La violencia en contra de las mujeres en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y específicamente la ocurrida a las adscritas a la Contraloría, representa la misoginia en la Universidad, aquella que tanto ha presumido combatir el actual ocupante de la Rectoría General, el Dr. José Antonio De los Reyes Heredia.

Ni la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha logrado erradicar la violencia de género en la "Casa Abierta al Tiempo", pues desde el año 2020 emitió dos recomendaciones 2/2020 y 43/2020, sin obtener resultados, pues los funcionarios encargados de impartir justicia, se han amparado bajo la bandera de “autonomía”, para ser intocables y cometer sus fechorías.

El 16 de septiembre de 2016, el Presidente del Patronato Dr. José Enrique Villa Rivera, nombró como Contralor de la UAM, al Lic. Enrique José Garcini Elizondo, quien a su llegada se cercioró de crear su camarilla contratándolos con el máximo salario posible, y para ello despidiendo aproximadamente al 50% de la plantilla que ocupaba puestos de dirección, jefes de departamento, de sección, asistentes de funcionario, personal que contaba con antigüedad de los 10 a 30 años, sin medir y reparar el daño económico generado a la Universidad. 

El Contralor, Lic. Enrique José Garcini Elizondo, desde su llegada tuvo actos de favoritismo, clasismo y discriminación entre el personal, usando como medio a su cuñado el Arq. Mario de Jesús Rangel Barajas, Jefe de Departamento de Obras, bajo su máxima “la Universidad no sanciona, no tiene área de Responsabilidades”. Y, ¿por qué no?, el cuñado Mario de Jesús Rangel Barajas siguiendo la escuela del Contralor y colaborando a la camarilla, llenó la Auditoría Interna con sus “cuates de la escuela”, obviamente personal con nula experiencia en auditoría e integridad, pero muy obedientes en su encomienda de prestarse para fabricar y respaldar los actos arbitrarios que se le ocurran al Contralor Garcini o a su cuñado Mario de Jesús Rangel Barajas, para desprestigiar a las personas que no se les cuadran o que no se presten a sus tropelías. 

Mano derecha del Contralor, compañero de trabajos anteriores y socio del mismo “despacho o consultoría”, fue el anterior Auditor Interno, el Lic. Ulises N, dicho personaje que era la viva representación de Mauricio Garcés, pues tenía la fascinación de creer que a todas las traía muertas por él, en su estilo de dirección, usaba a la auditora que le llenara el ojo con el puesto de su asistente personal, a las que también les proponía realizar actividades de su “Despacho” pagadas del mismo sueldo cobrado en la Universidad.

El Lic. Ulises N, también trajo su propio equipo de trabajo para contribuir a la camarilla, como olvidar al Lic. Juan N, quien en complicidad con el Cuñado Barajas levantaron actas administrativas llenas de injurias, para correr a las compañeras, modus operandi que hasta hoy siguen practicando en complicidad del Abogado General, inclusive en puestos de Dirección.

Herencia del Lic. Ulises y personaje obediente e incondicional del Contralor es el actual Jefe de Departamento Mtro. Edgar Gil Vera, quien cuenta ya con varias quejas y denuncias por el trato que brinda a las mujeres, que consta en tratar mal y humillar no solo el trabajo de las mujeres, incluso con apodos y descalificaciones las exhibe y se burla de ellas, cuando se presentan las quejas de estos acontecimientos, en contubernio con el Contralor pasa de ser victimario a víctima de acoso laboral.

Como si esto resultará menor, recientemente el Contralor Garcini, contrató para ocupar la Contraloría Presupuestal, a otro colaborador de su “Despacho o Consultoría” el Lic. Federico de Alba Martínez, abogado de profesión que llegó con la encomienda, de asesorar al Contralor Garcini para enfrentar las crecientes quejas y denuncias de mujeres agraviadas, claro está, sus honorarios serán pagados por el sueldo que cobra de la Universidad, además de usar la oficina que ocupa en la Universidad para tratar asuntos relacionados con otro trabajo y con el “Despacho o consultoría” del Contralor Garcini.

Todo esto, del conocimiento del Presidente del Patronato, quien irresponsablemente ha ignorado las quejas y denuncias que debiera atender y las ha direccionado al opaco Abogado General, el Mtro. Juan Rodrigo Serrano Vásquez, también ignorante de los Derechos Humanos, quién con sus “investigaciones” e imputaciones sin sustento ha sumado su granito de arena como victimario.

La defensa de los funcionarios y empleados agresores y victimarios ha corrido por cuenta del Abogado General de la UAM, mientras que a las víctimas se les niega esa defensa a la que también tienen derecho por formar parte de la misma comunidad, por lo que han tenido que contratar abogados, pagados con sus recursos y dar la batalla a sus agresores y también a la UAM.

Finalmente, mencionaré a la ignorada e inválida Defensoría de los Derechos Universitarios, con múltiples quejas acumuladas durante años, que no ha logrado alguna acción de protección a las víctimas, mucho menos en contra de estos funcionarios y empleados agresores, situación que no es de asombrarse, pues la creación de dicha Defensoría sirve para entrampar a las personas que tienen la valentía de alzar la voz y denunciar.

En conclusión, esta denuncia pública es un llamado a permanecer unidas como mujeres trabajadoras integrantes de la comunidad universitaria, como son: las estudiantes, las académicas, las trabajadoras de base, administrativas y las empleadas en general, sin importar el régimen de contratación (sindicalizadas, de confianza o de honorarios) para hacer frente y erradicar a la violencia que sufrimos por razón de nuestro género en la UAM, Universidad que promueve la impunidad y silencia a las víctimas.

¡Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio!

¡Ni una más despedida o represaliada por defender nuestros derechos y denunciar la violencia institucional y machista de la UAM!

¡Fuera machistas y misóginos de la UAM!


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