La práctica del ECOSIG (Esfuerzo para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género), también conocida como “terapia de conversión sexual” ha sido una práctica que ha estado presente desde el siglo XIX por parte de la derecha y grupos conservadores en toda la estructura capitalista, con el fin de alinear a todas las personas al modelo heteronormativo y la familia tradicional. Recordemos que la OMS eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales en 1973 y la Transexualidad en 2018.
La lucha de la comunidad LGTBI+ vs estas prácticas
En comunidad LGTBI+ sabemos perfectamente que la raíz de nuestras opresiones, agresiones y asesinatos por condición de identidad de género, es el sistema capitalista junto al hetero-patriarcado. El sistema busca alinearnos a un modelo tradicional, donde la Iglesia, los pseudo psicólogos y pseudo científicos se lucran en muchos casos con la ignorancia de la gente, tratando la orientación sexual y la identidad de género como si fuera “una gripe” que se pudiera curar con medicamentos −aunque en este caso los medicamentos sean violaciones, terapias de electroshock, enseñanzas sobre los roles que ha asignado la sociedad (el hombre al trabajo y sin llorar, la mujer a la cocina sin hablar), así como impartir “cursos y seminarios” dirigido a sacerdotes y terapeutas bajo el tema “Herramientas para el acompañamiento de personas con atracción al mismo sexo"−. Todas prácticas contra las que los activistas LGTBI+ hemos luchado y contra las que nos hemos manifestado para que se eliminen de una vez por todad, ya que sólo promueven el odio y la discriminación.
Que la ley haya sancionado estas mal llamadas terapias sin duda ha sido un gran logro para la comunidad y es un paso que cada vez nos acerca más a la liberación y emancipación de nuestros cuerpos y vidas, pero queda todavía mucho por hacer. Sólo la lucha organizada nos dará más frutos en esta dirección, por eso ¡Organízate y lucha!
Nadie en el closet, el colectivo combativo a las calles
La comunidad LGTBI+ también ha sido violentada por el machismo, el sexismo y la discriminación. Karl Marx explicaba que el sistema capitalista necesita transformarse continuamente para poder adaptarse a los cambios que se producen en la economía, y esos mismos cambios afectan a la estructura del sistema, aunque la necesidad de opresión permanece. Por eso, para los revolucionarios la lucha por la liberación LGTBI+, al igual que la lucha por la liberación de la mujer trabajadora, es inseparable del combate contra el sistema capitalista y no puede ser concebida separa de la lucha contra este. Debemos que reivindicar la marcha LGBTI+ y arrebatársela a las empresas capitalistas y los comités -quienes la han transformado en un carnaval- para que la clase trabajadora estemos en el lugar que nos corresponde que es al frente de la lucha. Lo cierto es que aún tenemos un gran camino por recorrer, pero no descansaremos hasta tener los derechos que nos corresponden y que por años nos han negado.
Por una vida digna
Desde Izquierda Revolucionaria, el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas somos parte y respaldamos la lucha de la comunidad LGTBI+. Luchamos porque queremos ser libres para ser lo que queremos ser; por una vida sexual responsable y libre, por la liberación de todos los sectores oprimidos, por el derecho a un trabajo digno y prestaciones. Rechazamos frontalmente la homofobia, transfobia, bifobia, lesfobia, además de todas las políticas e ideologías que la fomentan y amparan. No es la raza, la nacionalidad, las creencias religiosas ni la orientación sexual lo que nos diferencia. La sociedad está dividida, claro que sí, pero en líneas de clase, en opresores y oprimidos. Nuestra emancipación sólo puede llevarse a cabo con la unión consciente y organizada de las y los oprimidos en la lucha contra el sistema capitalista.
¡Todos y plenos los derechos para la comunidad LGTBI+!
Nada que curar ¡Queremos ser lo que somos!