Este 8 de marzo millones de mujeres en todo el mundo saldremos a las calles a exigir el cese de violencia en contra de nosotras; de diferentes formas el capitalismo nos oprime sólo por ser mujeres, sin embargo, somos las mujeres trabajadoras e hijas de trabajadoras, las que padecemos más de esta opresión.
En México, cada hora se violenta a 5 mujeres, 9 feminicidios se cometen al día, el 66.1 por cierto de las mujeres mayores de 15 años han sufrido algún tipo de agresión y según el INEGI el nivel de delitos no denunciados es de 93.6 por ciento, las razones principales son: la impunidad, miedo a las consecuencias, miedo a ser culpadas por lo ocurrido, no saber cómo hacer la denuncia y no contar con ningún tipo de acompañamiento o asesoría.
Esta terrible situación es consentida y perpetuada por quienes ostentan el poder real —los grandes capitalistas—, y por toda la estructura institucional que los sostiene, desde las fiscalías, los tribunales y todo el aparato policial.
El feminicidio es la forma más grave de violencia pero con ella coexisten otras formas que pueden convertir la vida de una mujer en una tortura mental, emocional y/o física.
Una forma de violencia poco reconocida e incluso solapada por el Estado es la sobre explotación laboral que viven las mujeres trabajadoras, quienes en México ganamos 34.2 % menos que los hombres, somos discriminadas por tener hijos o estar embarazadas para acceder a un empleo o a un puesto más alto. El sector de edad con mayor desempleo de toda la población son las mujeres de 19 a 24 años, es decir en la edad más fértil.
Sin embargo, una vez que logramos ser aceptadas en un trabajo, los problemas se multiplican, el acoso laboral y el chantaje están en el orden del día, un ejemplo de esto son las cientos de maquiladoras y jornaleras testigos y víctimas de mandos superiores que pretenden hacer uso de su cuerpo como si fuera una mercancía más, como si el miserable salario pagado les diera derecho a disponer de su cuerpo también como de su fuerza de trabajo.
Ser mujer y trabajadora es una doble opresión, a las tareas laborales se suman las del hogar, en el mejor de los casos cuando los compañeros participan por igual no es una ayuda sino parte de su responsabilidad, las tareas del cuidado de los hijos y la limpieza suelen ser muy absorbentes para ambos y más si todas recaen sólo en las mujeres. Esto se complica más cuando el machismo vela en nuestras casas y la violencia, los celos y el control oprimen a nuestro espíritu.
Recientemente se ha recortado presupuesto para las guarderías, esta clase de medidas son completamente contrarias a lo que necesitamos las mujeres, a las que se nos culpa por abandonar a los hijos para ir a trabajar, cuando en realidad es el sistema capitalista el que nos mantiene en la miseria y nos obliga a ello sin dar una alternativa al cuidado de los hijos. El capitalismo es el que abandona a los niños y jóvenes a su suerte.
Las mujeres en México no sólo vivimos la opresión de adultas, la vivimos desde niñas, hay una emergencia nacional por la gran cantidad de feminicidios de niñas, tan sólo a dos horas de comenzar el 2019, en un ambiente aun festivo, una pequeña de nueve años fue violada y asesinada.
Durante la edad escolar, el acoso en las universidades y preparatorias es indignante, pues en la mayoría de los casos no viene de los estudiantes varones, sino de los profesores u otras figuras de autoridad que se aprovechan de su estatus.
Es fundamental dar la batalla contra todas las lacras de esta sociedad, que con saña violentan a nuestras mujeres y niñas, es urgente poner un alto y dar la batalla también contra el machismo institucional que burocratiza, demora y menosprecia a las victimas de violencia de genero.
Este 8 de marzo te llamamos a sumarte a demostrar el peso que tenemos las millones de mujeres que laboramos y estudiamos en este país, a ti compañero te llamamos a solidarizarte con nuestra lucha a marchar junto a nosotras y a convertir la consigna de la Huelga general en una realidad que paralice a este país hasta que se acabe con la violencia y la explotación hacia la mujer.
Súmate al contingente de Libres y Combativas, ven a luchar por la transformación feminista revolucionaria