Entrevista a Gabriel Reyes trabajador de Zanon, empresa recuperada por sus trabajadores en Argentina

Entrevista a Gabriel Reyes trabajador de Zanon, empresa recuperada por sus trabajadores en Argentina

EM.- Cuéntanos un poco sobre la historia de la empresa.
 GR.-
Es una empresa de porcelanas y pisos. Su antiguo dueño es un empresario italiano que en 1980 se instaló en Argentina en la época de la dictadura militar. Creció e hizo una fortuna. No pagó los créditos ni nunca pagó nada y a través del tiempo. Llegó a tener 800 trabajadores. Nosotros estábamos dentro del Sindicato Ceramista. La Comisión Interna (Comité de Empresa) y el sindicato a nivel regional negociaban despidos masivos con el patrón. Si tenían problemas con unos activistas daban los nombres a la empresa y de la noche a la mañana los compañeros estaban despedidos.
 EM.- ¿Cómo empezaron a cambiar esta situación?
 GR.-
En el año 1997 a un compañero activista se le ocurrió hacer un torneo de fútbol y así nos empezamos a organizar. Desde allí surgió la nueva Comisión Interna que pudo competir en las lista de delegados. La empresa intentó echarlos pero nosotros respaldamos a los compañeros. Impulsamos una campaña interna y luego en otras fábricas de la zona. Se ganó el sindicato a nivel provincial. Sacamos a la burocracia dentro de la fábrica y del sindicato provincial. La empresa al sentir esta enorme presión sindical y además la situación política y económica en todo el país realizan un cierre patronal. Decide parar la planta y empezar a desmantelarla, llevarse toda la maquinaria nueva para instalarla en Chile. No sólo no les dejamos hacerlo sino que tomamos la planta y no les dejamos volver a entrar nunca más. En seis meses no tuvimos respuesta tanto del gobierno, ni de los dueños.
 EM.- ¿Qué ocurrió tras la toma de la empresa?
 GR.-
Viendo que pasaba el tiempo, que teníamos miedo de quedarnos sin trabajo cuajó la idea de tomar la planta y ponerla a producir aunque algunos compañeros planteaban que había que esperar otro empresario. No nos quedó ningún ingeniero ni supervisor ya que ellos no estaban de acuerdo con nosotros. En marzo de 2002 se toma la fábrica y en octubre empieza a funcionar con 15.000 metros cuadrados mensuales de producción. Hoy después de 6 años estamos en los 420.000 metros cuadrados mensuales. Éramos 270 trabajadores y hoy somos 470 dentro de los cuales están el equipo de salud organizado por los mismos trabajadores y por gente de los hospitales regionales con los que hicimos un convenio. Tenemos distintos médicos trabajando el la planta: clínicos, pediatras, un psicólogo.
 EM.- ¿Cuáles son los resultados de la gestión obrera?
 GR.-
La calidad de elaboración que se conseguía antes en la planta era del 81,5% y hoy estamos en el 86% de calidad. Eso se debe al sacrificio que hacemos todos porque sabemos que a mejor calidad menor costo de producción y mejor ganancia. Podemos distribuir mejor los recursos, por ejemplo se han mejorado en cuatro veces los sueldos que cobrábamos al principio. Los primeros tres años estuvimos cobrando todos el mismo sueldo y sin cobrar horas extras. Una vez que nos hicimos cooperativa pudimos mejorar esto. Por ejemplo al que hace turnos rotativos se le paga un plus, al que tiene antigüedad también. Los dirigentes no cobramos de más sino el salario básico. Los puestos de coordinadores y del sindicato dentro de la planta son rotativos y se renuevan cada tres años. No se puede ser elegido por más de dos períodos. Las trabas las pusimos por los problemas que tuvimos con la burocracia. Esto es control obrero. Luchamos también por la igualdad de la mujer. A través de 6 años de gestión obrera hay 30 mujeres de las cuales una es la dirigente máxima de la cooperativa, cobran los mismos salarios y tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones que nosotros.
 EM.- ¿Qué objetivos se plantean los trabajadores de Zanón?
 GR.-
Para nosotros estatizar significa que el gobierno expropia para dirigir ellos la empresa. Nosotros luchamos por la nacionalización bajo control de los trabajadores para que seamos nosotros quienes manejemos la planta. Hasta el momento la cooperativa es el mejor control obrero legalizado. Pero ¿qué pasa con la cooperativa? Te lleva a auto explotarte a ti mismo. Una solución para estar tranquilos sería la expropiación a nivel nacional de todas las empresas recuperadas por los trabajadores. Pero el sistema capitalista nunca nos va a dejar tranquilos.
 EM.- ¿Qué les dirías a los trabajadores europeos?
 GR.-
Una empresa sin dueño puede funcionar pero sin trabajadores no. Si nosotros pudimos hacerlo, ellos también pueden. No somos superhéroes. Si nosotros no hubiésemos estado organizados la depresión del 2001 nos aplastaba. Para esto la asamblea de los trabajadores es el mejor método que podemos emplear porque es cuando menos errores se cometen. Incluso cuando se decide por mayoría se impulsa más a que eso se concrete y no la elección individual de los dirigentes. Defendemos una herramienta que es el sindicalismo. Los trabajadores se tienen que afiliar a los sindicatos. Si los dirigentes del sindicato son burócratas hay que echarlos. En cuanto a una alternativa política creo que votando en las urnas el cambio no va a venir, hay un descreimiento total hacia las organizaciones políticas. La solución vendrá a través de una revolución. Hay que cambiar esta sociedad.


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