¿Qué somos y qué defendemos?
La crisis del sistema capitalista que se ha extendido por más una década y la crisis sanitaria reciente, han revelado de manera cruel la opresión a la que nos enfrentamos las jóvenes, mujeres trabajadoras y comunidad LGTBI.
No sólo somos víctimas de una desigualdad creciente, de la explotación laboral más brutal, del desempleo o de los prejuicios misóginos y LGTBIfóbicos que esparcen las Iglesias, los gobiernos y partidos de derecha; sino también nos enfrentamos a la cara más violenta del machismo: los feminicidios y transfeminicidios. Es por esta situación que millones de oprimidas en todo el mundo nos hemos levantado en una auténtica rebelión.
Tan sólo en el último año de pandemia, la violencia doméstica creció 25%, significando que doce millones de mujeres sufran esta violencia; ocho millones han sido asfixiadas, cortadas, quemadas o llevadas a un cuadro de depresión. En México, los feminicidios se incrementaron a 11 diarios y la esperanza de vida de las personas trans no rebasa los 35 años. Cifras que son únicamente la punta del iceberg de una lacra creciente y lacerante.
Otra parte de la opresión cotidiana son las políticas capitalistas que nos condenan a una vida de precariedad soportando los peores trabajos y salarios de hambre. Los recortes en salud, educación y servicios públicos por parte del Estado, nos obligan, en muchas ocasiones, a cargar sobre nuestras espaldas el cuidado de niños, ancianos, familiares y enfermos.
Los recortes en becas estudiantiles o la falta de guarderías para nuestros hijos e hijas, nos aíslan y somete a las tareas domésticas, que nos niega la independencia económica vulnerándonos aún más. El capitalismo nos quiere aislados, divididos y subyugados; con su moral conservadora aprisiona a las mujeres trabajadoras a los hogares, o las desprecia en los centros laborales. Por otro lado, niega la naturaleza diversa de la humanidad y orilla a las identidades sexuales oprimidas a negarse a sí mismas, al suicidio, marginación, pobreza y prostitución. Por eso, nuestra lucha es una sola contra un sistema que no tiene nada que ofrecernos más que precariedad, desigualdad y violencia.
Como mujeres y comunidad LGTBI de la clase trabajadora, defendemos un feminismo anticapitalista y revolucionario. La lucha por nuestros derechos no es únicamente una cuestión de género o identidad sexual, también es una cuestión de clase. Bajo el sistema capitalista ¡no todos estamos en el mismo barco! Muchas, como Margarita Zavala, Lily Téllez, Danielle de Iturbide, etcétera, defienden el sistema capitalista y toda la opresión que implica.
Ellas apoyan de manera entusiasta las reformas laborales que favorecen los empleos precarios, las jornadas laborales extenuantes, los recortes en gastos sociales, la penalización del aborto, el pin parental, etcétera. Cuando llegan a posiciones de poder económico y político adoptan los mismos papeles patriarcales y explotadores. Ellas sólo defienden los intereses de su clase, los ricos; de su sistema, el capitalista; porque les garantiza su estilo de vida y sus privilegios, con los cuales pueden pagar chofer y seguridad privada, así como servicios privados para liberarse de las tareas opresoras del hogar.
Organización y lucha
La lucha colectiva, la organización permanente y la movilización en las calles es el único camino para cambiar nuestra situación. Hemos demostrado la fuerza que tenemos cuando nos ponemos en marcha: en las manifestaciones masivas de Estados Unidos contra Donald Trump, con el movimiento #NiUnaMenos en América Latina, en Polonia por el derecho al aborto y con el histórico 8 de marzo de 2020, cuando millones nos movilizamos en todo el mundo y, en México, realizamos la primera huelga feminista. Hemos conseguido la despenalización de aborto y su total legalización en 4 Estados de la república, una sentencia histórica de 52 años por feminicidio en el caso de Lesvy.
