El pasado 15 de febrero se desarrolló un brutal enfrentamiento entre integrantes de la sección 22 del magisterio y elementos de la policía federal y estatal. Los hechos ocurrieron cuando los sindicalistas del magisterio democrático se movilizaron en marcha hacia el zócalo de la capital de Oaxaca para expresar su repudio por la visita del espurio Calderón a dicha ciudad para participar en un acto oficial en con el gobernador del estado, Gabino Cué. Sin embargo el intento de los profesores fue repelido salvajemente por las fuerzas represivas. La confrontación se extendió por espacio de siete horas dejando un saldo de 20 detenidos y 30 heridos de entre los profesores.

El actual gobierno de Oaxaca, mismo que resultara electo en los comicios desarrollados el 4 de julio pasado y que iniciara sus funciones el 1 de diciembre del 2010, necesitó muy pocos días para, por encima de discursos y demagogia, demostrar su verdadero carácter de clase y filiaciones. Bajo el argumento de que el camino hacia la democracia en Oaxaca pasaba por asegurar a toda costa que el PRI fuera derrotado en las elecciones locales de mediados del año pasado, la derecha del PRD impulsó una alianza electoral con el PAN; este argumento también fue recogido por el PT y Convergencia. Siendo así los cuatro partidos crearon la alianza Unidos por la Paz y el Progreso con Gabino Cué al frente, quien, si bien para entonces ya era senador producto de la alianza electoral creada por López Obrador en 2006, la Coalición Por el Bien de Todos integrada por PRD, PT y Convergencia, en su trayectoria política se registraba su participación en importantes cargos de administraciones priístas tanto en Oaxaca como a nivel federal (en 1994 fungió como asesor y secretario técnico del gobernador de dicha entidad y en 1998 se integró a la Secretaría de Gobernación asumiendo cargos como el de secretario particular del secretario de gobernación y subsecretario de Comunicación Social, por ejemplo), además de haber sido alcalde de la ciudad de Oaxaca (2001-2003) por el PRI.

No obstante a escasos dos meses y medio desde que arrancó la nueva administración estatal, está claro que la democracia no es el común denominador que caracteriza al gobierno de Gabino Cué. Y si no fuera así, ¿entonces qué significado tiene la brutal represión contra el magisterio oaxaqueño y su libertad de expresión? En definitiva las acciones represivas contra la sección 22 del sindicato del magisterio del pasado 15 de febrero expresa muy nítidamente los intereses que están detrás del gobierno de Oaxaca.

Es del dominio público que la campaña electoral de Gabino Cué estovo fuertemente apoyada por el senador priísta Francisco Labastida (entusiasta promotor de la privatización de Pemex) y los ex gobernadores oaxaqueños priístas José Murat, Diódoro Carrasco, Heladio Ramírez y Juan S. Millán.

Por otro lado, además, necesariamente la alianza con el PAN implicó una serie de importantes compromisos de los partidos de izquierda con dicho partido y Calderón para asegurar que los intereses de la reacción estuvieran protegidos al momento de definirse la composición del futuro gobierno.

Una factor más a destacar para ilustrar los serios compromisos del actual gobierno de Oaxaca con la reacción fue la declinación en vísperas de la elección estatal del 4 de julio y a favor de Gabino Cué, de la candidata a la gubernatura del estado por el Partido Nueva Alianza (Panal), Irma Piñeyro Arias, partido el cual es liderado por la corrupta y asesina dirigente del sindicato del magisterio, el SNTE, Elba Esther Gordillo.

En el fondo la participación del PAN, del Panal y de connotados priístas a favor de la candidatura de Gabino Cué y de la alianza Unidos por la Paz y el Progreso, sólo tenía por objeto asegurar cambios de forma (el PRI ya era insostenible dada la degenerada, brutal y represiva administración de Ulises Ruiz) para evitar cambios de fondo, dejando así intactos los intereses y privilegios oligárquicos que durante décadas enteras han explotado a su antojo a los trabajadores y campesinos pobres de Oaxaca. Es decir que la alianza electoral Unidos por la Paz y el Progreso, la cual fue supuestamente creada para formar un frente electoral contra los intereses caciquiles representados por el PRI, en los hechos se ha transformado en la coraza que protege a todos esos caciques que Jesús Ortega y toda el ala de derecha del PRD decía serán combatidos derrotando al PRI en alianza electoral con el PAN.

Sin embargo esa contradicción, la existente entre los cambios cosméticos y la realidad de fondo, no puede ser ocultada indefinidamente por medio de discursos y demagogia; tarde o temprano la verdad sale a flote. Desafortunadamente para Gabino Cué y las falsedades hipócritas de los chuchos, la realidad brotó a la superficie más temprano que tarde, es decir a escasos dos meses y medio desde que inició el gobierno de la colación Unidos por la Paz y el Progreso.

Una primer y contundente expresión de la contradicción entre los reaccionarios intereses que se cobijan bajo el gobierno oaxaqueño y las demandas del pueblo trabajador de dicha entidad es precisamente la represión contra los integrantes de la sección 22 del magisterio el pasado 15 de febrero.

De todos es sabido que a nivel nacional la 22 es una de las secciones del sindicato del magisterio más aguerridas en la lucha por la defensa de la democracia sindical y de la educación pública, así como contra la cacique sindical Elba Esther Gordillo. Ello por sí mismo choca directamente contra la política educativa del PAN y los nefastos intereses de Elba Esther Gordillo.

La defensa de estos intereses, y como una forma de mandar una advertencia al movimiento de masas oaxaqueño y sus tradiciones revolucionarias, es lo que está detrás y que motivó la respuesta represiva del gobierno oaxaqueño y del federal contra los profesores.

