Sin duda, los efectos que dejó el terremoto matamorense del movimiento obrero 20/32, sigue repercutiendo en la vida política, en la vida cotidiana y en la consciencia de la clase trabajadora de Matamoros y diversas partes  del país. Este movimiento convirtió en escombros: la actitud sumisa, la ideología de “la ley de Herodes” y la acción individualista, que el capitalismo nos imponen desde las escuelas para atender la lógica de su modo de producción, en donde primero que todo la explotación, el “egoísmo” y la cabeza baja deben ser las leyes que deben cumplir los trabajadores.

Como todo movimiento que hace temblar la tierra desde sus profundidades, el 20/32 fracturó las estructuras viejas de un régimen semidemocrático en donde sólo los partidos políticos deben ser los únicos a ser votados en elecciones. Es en este sentido que este próximo 2 de junio, en las elecciones a elegir diputados locales para Tamaulipas, el movimiento obrero arrebatará del juego hipócrita de los grandes partidos que representan a los empresarios y centrales obreras explotadoras, el protagonismo verdadero de ser representantes del pueblo trabajador para el pueblo trabajador.

Aunque haya muchos intelectuales de izquierda que critiquen y desprecien la participación de miembros del movimiento en elecciones, alegando que se perderá la esencia obrera del movimiento y se caerá en la lógica de la democracia burguesa, no podemos negar que el 20/32 se ha ganado la simpatía de la población matamorense, que esta inclinada en un 80 por ciento a favor de los candidatos obreros pese a no tener registro. Los obreros han ganado reconocimiento, la unión y la credibilidad debido a su garra, su contundencia y fortaleza para lograr conseguir su bono, aumento salarial y ahora mismo, realizar una campaña de casa por casa, colonia por colonia, autofinanciada, con mucha creatividad, sacrificio e iniciativa. Un triunfo significativo y contundente para todos los trabajadores de Matamoros y del país entero que refleja el potencial transformador de los trabajadores organizados y luchando en las calles y hoy acertadamente quieren llevar esto a un terreno más amplio, el de la lucha contra la degradación social, por la seguridad de la población, por guarderías y servicios de calidad para las mujeres y hombres trabajadores, así como brindar de espacios y oportunidades para la juventud.

Cabe recordar que el mayor flujo económico de Matamoros se debe justo a las maquilas, lo que para miles de trabajadores se convierte en su principal fuente de ingresos al laboral en estos sitios. 95 empresas son las que se fueron a huelga y en 90 se logró el triunfo del 20/32.  

Esta potencia y fuerza del movimiento no hace más que callar a esos dirigentes de “izquierda” que pretenden descalificar el movimiento huelguístico y obrero acusándolo de desestabilizador de la cuarta transformación. Justo ese menosprecio hacia la clase trabajadora que los llevó al poder, da más elementos para que los trabajadores decidan tomar el control de la situación en sus manos y no confiar en empresarios y empresarias vestidos de ovejas de izquierda.

El Movimiento Obrero Matamorense 20/32 (MOM 20/32) eligió candidatos para cuatro distritos: IX Mayra Lizeth Cepeda Leal; X Juan Luis Gaytán Ramírez, XI Everardo Gómez Aguayo y XII Gloria Isela Juárez Núñez. Las réplicas del movimiento han alcanzado a Reynosa y Cd. Victoria en donde hay trabajadores dispuestos a participar como candidatos independientes en nombre del MOM. Dos mujeres y dos hombres con sus respectivos suplentes recorren día a día calles, colonias y negocios para explicar a la gente la importancia del voto a cualquiera de estos candidatos. La respuesta y recibimiento de la población a las propuestas y a las candidaturas se ha visto sobrepasada para los mismos trabajadores. Existe información y datos “no formales” de que el porcentaje de intención de voto a partidos políticos (todos juntos) no alcanza al porcentaje de intención de voto de los candidatos independientes del 20/32.

La clase obrera matamorense ha roto con los prejuicios de clase e intelectuales de que sólo los “preparados “ o los “políticos” son los únicos capaces de hacer política o de estar en el Congreso. Ha quedado claro que esos personajes “ilustres” de trajes y vestidos de marca no han visto ni verán por los derechos de los trabajadores. Las y los trabajadores de fábrica, forjados en la lucha en las calles, confrontando a medios de comunicación, enfrentándose a los cuerpos armados del Estado, sacando sus propias lecciones y puliendo día a día su discurso y empujados por sus mismas compañeras y compañeros, son capaces de dar pasos agigantados hacia mejores condiciones de vida. Tal como las trabajadoras afirman: “tampoco sabíamos que teníamos derecho a un aumento salarial o a un bono y lo conseguimos”.

Ahora más que nunca el MOM 20/32, debe dar muestras contundentes de unidad y de lucha organizada para evitar que la derecha y sus representantes tomen cualquier indicio, por pequeño que sea, para restarle credibilidad al movimiento y a los candidatos. Debe seguir prevaleciendo el ambiente de formación política, de compañerismo, de solidaridad y de disciplina obrera y permanente de rendición de cuentas hacia la población, y control mediante las asambleas, para evitar que los empresarios, los lideres charros y los reaccionarios, coopten al movimiento y con ello lo lleven a una derrota.

Los candidatos del 20/32 están firmes y conscientes de que lo que han logrado ha sido gracias a esa relación y compañía con la clase trabajadora matamorense. Que el 20/32 ha dado un salto de la fábrica a la transformación de la sociedad y que las demandas deben aglutinar el descontento de todos los sectores oprimidos de Matamoros, y que gracias a ellos pudieron tener voz.

Como después de cualquier terremoto, es necesario tirar a la basura todos esos escombros de una vieja construcción y construir una nueva desde los cimientos. Que los obreros coloquen las bases de una nueva estructura con mayor fortaleza, mejores condiciones y más alta. Que sea la primera piedra de la construcción de una nueva sociedad, la sociedad de la clase trabajadora.

Y como ellos mismo dicen, esto apenas es el principio…


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