El pasado 9 de diciembre la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) definió un incremento del 4.2% para los salarios mínimos que regirán a partir del 1 de enero del 2012. De acuerdo a ese porcentaje los mini salarios para las entidades federativas que integran la zona “A” pasarán de los 59.80 pesos de 2011 a 62.33 pesos; para la zona “B” el incremento irá de 58.10 a 60.57 pesos y para los de la zona “C” de 56.75 a 59.08 pesos. En promedio el incremento será de 2.45 pesos.

La metodología que emplea la Conasami para definir dichos incrementos se basa en la inflación estimada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para los próximos 12 meses;  para el caso de 2012 ese cálculo se ubica en 3.3%. Formalmente ello querría decir que al finalizar este año el salario habría crecido sobre la inflación un 0.9%. En el caso del 2011 el incremento fue del 4.1% y se estima de acuerdo a los cálculos de Santander México que la inflación acumulada para el año que recientemente ha terminado será del 3.5%, significando ello formalmente que durante ese lapso este tipo de ingreso habría avanzado 0.6% sobre el precio de los productos y los servicios.

Literalmente salarios de hambre

Sin embargo esos avances salariales además de ser pírricos son cien por ciento formales y nada tiene que ver con la realidad pues evaluando el desarrollo de los precios de los alimentos, por ejemplo, tenemos que el año pasado el precio de frijol se incrementó en un 30.6%, el de las tortillas en un 16%, el de huevo en un 13.7%, el del arroz en 13.1% y el de la carne en 20.6%, tan sólo por mencionar algunos casos. Ello quiere decir que por sí mismo el incremento de los precios de los productos básicos pulveriza cualquier clase de aumento al salario mínimo, siendo ello un problema de enorme peso para las familias de más bajos salarios en México, las cuales tienen que destinar casi el 70% de sus ingresos a la adquisición de alimentos como lo indica un estudio del Centro de Documentación, Información y Análisis de la Cámara de Diputados de enero del 2009. Un elemento más que también destaca el citado informe señala que las familias más ricas solo destinan a la alimentación el 12.66% de sus ingresos(1).

De acuerdo a los analistas de la burguesía las contradicciones entre un costo de la vida cada vez más caro y la metodología para definir los micro aumentos anuales al salario mínimo no son reales, porque de acuerdo a ellos este último es sólo un parámetro; es decir que de acuerdo a ellos la política de la Conasami no afecta al grueso de los trabajadores asalariados. Sin embargo una análisis un poco más detallado sobre la realidad de la clase trabajadora mexicana es suficiente para demostrar la falsedad de los argumentos de las plumas pagadas por la burguesía las cuales pretenden tapar el sol con un dedo.

Un estudio publicado por El Universal del 13 de diciembre pasado indica que en la actualidad 6 millones de mexicanos ganan un salario mínimo, segmento al que de sumársele los que ganan entre 2 y 3 salarios mínimos arroja un total de 10.6 millones de trabajadores(2); por su parte un artículo de La Jornada del 13 de junio del 2011 indica que 37 millones de trabajadores perciben menos de 5 salarios mínimos(3).  Esta última cantidad sumada a los otros 6 millones que laboran sin alguna clase de salario arroja un saldo de 43 millones de trabajadores, es decir de aproximadamente el 85% del la Población Económicamente Activa (PEA) calculada por el INEGI en 49.6 millones de personas.

Toda esa realidad sobre los ingresos de las familias proletarias en México contrasta diametralmente con el hecho de que la canasta básica tan solo en lo que corresponde a cuatro primeros años de la administración de Calderón ya se había encarecido en un 47%, mientras que el salario mínimo creció apenas un 18% durante el mismo lapso, de acuerdo a un estudio de la Universidad Obrera de México (UOM) en el que también se destaca que las familias que viven con mini salario sólo pueden adquirir el 16.69% de los requerimientos nutricionales definidos por dicha canasta. De acuerdo a esa misma institución para poder adquirir la totalidad de los productos de la canasta básica alimentaria se necesitan 5.99 salarios mínimos(4).

