soviético tenía pasó de ser un elemento positivo a ser un elemento negativo al emplearse no para la promoción de la revolución mundial sino para beneficio de la burocracia con barniz soviético que estaba poco a poco tomando el control tanto del estado obrero como del partido comunista.

La degeneración del Estado Obrero ruso, el cual tenía como marco decisivo la derrota de las revoluciones posteriores a la Rusa, provocó la adopción de estas política que a la postre fueron factor para nuevas derrotas, como la Alemana de 1933, la Española, la China, etc. Se creó un círculo vicioso que los marxistas tenían la obligación de combatir preservando el espíritu con que fue creada la Tercera Internacional y que sigue una línea de continuidad muy clara con la lucha dada por Marx en su tiempo.

Es esta ocasión no sólo se veían enfrentados a una derrota de la burguesía sino a la acción del aparato soviético que, temeroso de quedar en descubierto ante las masas, emprendió una persecución y un aniquilamiento físico de todo aquel que pudiera significar el recuerdo del auténtico marxismo.

Trotsky, el mejor compañero de Lenin, se vio enfrentado a la necesidad de preservar el legado del marxismo revolucionario a las siguientes generaciones y al mismo tiempo emprender una lucha contra el estalinismo y la propia burguesía.

En 1927 Trotsky fue separado del partido y luego deportado a un lejano lugar de Asia Central, Alma Ata, para el V congreso de la Internacional Comunista Trotsky intentó intervenir con un documento de análisis de la política de la internacional comunista después de Lenin, dicho documento nunca pudo ser discutido ya que los estalinistas se encargaron de impedir que llegara a manos de los delgados. Sólo por cuestiones verdaderamente casuales James Cannon, uno de los delegados del partido comunista norteamericano, obtuvo una copia, la cual logró dar a conocer en el exterior y por ese conducto se intensifico el proceso de conformación de una corriente comunista más organizada; la Oposición de Izquierda internacional.

Los estalinistas contaban con todos los medios del Estado y con la Internacional comunista. Para muchos trabajadores, sin la información de lo que realmente sucedía, ellos representaban el legado de Lenin cuando en realidad eran su negación absoluta. Los trotskistas se vieron en la necesidad de emprender una lucha a contracorriente en grupos muchas veces bastante reducidos.

Luego de su deportación a Turquía (Prinkipo) Trotsky intensificó los esfuerzos por consolidar a la oposición de izquierdas como un grupo de oposición leal en el seno de los partidos comunistas, la tarea de los oposicionistas era la de luchar por la reforma de los partidos comunistas sobre la base del autentico leninismo plasmado en los cuatro primeros congresos de la internacional.

No sin razón Trotsky decía que la principal sección de la oposición hasta esos días era la de la misma Unión Soviética, decenas de miles de jóvenes y trabajadores que se declaraban o se sospechaba eran adeptos de las ideas de Trotsky eran detenidos y encerrados en campos de concentración, no obstante mantenían de manera firma su confianza en la revolución y en el socialismo.

No obstante a partir de 1930 comenzaron una serie de procesos que culminaron en la ejecución sumaria de la gran mayoría de los revolucionarios detenidos. Este proceso no fue automático, no obstante para finales de los años treintas la masacre en contra de todo aquello que significara pasado revolucionario adquirió niveles monstruosos. Las purgas abracaron incluso a cercanos colaboradores estalinistas de los cuales se tuviera una sospecha por mínima que esta fuera.

Esta guerra civil unilateral impidió que los revolucionarios dentro de la unión soviética pudieran jugar algún papel importante en los esfuerzos que Trotsky hacía internacionalmente. De este modo Lev Davidovich se vio forzado a trabajar con todo tipo de personas que se consideraban críticos del estalinismo, entre ellos había gente honesta, como los esposos Rosmer de Francia, que a pesar se la amistad que les vinculaba a Trotsky eran absolutamente incapaces de crear absolutamente nada serio.

Los principales cuadros y activistas del movimiento obrero no conocían el verdadero rostro del estalinismo y no era posible que mirarán al movimiento trotskista como una alternativa, de ahí comentarios como los de José Carlos Mariátegui que pese a ser admirador de Trotsky señalaba: "la revolución rusa es mucho más grande que incluso sus propios héroes", justificando la ciada de Trotsky como la necesidad de pasar del heroísmo de las luchas a la consolidación pacifica del socialismo. El tiempo mostraría a Mariátegui, precisamente poco antes de su muerte que la lucha entre Stalin y Trotsky representaba algo más que el cambio de la bayoneta por el martillo.

