Sin acciones de fondo que eliminen toda esa clase de problemas, cualquier reforma en la UAM-I será sólo una medida cosmética que pretendería aparentar cambios para que todo siga igual, asegurado de esa manera que los intereses de los grupos de poder no sólo se mantengan intactos sino que además se fortalezcan. Pero no sólo ello, sino que además esa clase de reforma tendría como principal objetivo el poner a nuestra universidad en la órbita de la reaccionaria contrarreforma educativa de Peña Nieto, misma que sólo pretende debilitar a la educación pública y los derechos de profesores y trabajadores, en beneficio de las instituciones privadas. Desde ahora estudiantes, profesores y trabajadores debemos rechazar categóricamente cualquier intento de reforma en la UAM-I que no tenga como objetivo fortalecer a nuestra institución en tanto universidad pública.

La reforma y UAM-I que necesitamos

De acuerdo al Plan de Desarrollo Institucional 2001-2024 elaborado por las propias autoridades universitaria, solo el 15% de los que ingresan a todas las unidades que conforman la UAM termina la carrera en el tiempo estipulado; de acuerdo a ese mismo documento una de las razones que explica esa clase de resultados es la problemática económica que padecemos la mayoría de los estudiantes uameros. Además, en “La deserción escolar universitaria: la experiencia de la UAM”, del investigador Rodríguez Lagunas, se destaca que un alto porcentaje de estudiantes uameros trabaja de cuatro a ocho horas diarias para apoyar el ingreso familiar y para mantener sus estudios; por si fuera poco Rodríguez Lagunas también señala que el problema de la deserción escolar se agudiza en la UAM-I debido a que en nuestra unidad el 61.4% de la población estudiantil tenemos nuestros origen en un estrato social bajo o bajo medio.

Una reforma educativa en la UAM-I no puede cerrar los ojos ante toda esa realidad, de hacerlo el resultado seguirá siendo el mismo que se ha obtenido desde hace muchos años: condenar al fracaso escolar a miles de jóvenes que con mucho sacrificio y esfuerzo luchan para forjarse un futuro mejor junto a sus familias a través de una carrera universitaria.

Es por ello que una verdadera reforma universitaria debe eliminar ese voluminoso aparato de altos burócratas y sus obscenos privilegios, mismo que absorben cada año varios millones de pesos del presupuesto a costa de debilitar la vida académica de la UAM-I. Cualquier compañero puede constatar ello si se da un poco de tiempo para revisar la forma en que fue distribuido el presupuesto de 2015 de las diferentes unidades de la UAM. Para hacerlo puedes consultar la siguiente liga: http://www.uam.mx/transparencia/presupuesto/presup2015/CUADERNO_2015_PRESUPUESTO_16_diciembre_2014.pdf

Todo ese presupuesto que absorbe parasitariamente la alta burocracia de la UAM-I tiene que ser reasignado al fortalecimiento de la biblioteca, para actualizar la infraestructura de laboratorios y talleres, para ampliar el número de becas disponibles, para desarrollar el servicio del comedor y la cafetería con precios subsidiados, etcétera. Urgen mejores condiciones de estudios, sin ellas en definitivo cualquier reforma educativa por muy buena que sea en contenidos y en didáctica, inevitablemente se trasformará en letra muerta.

También es prioritario modificar los planes de estudio para asegurar una educación científica, crítica y al servicio de las capas más golpeadas de la sociedad en un marco de libertad de cátedra, pero en la que además se modifiquen sustancialmente tiempos y cargas académicas con la intención de una vez por todas dejar atrás un régimen escolar que es verdaderamente agobiante, mismo que por sus extremas cargas académicas, termina transformándose en una carga muy pesada en especial para los estudiantes que además trabajamos, derivando en que muchos de nosotros a la postre seamos obligados por éste sistema a abandonar nuestros estudios. En definitiva tener en cuenta esa clase de necesidad no va en demerito de la calidad educativa.

Además no se puede tolerar ni una clase de reforma que lesione los derechos de profesores y trabajadores; por el contrario ésta debería servir para asegurar las condiciones laborales necesarias para garantizar los servicios administrativos, manuales y académicos necesarios y de calidad para una formación universitaria óptima.

Pero una educación en condiciones adecuadas no es sólo asunto de las autoridades universitarias y sus allegados; en excelencia es una tarea que debe quedar en manos del conjunto de la comunidad estudiantil, académica y de trabajadores de la universidad. Por ello demandamos que si las autoridades pretende impulsar una reforma educativa, ésta sea bajada al conjunto de la comunidad de la UAM-I para asegurar la participación democrática y directa de todos los sectores que la conformamos; pero también planteamos que en todo caso dicha reforma deberá democratizar nuestra universidad y sus órganos de gobierno empezando por la aprobación de la elección por medio de voto directo y universal del Rector y todos los altos cargos universitario, además de establecer la revocabilidad de todos esos cargos en cuanto la comunidad uamera consideré que los individuos que los conforman han incurrido en políticas que atentan contra el espíritu de la universidad pública.

Organízate y lucha con el CEDEP

Los compañeros que formamos parte del Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública (CEDEP) en la UAM-I exhortamos a toda la comunidad de estudiantes, profesores y trabajadores a mantenernos atentos ante cualquier intento de las autoridades y del Consejo Académico de la UAM-I de empujar una reforma educativa a espaldas de todos nosotros y sin nuestra participación directa tomando las principales decisiones. En la UAM-I ni en ninguna otra unidad existe democracia y debemos oponernos firmemente a toda simulación a través del Consejo Académico para imponer una contrarreforma bajo el falso argumento de que se trata de un órgano colegiado a través del cual estamos representados. Debemos exigir que en lo inmediato las autoridades expongan públicamente sus planes reformadores al mismo tiempo que debemos movilizarnos con fuerza para obligar al Rector Octavio Nateras y al Consejo Académico a abrir un proceso que asegure la participación del conjunto de la comunidad de la UAM-I como principal protagonista para la toma de decisiones en los asuntos más importantes nuestra universidad.

También llamamos a todos los grupos académicos a desarrollar asambleas para discutir su postura ante una eventual reforma educativa en la UAM-I y para firmar cartas y resoluciones para enviarlas a todas las autoridades de nuestra escuela repudiando un proceso que no sea democrático y en el que se excluya a estudiantes, profesores y trabajadores.

Compañero estudiante la política de Peña Nieto ha puesto en riesgo al conjunto de la educación pública; esa misma política pero retomada por el conjunto de las autoridades de la UAM y de la UAM-I ahora ponen en peligro a nuestra universidad y a nuestro derecho a gozar de una carrera universitaria. ¡No se los permitamos! El camino para impedirlo es organizarnos bajo una política de unidad con todo aquel joven o grupo de jóvenes que están dispuesto a luchar, preparando y lanzando acciones que movilicen al mayor número de estudiantes en unidad con los trabajadores, pero que además llame a construir una organización estudiantil de carácter nacional y permanente que lance una lucha sin cuartel contra la derecha y en defensa de la universidad pública de todo México. Esa es la alternativa que impulsa el CEDEP y a la cual te invitamos a que te unas.

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