En respuesta los profesores han anunciado que desarrollaran nuevas movilizaciones, además de condicionar una respuesta positiva al llamado a dialogar por parte de Gabino Cué  a las renuncias de Irma Piñeyro Arias, secretaria general de Gobierno de Oaxaca; de Bernardo Vásquez Colmenares, director general del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca; y de Marco Tulio López Escamilla, Secretaría de Seguridad Pública de dicha entidad.

La petición ha sido rechazada por el gobernador; sin embargo es importante preguntarnos sobre el origen de esos tres personajes, cuya cabeza exigen la sección 22 del magisterio y que Gabino Cué está defendiendo. Veamos:

-           Irma Piñeyro Arias, ex candidata a la gubernatura por el Partido Nueva Alianza (Panal). Días antes de las elecciones declinó a favor de Gabino Cué.

-           Bernardo Vásquez Colmenares, aspirante por el PAN para contender por la alcaldía de la capital oaxaqueña en las pasadas elecciones del 2010.

-           Marco Tulio López Escamilla, ex coordinador de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSPF) y ex subprocurador en la región de la Cuenca durante la administración de José Murat,

Esos personajes representan toda esa clase de intereses reaccionarios que han encontrado un magnifico espacio de reproducción en las alianzas electorales de los partidos de izquierda, en este caso del PRD, PT y Convergencia, con el PAN y otras expresiones políticas de la burguesía como priístas en activo, ex priístas o el Panal y Elba Esther Gordillo. Para superar esa contradicción Gabino Cué tendría que romper con todos ellos y echarlos de su administración, pero no puede hacerlo, sus compromisos y dependencia con esas mismas fuerzas lo atan de pies y manos, factor que crea un contexto favorable para nuevos y violentos choques entre las clases.

La anterior es una perspectiva que para nada es descartable en un estado como Oaxaca en el cual las graves contradicciones políticas, económicas y sociales que se padecen no sólo no han desaparecido sino que además han encontrado un nuevo escaparate para su reproducción través del gobierno de coalición entre PRD, PAN, PT, Convergencia y Panal; dicha realidad inevitablemente choca de frente con las profundas tradiciones revolucionarias del pueblo trabajador oaxaqueño las cuales se ya se manifestaron de magnifica manera en la insurrección revolucionaria del 2006, misma que arrojó como uno de sus resultados el surgimiento de la APPO.

El actual gobierno de Oaxaca es un ejemplo de peso que ilustra el hecho de que la política de alianzas con el PAN impulsada por la dirección del PRD no representa ningún avance para la lucha social de los pobres, sino todo lo contrario; es por ello que la base militante del PRD y de Morena tienen que presionar con todo para derrotar la política de alianzas con el PAN y con ex priistas arrepentidos, además de obligar a los partidos de izquierda a romper totalmente con la Calderón y su partido.

No hay error que no se pague y en ocasiones estos se pagan muy caro: abrigados por el PRD y demás partidos de izquierda, Calderón, Elba Esther, la burguesía nacional y demás oligarcas oaxaqueños pretenden seguir aplicando la misma política de siempre de explotación y opresión en aquel estado; sin embargo el pueblo trabajador de Oaxaca ha demostrado con creces que está muy lejos de quedarse cruzado de brazos frente a los ataques.  Ello crea una situación potencialmente convulsiva en la cual, de un momento a otro y si las cosas no cambian, podrían derivar en nuevas confortaciones de clases con características muy álgidas, lo cual inmediatamente sentaría a Gabino Cué sobre un barril de pólvora, teniendo que pagar éste todas las consecuencias políticas. En otras palabras las alianzas con el PAN también son útiles para que la derecha aplique su política y que el sacrificio corra a cuenta de los partidos de izquierda. Esta también es una perspectiva que no puede ser descartada de antemano para el caso del gobierno de Gabino Cué. 

En Oaxaca, bajo el argumento de democratizar a dicho estado, se formó la alianza Unidos por la Paz y el Progreso integrada por el PRD, el PAN, el PT y Convergencia, sin embargo la arremetida represiva del pasado 15 de febrero contra los integrantes de la sección 22 del sindicato de profesores demuestra que las coaliciones electorales con los partidos de derecha aseguran que se mantengan esas mismas prácticas antidemocráticas y autoritarias que caracterizan a los gobiernos del PRI.

PAN y PRI son lo mismo pues representan los mismos intereses de clase, es decir los intereses de la burguesía, es por ello que los trabajadores de todo México no podemos esperar nada bueno de ellos al margen de más represión y explotación. Por ello debemos rechazar enérgicamente la política de alianzas electorales con el PAN y demás agentes de la burguesía y que en las organizaciones de izquierda tienen como su principal promotor a la dirección nacional del PRD.

Para luchar por dicho objetivo es necesario impulsar la conformación de una corriente socialista al interior del PRD que adopte como política transformar al partido en una organización democrática, combativa y con un programa que rompa totalmente con la burguesía demandando la confiscación de sus fortunas y empresas; una tarea de esa corriente sería la de impulsar la integración de los comités de base y lanzar medidas que permitan su acción coordinada con los comités del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), además de trabajar con energía para vincular al PRD con los sindicatos y la lucha sindical; todos ellos (PRD, Morena y sindicatos) actuando como un solo hombre impulsando movilizaciones y organizando huelgas generales para luchar por derrocar a Calderón y frenar su política antipopular.

El anterior es el camino a seguir para derrotar al PRI, y no sólo a éste partido sino también al PAN. Ello es totalmente valido para todas las contiendas electorales que se desarrollarán en este 2011, en especial para las del Estado de México, y las presidenciales del 2012.


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