Calculado el aumento definido por la Conasami para 2012, el cual se ubicaría en mil 869 pesos con 90 centavos en promedio mensual para la zona “A”, y considerando esta última evaluación de la UOM ello quiere decir que actualmente o trabajadores necesitaría tener una salario de cuando menos 11 mil 219 pesos mensuales en promedio para cubrir adecuadamente única y exclusivamente las necesidades alimentarias de su familia.

Lejano a lo que señalan los plumíferos de la burguesía, la política de salarios mínimos aplicada por el PAN y el PRI apoyados por los charros de la CTM y el CT, en las tres últimas décadas es un verdadero látigo para los salarios y los asalariados, pues evaluando todos los factores antes expuestos resulta que en México el salario que perciben 43 millones de trabajadores es incapaz de incluso satisfacer los requerimientos alimentarios de una familia promedio. 

Explotación capitalista

Y si vamos un poco más a fondo, pues un trabajador, su conyugue y sus hijos necesitan para su vida diaria no sólo alimentos, nos podremos dar fácilmente cuenta que las cosas son mucho peor pues de acuerdo al Centro de Estudios Multidisciplinarios de la Facultad de Economía de la UNAM para que una familia pueda cubrir los gastos para otra clase de necesidades cotidianas tales como vestido, calzado, vivienda, salud, pago de servicios, educación y entretenimiento el salario mínimo tendría que ser de 850 pesos diarios(5). En este caso, y basados en el incremento definido por la Conasami, ello querría decir es decir que para que una familia pueda tener una vida mínimamente digna el salario de un trabajador tendría que ser de 25 mil 500 pesos mensuales en promedio.  

Sin embargo la dinámica del capitalismo gira en sentido adverso a las expectativas del proletariado pues la realidad ha sido todo lo contrario ya que de 1982, año en que arrancó la política de topes y choques salariales, el salario mínimo ha perdido el 82% de su poder de compra.

En las últimas tres décadas hemos sido testigos de una genuina guerra no declarada de parte de la burguesía contra la clase trabajadora la cual si bien ha tenido como uno de sus ejes más importantes de ataque a los salarios, también ha arrojado saldos trágicos en otros terrenos como lo es el caso de las defunciones por riesgo laboral mismas que en promedio ascienden a mil 412 anuales de acuerdo al IMSS(6).

El resultado de esa ofensiva contra los salarios ha significado que mientras las masa total de salarios en 1980 equivalía a una cantidad similar al 36.04% del Producto Interno Bruto (PIB) ahora, en datos del 2010, dicho porcentaje se redujo hasta el 27.03%; por su parte el comportamiento de los beneficios empresariales ha sido diametralmente opuesto al pasar del 29% al 62.1% en proporción al PIB durante el mismo lapso.

De esa clase de medidas, es decir la reducción global del costo de la mano de obra, es del que ha brotado un exacerbado proceso concentración de riquezas sin presente alguno en la historia de nuestro país; paralelo a la caída vertiginosa de los salarios esa dinámica de acumulación de obscenas fortunas ha encontrado un cauce magnifico en la intensificación y extensión de la jornada de trabajo -de acuerdo a la OCDE en México la jornada real de trabajo diario es de 10 horas- arrojando todo ello jugosas tasas de productividad la cual se creció entre 2004 y 2009 en un 31% para el caso las manufacturas. En 2010 en este mismo ramo de la producción la productividad se incremento en 5.8% al mismo tiempo que el costo unitario de la mano de obra se depreció el 9%.

La extracción de una mayor tasa de plusvalía, tanto relativa como absoluta, a un costo muy alto para la clase obrera ha sido la pieza clave para posicionar al capitalismo mexicano en el mercado mundial – a finales de la década de los años 90 México logró escalar hasta el número 10 entre las principales naciones exportadoras- y para la generación de fortunas multimillonarias: para marzo del 2011 la fortuna de los 10 empresarios mexicanos más acaudalados, encabezados por Carlos Slim – 74 mil millones de dólares (mmdd)- y sin tener en cuenta al Chapo Guzmán, se cifraba en casi 122 mmdd.