Entre los que se acercaron Trotsky había gente de todo tipo, incluso infiltrados del estalinismo que hacían todo los posible por mantener dividido y diezmado al movimiento. Ahora se sabe que los conflictos tanto en la sección alemana como en la francesa eran azuzados por agentes estalinistas ( Pierre Brué, La Revolución perdida). Otros eran simplemente intelectuales burgueses desubicados que creían ser revolucionarios pero que al cabo de las primeras dificultades abandonaban la empresa acusado al socialismo o al centralismo democrático de todos los males posibles, ese

fue el caso de los intelectuales norteamericanos Estman y Shactman.

Trotsky observaba esto y procuraba combatir estas corrientes que amenazaban con matar al movimiento en la propia gestación, como vemos en la cita siguiente:

"El desarrollo de la Liga se ve no menos penosamente afectado por otra característica de la dirección: se tolera pasivamente a elementos que se sabe son extraños y perturban la actividad. Una organización revolucionaria no puede avanzar sin una limpieza interna, especialmente en las condiciones de trabajo legal, cuando frecuentemente se nuclean bajo las banderas de la revolución elementos casuales, ajenos y degenerados".

Trotsky no eligió con quien trabajar sino que lo hacía con lo que podía. Duras fueron sus batallas en el seno de los pequeños grupos de la oposición por vincularlos en el trabajo en las organizaciones de masas. Para 1933 luego de la toma del poder por parte de los fascistas del partido Nazi en Alemania, Trotsky planteó la idea de que era necesario centrar las bases para construir una IV internacional, esto supuso una nueva tensión para el movimiento trotskista pero las necesidades del movimiento obligaban a Trotsky a trazar tareas acordes a las necesidades del a revolución mundial mientras que luchaba con todas sus fuerzas preparar organizativamente al movimiento que el bautizó como bolchevique leninista, para estar a la altura de los acontecimientos que se avecinaban.

Pero el asunto se volvió aún más candente cuando a mediados de los años treintas la crisis del capitalismo llevó a muchas organizaciones, tradicionalmente reformistas, a sufrir un proceso de radicalización; el Partido Socialista en Francia y España, el Laborismo en Gran Bretaña, etc.

El intervenir en las organizaciones de masas donde se desarrollaba un fermento revolucionario fuera de la influencia de los estalinistas, se mostraba como una oportunidad para sentar las bases para una nueva internacional, en 1935 Trotsky señaló:

"Las tendencias de oposición tienen hoy en día un carácter eminentemente centrista, es decir, entre el socialpatriotismo y la revolución (...) Los marxistas deben ser capaces de encontrar las maneras de acceder a todas estas tendencias, para con el ejemplo y la propaganda acelerar su camino hacia posturas revolucionarias".

Pero una gran parte de los que se decían seguidores de Trotsky no lo entendían, argumentaban pretextos como la independencia del partido de los trabajadores cuando no observaban que dicho partido aún no existía y que sólo se gestaría en una lucha irreconciliable contra el reformismo pero no en el vacío sino en el seno de las organizaciones donde los mejores elementos de la clase obrera se estaban expresando:

"El partido proletario tiene que ser independiente. Totalmente cierto. Pero la liga todavía no es un partido. Es un embrión y un embrión necesita cobertura y una nutrición para poder desarrollarse" (León Trotsky La liga frente a un giro). Trotsky daba una batalla en diversos frentes, si bien el frente de crítica científica de la revolución traicionada fue el que le generó más simpatías, incluso dentro de muchos militantes de los partidos oficiales, su lucha por construir una alternativa organizativa a la internacional comunista fue francamente incomprendida.

En el momento mismo en que Stalin aniquilaba a todos los revolucionarios que acompañaron a Lenin y Trotsky en el triunfo de la revolución de octubre había personajes de la talla de Andrés Nin y Víctor Sergue que se negaban a adoptar las consecuencias políticas y prácticas de la crítica de Trotsky al estalinismo. Quizá el elemento más capaz además de Trotsky fuera de Rusia era su hijo León Sedov, el cual, desde Francia destinaba todas sus energías por enfrentar las tareas prácticas de construir los cimientos de la IV internacional.

En la siguiente parte abordaremos los principales acontecimientos que rodearon a la formación de la IV internacional.

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