El charrismo sindical es un obstáculo en la lucha por nuestro derecho a condiciones laborales dignas y va de la mano con combatir cada día todo tipo de opresión política, laboral o misógina.
En México se ha abierto una oportunidad histórica para luchar por la independencia sindical y para barrer con todos los esbirros del priismo al interior de los sindicatos. En esta coyuntura, la Coalición de trabajadores de CFE, están realizando un papel muy importante.
La lucha de la compañera Inés es contra todo el aparato y las formas de sometimiento que desde Libres y Combativas e Izquierda Revolucionaria también denunciamos, porque pretende mantener aplastados e indefensos a las y los trabajadores, pero de manera más cruda a quienes se organizan y luchan por un sindicalismo democrático, asambleario y de clase.
La denuncia de la compañera Inés Angelina Alanís Plata con relación a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), es por hostigamiento laboral, violencia, discriminación sindical y despido injustificado.
Inés llegó a la CFE el 3 de febrero de 2014 y firmó un contrato por tiempo indefinido en diciembre de 2017 como "Auxiliar de Servicios I" en la Superintendencia Zona Ermita.
Fue despedida el 30 de abril de 2024, con diversas prestaciones económicas que dejó de percibir tras su salida.
Durante su tiempo en la CFE, nunca recibió la compensación por fidelidad establecida en el contrato colectivo de trabajo.
En 2013, la Reforma Energética promovida por Enrique Peña Nieto impactó a la CFE y al sindicato SUTERM.
Hubo protestas de trabajadores entre 2020 y 2022 para modificar los estatutos del sindicato, derogar esquemas de ahorro para el retiro y apoyar una nueva reforma constitucional.
Inés participó activamente en estas iniciativas, lo que generó represalias por parte del sindicato y la empresa.
Acoso, violencia y discriminación
Inés fue cambiada de centro de trabajo en 2021 sin justificación, dificultando su traslado cotidiano a su centro de trabajo.
En marzo de 2022, el SUTERM la sancionó arbitrariamente, suspendiendo sus derechos sindicales mediante un procedimiento disciplinario ilegal, lo que posteriormente fue declarado nulo por el Quinto Tribunal Laboral Federal.
Sufrió violencia laboral y física por parte de compañeras de trabajo (septiembre 2022, noviembre 2022, septiembre 2023 y abril 2024) y personal externo de limpieza en diversas ocasiones, incentivada y solapada por la patronal y el SUTERM. Derivado de lo anterior se le levantó acta administrativa y como un acto de revictimización y humillación trabajadores de la CFE con acceso a las grabaciones del circuito cerrado de su centro de trabajo, difundieron el video donde se capturó de la brutal agresión hacia Inés.
Denunció agresiones en varias carpetas de investigación, pero no recibió apoyo de la CFE ni del sindicato.
Fue marginada y se le negó su participación en procedimientos de ascenso dentro de la empresa.
Despido injustificado (30 de abril de 2024)
Finalmente, se le levantó una acta administrativa el 12 de abril de 2024, donde se le acusó de una supuesta riña, sin considerar pruebas en su defensa. el 30 del mismo mes, fue notificada de su despido sin explicaciones claras y sin posibilidad de defenderse, además se le impusieron faltas injustificadas en sus recibos de nómina.
Mientras Inés fue despedida por supuestas faltas, otras trabajadoras de la CFE involucradas en un robo de dinero público fueron protegidas y reinstaladas tras la intervención del líder sindical Víctor Fuentes del Villar. Por lo que podemos ver no solo el trato desigual, sino la corrupción y el encubrimiento que domina al interior del sindicato para los que sirven fielmente a la burocracia del mismo.
La violencia laboral tiene impactos graves en la salud de las y los trabajadores
Inés, como muchos otros trabajadores, ha sufrido problemas de salud como hipertiroidismo, ansiedad, depresión y síndrome de persecución a raíz de toda la violencia sufrida.
Ha interpuesto demandas laborales y denuncias penales contra la CFE y el SUTERM, pero las instituciones solo han prolongado el proceso haciendolo más y más tortuoso, mientras las y los agresores siguen disfrutando de impunidad con pleno salario y derechos sindicales.
El SUTERM y la CFE han creado un ambiente hostil y represivo para quienes tienen opiniones distintas, ensañandose especialmente con las mujeres, además de que muchas son víctimas anónimas de todo tipo de agresiones machistas.
Pese a los intentos de obtener justicia Inés solo se ha topado con más burocracia y violencia, por eso hoy alzamos la voz con Inés y decimos alto y claro que: ¡No está sola!
¡Basta de violencia laboral en la CFE!
¡Exigimos la reinstalación inmediata de Inés y castigo para los agresores!