Otro ejemplo gráfico sobre dicha orgia de ganancias es un informe del Banco Mundial en el que se indica que en 2009 los ingresos del 10% de la familias más ricas en México fueron del orden de los 439 mil 597.2 millones de dólares y equivalentes a un 41.3% del total de ingresos a nivel nacional, porcentaje este último que en 2004 fue del 39.1%. Por su parte ese mismo año el 10% de las familias más pobres lograron ingresos solamente por 12 mil 772.8 millones de dólares, es decir el 1.2% del total de ingresos, significando ello retroceso importante respecto a 2004 cuando ese porcentaje alcanzó los 2.7 puntos.

“Salario mínimo al presidente, para que vea los que se siente”

Además la realidad de los salarios de la clase trabajadora ha estado lejos de ser la de los agentes de la burguesía, empezando por la Conasami donde, de acuerdo al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) el coordinador general tiene un ingreso mensual de 113 mil 587 pesos. Cabe destacar que en ese informe no se indica el monto del salario del presidente de la Conasami,  Basilio González Núñez (7). Por su parte Calderón, de acuerdo al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2012 enviado por la SHCP en septiembre pasado, en este nuevo año su salario sin prestaciones laborales será de 208 mil 548 pesos mensuales, cantidad aproximada a los 111 salarios mínimos para la zona “A”. Ello quiere decir que tan sólo con un mes da salario Calderón ganará una suma para la cual un obrero que percibe un salario mínimo tendría que trabajar más de 9 años antes de obtenerla.

Y para el caso de la iniciativa privada la historia es muy similar pues, como lo relata el estudio de la consultora en recursos humanos Mercer de 2008, un salario promedio de un director de empresa en aquel año oscilaba entre 136 mil 976 a 152 mil 217 pesos sin prestaciones; ya con prestaciones dichas cantidades escalaban de entre 182 mil a 278 mil pesos peso mensuales, o sea entre 97 y 148 salarios mínimos(8).

La cuestión es clara: la burguesía premia muy bien a sus principales engranes de explotación capitalista tanto en el sector público como en el privado, los primeros sometiendo a la clase trabajadora con el látigo del Estado y otros hincando su rodilla sobre los trabajadores directamente en el terreno de la producción. Al igual que la burguesía, estos esbirros y parásitos se ven enormemente beneficiados de la plusvalía extraída de los trabajadores.  

¡Por una calidad de vida digna!

 Los bajos salarios se han transformado en una más que bondadosa fuente de beneficios para la burguesía, la cual de paso ve en esa política una de sus principales herramientas para enfrentar la actual crisis de la economía mundial del capitalismo. Ante la perspectiva de otra recesión motivada a la vez por una potencial nueva recaía de la economía yanqui, destino del 80% exportaciones mexicanas, la clase dominante necesitará más sangre, sudor y lagrimas del proletariado para tratar de proteger sus privilegios a un costo muy alto para los niveles de vida de las masas desposeídas.

Ese panorama por sí mismo exige una respuesta organizada y unificada a la altura de las circunstancias por parte de los trabajadores y los sindicatos. Urge organizar comités de fábrica en todos los centros de trabajo en defensa del salario, mismos que impulsen asambleas para definir democráticamente las acciones a tomar tales como paros y huelgas generales para frenar la política de choque salarial. También es necesario adoptar a la par de la demanda por un salario digno, consignas como las de control de precios para todos los productos y servicios necesarios para la vida cotidiana de una familia obrera así como  el establecimiento de la escala móvil precios-salarios, además de la desaparición de la comisión de salarios mínimos, entre otras demandas.