Desde Libres y Combativas arrebatamos una sentencia histórica de 81 años y 6 meses contra un violador reincidente, tras tres años de lucha en las calles con más de una veintena de mítines, miles de volantes repartidos y una enorme solidaridad de trabajadores y trabajadoras, sindicalistas, jóvenes, activistas, etcétera, asestamos una derrota al machismo institucional que solapa a los verdaderos criminales mientras llena las cárceles de pobres, indígenas y luchador@s sociales.
Aún nos quedan muchas batallas que dar y victorias que tomar porque sabemos que la liberación de la mujer trabajadora y la comunidad LGTBI es una cuestión de primer orden para todas y todos los que aspiramos a transformar el mundo. Por este motivo, desde Izquierda Revolucionaria, impulsamos Libres y Combativas, plataforma feminista, anticapitalista y revolucionaria, para unir las fuerzas de quienes sufrimos la opresión y la violencia del capitalismo en la lucha por transformar la sociedad.
¡Ni una menos! ¡Basta de machismo y LGTBIfóbia!
• Castigo ejemplar a los responsables de todas las violencias machistas y crímenes de odio. Basta de leyes que no nos protegen. Despido y sanción a todo el personal público que, con su actitud, favorecen la impunidad de los agresores.
• Apoyos sociales y casas refugio suficientes y dignas para las mujeres y comunidad LGTBI maltratada. Por un trabajo digno o subsidio de desempleo, así como acceso a vivienda digna para las víctimas de maltrato y sus dependientes.
¡Nuestro cuerpo, nuestra decisión!
• No es suficiente la despenalización de aborto, luchamos por el derecho al aborto libre, gratuito y seguro a nivel nacional. Libertad a todas las presas por abortar.
• Exigimos educación sexual científica, integral y especializada. Acceso a métodos anticonceptivos de manera pública, gratuita y de calidad.
- ¡Fuera el machismo y la religión de la enseñanza pública! Contra el pin parental en las escuelas.
• Contra la lacra de la prostitución y la trata de personas. Nuestra liberación pasa por que decidamos y controlemos nuestros cuerpos sin tener que usarlo para sobrevivir. Contra los vientres de alquiler, otro negocio muy lucrativo que, al igual que la prostitución, mueve miles de millones de dólares para beneficio de los de siempre. Demandamos acceso a un empleo digno para todas la mujeres y comunidad LGTBI de la clase trabajadora ¡Ya!
¡A igual trabajo, igual salario! ¡Abajo las cadenas del trabajo doméstico!
• Derogación total de la reforma laboral. Acceso a trabajo y salarios dignos para la mujer trabajadora y la comunidad LGTBI. Basta de discriminación por embarazo, estándares estéticos, por color de piel, identidad sexual, etc.
• Castigo ejemplar al acoso sexual laboral.
• Derecho a seis meses de permiso por maternidad para ambos padres, con salario al 100%. Escuelas infantiles públicas y gratuitas en cada colonia y/o centro de trabajo, que posibiliten compaginar empleo y maternidad/paternidad.
• Servicio público de lavanderías, comedores, tintorerías, limpieza del hogar, etc. dignos y gratuitos para acabar con la esclavitud de las tareas domesticas.
¡Al volver a casa no queremos ser valientes, queremos ser libres!
• Basta de convertir el cuerpo de la mujer en un objeto, alimentando de esta forma las agresiones machistas. Retirada inmediata de cualquier tipo de publicidad sexista que utilice el cuerpo femenino como mercancía.
• Abajo el canon de belleza que nos imponen las grandes multinacionales. No sólo es absurdo e irreal, sino que alimenta prejuicios, traumas y enfermedades.
¡Queremos ser lo que somos!
- Por una ley que garantice el ejercicio de nuestra identidad sexual, sin límite de edad para su aplicación, con cobertura nacional y garantice acceso a servicios de salud física y psicológica, sensibilizada e integral.
- Ilegalización de todo tipo de terapias de conversión.
- Feminismo no es transfobia. Por una lucha feminista libre de violencia tránsfoba.
No hay emancipación de las mujeres sin socialismo, no hay socialismo sin emancipación de las mujeres.
¡Únete a Libres y Combativas y lucha por una sociedad libre de violencia y opresión!