Los estudiantes de la Universidad de Guadalajara emprendieron una serie de acciones para exigir la localización de lxs 20 personxs que llevan desaparecidxs desde 2014 a hasta la fecha, 4 desaparecieron en lo que va del 2025.
A esta lista se suman los nombres de 5 estudiantes que ya han sido encontrados sin vida:
- Jaime Jonathan Lira Torres, del CUCEA, desapareció el 2 de abril de 2021.
- Dulce María Martínez Gómez, desapareció el 7 de marzo de 2022.
- Celene Carolina Zúñiga Zaragoza, desapareció el 25 de enero de 2022.
- Adrián Ponce Morales, de Negocios internacionales del CUCiénega, fue desaparecido en julio 2019 (presuntamente localizado el 27 de marzo de 2025 en Zacatecas).
- Emiliano Javier Revilla García, de la Preparatoria 17, desapareció en 2023. Su familia pide que no lo busquen.
Aunado a esto el jueves 24 de abril, el colectivo “Guerreros Buscadores de Jalisco” denunció la muerte de 2 de sus integrantes, se trataba de María Del Carmen Morales, y de su hijo Ernesto Julían Ramírez Morales, quienes llevaban desde el 24 de febrero de 2024 buscando a su familiar Ernesto Julián Ramírez Morales, hecho que desata la indignación del pueblo, pues esto sucede después de que este grupo descubriera el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, el cuál funcionaba cómo campo de exterminio.
Estas desapariciones se suman a las más de 3 mil que hacen al estado de Jalisco el segundo con más personas desaparecidas en México.
Y siguen sumando la lista de muertxs, de desaparecidxs, producto del crimen organizado que azota a la clase trabajadora y que ha sido provocado e incrementado por los intereses de las de las cupulas políticas y el imperialismo.
“La guerra es imperialista, de rapiña…en virtud del carácter capitalista”, Lenin utiliza esta frase en una de sus tesis, y aunque en ese momento se refería a la 1a guerra mundial, es aplicable a este y muchos otros conflictos, pues tienen cómo sujeto de estudio el antagonismo de clases sociales. Lo que tenemos en México es una guerra a la clase trabajadora y la juventud para sacar el mayor beneficio posible del millonario y multinacional negocio de las drogas y todos sus conexos.
Recordemos que la respuesta del fiscal general de la República Alejandro Gertz Manero a tan atroz suceso, fue remitirse solo a decir que el Rancho Izaguirre no era un campo de exterminio, si no un lugar de adiestramiento, y que actualmente sigue siendo un caso sin respuesta, y los guerreros buscadores, al igual que muchas otras personas siguen sin encontrar a sus familiares desaparecidos. Minimizar lo que sufren miles de familias y poner en tela de juicio la lucha de las buscadoras, no ha hecho más que vulnerarlas y descobijarlas, las consecuencias las estamos viendo ahora con el asesinato de dos de ellxs. No mentimos cuando decimos que el gobierno es cómplice por mirar a otro lado y dejar hacer al crimen organizado.
Sin embargo, alguien que no se ha visto afectado es el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, quien lejos de dar la cara, y reunirse con los colectivos buscadores para buscar dar solución a sus problemas, ha preferido enfocarse en el sector empresarial y en su imagen.
No obstante, el tema de los desaparecidos no es un suceso que se remonte al actual gobierno. Pues 11 años sin haber dado respuesta a los familiares, y la localización de lxs estudiantes, expone la falta de interés que ha tenido el gobierno en este asunto, prefiriendo adoptar posturas en las que criminalizan a lxs desaparecidxs.
Cómo lo fue el caso de 7 trabajadores en 2023, que se dirigían a las oficinas del call center en el cuál laboraban. Y que a pesar de que el hecho expuso no solo la crisis de seguridad que se vive en el estado de Jalisco, si no, las condiciones en las que las victimas laboraban, con bajos salarios y violación a sus derechos humanos, característico del outsourcing. La administración del entonces gobernador del estado, Enrique Alfaro, opto por señalar a lxs jóvenes víctimas del crimen organizado, argumentando que pertenecían a un centro de estafas del narcotráfico.
Estos actos atroces, aunados a la postura negligente del gobierno, tienen al pueblo jalisciense asolado y desesperado, pues cada día es más común encontrar una nueva fosa clandestina en el municipio de Tlajomulco, encontrar cuerpos que han sido desmembrados, o fundidos en ácido por el crimen organizado, mismo que es cómplice de un estado asesino que obedece a los intereses de los dueños del capital, que se preocupa más por el desarrollo de la industria inmobiliaria, porque no bajen sus acciones en las empresas en las que tienen participación, y por atraer el turismo a las costas de Jalisco, que por la desaparición diaria de personas.
Estamos hartxs de cambiar de administración y no ver una diferencia, de que cada gobernador sea acusado de nexos con el crimen organizado, de que utilicen cómo medida la militarización del estado, la cual, tiene como único objetivo el mitigar a las protestas, de que lleguen otros partidos políticos burgueses a lucrar con nuestrxs desaparecidxs, con nuestrxs muertos, y utilizarlos como parte de un discurso de campaña creado con el fin de incrementar su capital político para ocupar el poder y continuar con las mismas prácticas.
Estamxs cansadxs de salir a nuestrxs actividades, de tener que viajar y dar un abrazo amargo a nuestrxs familiares, amigos, que no sabemos si será el último, porque no sabemos si los vamos a volver a ver. Si el día de mañana va a ser su fotografía la que este en las calles, siendo parte de esa historia de terror en la que formen parte de la cifra de las personas que salieron a trabajar, a la escuela, pero ya no regresaron a casa, que son víctima de un Estado asesino y corrupto, que le ha dado la espalda pueblo.
Queremos un gobierno popular, no uno populista que dedique sus esfuerzos a desvirtuar y criminalizar las desapariciones forzadas, pues de partidos burgueses creados para beneficiar a los dueños del capital el pueblo ya hemos tenido suficiente.