Como lo explica la UNAM el salario mínimo para asegurar una vida digna para las familias trabajadoras tendría que ser de un monto de 850 pesos diarios, o sea de 25 mil 500 pesos mensuales en promedio. Teniendo en cuenta que dado las enormes pérdidas que esa clase de salario significaría para las empresas, los patrones se opondrían simple y llanamente a invertir esas cantidades en costo de mano de obra; además para forzar hacia abajo los ingresos de la clase trabajadora en activo la burguesía cuenta de su lado a un gigantesco ejercito industrial de reserva integrado por millones de mexicanos en el desempleo y subempleo desesperados por tener una trabajo sin importar que tan bajos sean los salarios. En síntesis la lógica para la reproducción del capital choca directamente con las aspiraciones obreras de una vida digna. Ambas se contradicen y se niegan mutuamente. Por consecuencia la única forma de superar en un sentido revolucionario y progresista esa contradicción es expropiando a la burguesía poniendo bajo el control democrático los principales medios de vida; sólo bajo esa condición la enorme riqueza generada por la producción podrá ser puesta al servicio de la sociedad para genuinamente fortalecer los niveles de vida de las mayorías.

Pongamos algunos ejemplos para ilustrar esta última aseveración: el Hospital de Especialidades del Bajío del IMSS tuvo un costo de 7 mil 749 millones de pesos en 2008, aproximadamente 573 millones de dólares de ese mismo año. Dividida esta última cantidad entre la fortuna amasada por el 10% de las familias más ricas del país significa que esa riqueza sería la suficiente para construir aproximadamente 767 hospitales de alto nivel en todo el país y abatir en un corto plazo los serias problemas de salud que abate a las familias trabajadoras de la ciudad y el campo de todo México, incluso hasta sobraría infraestructura. 

Ejemplos similares se pueden hacer si estimamos en cuántas escuelas, casas, caminos vecinales, tractores, trilladoras, etcétera se podrían traducir los casi 600 mil millones de pesos que el gobierno ya le había trasferido a la burguesía entre 1999 y el primer trimestre de 2011 a través del rescate bancario o si consideramos qué clase de benéficos sociales se podrían obtener con la nacionalización bajo líneas socialistas de la industria automotriz cuyo valor de sus exportaciones en 2010 fue de 20 mil millones de dólares; también el mismo ejercicio se podría hacer con American Móvil de Carlos Slim misma que en 2010 facturó ingresos por 607 mil 855 millones de pesos; y en el caso de los alimentos ya sería una significativa contribución para la causa de los trabajadores tan sólo las expropiación de dos de los principales consorcios especuladores con el hambre de millones de familias: Walmart de México, con ventas netas en 2010 de 335 mil 857 millones de pesos, y del Grupo Gruma, el cual acumuló a lo largo de los primeros seis meses de 2011 ganancias por 4 mil 456 millones 351 mil peso.

Son mucho más lo ejemplos que nos permiten afirmar que en México, y en todo el mundo, hoy en día existen los medios materiales necesarios para asegurar condiciones de vida dignas para los trabajadores y sus familias, mismas que son negadas por la naturaleza misma del capitalismo y su decrepitud. Por consecuencia la única solución de fondo y definitiva ante dicha paradoja es eliminar la propiedad privada capitalista por medio de una democracia obrera y una economía planificada, el decir por medio del socialismo.

Camarada trabajador únete a Militante y lucha por estas ideas en tu sindicato. 

Notas:

1.      http://www.diputados.gob.mx/cedia/sia/se/SE-ISS-02-09.pdf

2.      http://www.eluniversal.com.mx/finanzas/91617.html

3.      http://www.jornada.unam.mx/2011/06/13/politica/017n1pol

4.      http://www.jornada.unam.mx/2010/02/01/economia/020n2eco

5.      http://www.jornada.unam.mx/2011/12/22/politica/017n2pol

6.      http://www.informador.com.mx/mexico/2010/197013/6/mueren-mil-412-personas-al-ano-por-accidentes-laborales.htm

7.      http://portaltransparencia.gob.mx/pot/remuneracionMensual/remuneracionMensual.do?method=buscar&_idDependencia=14075

8.      http://www.cnnexpansion.com/expansion/2008/12/01/radiografia-de-los-sueldos


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