¿Raíces vigorosas?

La economía española dista bastante de haber entrado en una fase de sólida recuperación. En primer lugar, por el contexto europeo. La “locomotora alemana” se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre del año. La economía francesa se encuentra en “caída libre”, por utilizar una expresión reciente de la prensa burguesa, Italia se hunde en la recesión… La consecuencia más inmediata de la parálisis económica de la zona euro ha sido un desplome de las exportaciones y un incremento significativo del déficit de la balanza comercial española.
La OCDE estima que la economía española podrá crecer algo más del 1% en 2014. Estas previsiones, tan magras y modestas, lejos de indicar una recuperación con fundamentos sólidos, gracias a las supuestas “nuevas cepas” plantadas por el gobierno del PP —como también afirmó Rajoy en referencia a las reformas— difícilmente pueden ocultar las contradicciones brutales que pueden llevar a una nueva situación de contracción en cualquier momento. La deuda pública alcanzará el 100% del PIB este año, y un reciente informe del FMI señalaba que cerca del 40% de la deuda privada española está contraída por empresas que serán incapaces de hacer frente a ellas a medio plazo si no toman severas medidas de ajuste. En otras palabras, el capitalismo español dista bastante de haber superado su fase de ajuste.
Por otro lado, el débil crecimiento económico ni siquiera es capaz de detener las consecuencias sociales devastadoras del efecto combinado de la crisis capitalista y los recortes. Los datos de paro del mes de agosto indican que tanto la ocupación como el número de inscritos en las oficinas del antiguo Inem rompieron la tendencia a la mejoría que venían observando desde enero. La EPA del segundo trimestre situaba el paro en 5.622.900 de personas, una cifra que no incluye los centenares de miles de jóvenes que han emigrado en busca de trabajo y que algunos estudios sitúan en un millón desde el inicio de la crisis. A día de hoy, dos millones de parados no perciben ninguna prestación, el triple de los que estaban en esta situación en 2008. Desde 2007 las familias con niños en las que ninguno de sus cuidadores trabaja se ha triplicado, llegando a 943.000.
El escaso empleo generado es extremadamente precario, habiéndose producido un importante incremento de los contratos a tiempo parcial, el 23,95% del total, y que en muchos casos encubren jornadas a tiempo completo. Según una encuesta reciente, el 80% de los trabajadores no cobra las horas extras que realizan. Se estima que, desde 2010 los salarios han bajado una media del 12%.

Continúan los recortes

La política de acoso y derribo contra las conquistas sociales continúa en pleno vigor. En 2014 se emprenderán recortes por un montante de 10.000 millones de euros. Y aunque el gobierno del PP lo oculte a la población, en un documento reservado enviado a los inversores internacionales se compromete a reducir el gasto social en otros 40.000 millones entre 2014 y 2017. Desde 2012 el sistema sanitario público ha perdido 19.000 empleos. La inversión en la educación pública se recortará en 4.000 millones hasta el 2015, situándose por debajo del 4% en 2015 y volviendo a los niveles de 1987.
Mientras las condiciones de vida de la gran mayoría empeoran, los ricos son cada vez más ricos. El patrimonio de ocho de las grandes fortunas españolas gestionado a través de SICAV —sociedades de inversión de capital variable— aumentó hasta junio un 9,5%, al rozar los tres mil millones de euros, ¡tres veces el PIB de la economía española!
El gobierno del PP está totalmente desacreditado y se enfrentará este curso a una nueva ola de protesta social, en la que posiblemente el sector educativo juegue un papel de primer orden (el Sindicato de Estudiantes ha anunciado una huelga educativa para los días 21, 22 y 23 de octubre). También hay convocadas nuevas movilizaciones contra la monarquía, contra la reforma de la ley del aborto y otra marcha de la dignidad, para el mes de noviembre. Las cúpulas de CCOO y UGT siguen desaparecidas y completamente desconectadas de su base social. Hoy existen todas las condiciones para convocar una huelga general de 24 horas, lo cual podría ser la puntilla de un gobierno totalmente suspendido en el aire.

Extender la movilización social, impulsar el Frente de Izquierdas

Pero ni las medidas represivas del PP (Ley de Seguridad Ciudadana, inversión de un millón de euros en material antidisturbios…) ni la vergonzosa claudicación de la burocracia sindical van a poder detener esta creciente oleada de protesta social.
En el colmo del cinismo, el gobierno del PP, en nombre de una supuesta “regeneración democrática” quiere aprobar una reforma de la ley electoral para evitar que la izquierda a la izquierda del PSOE gane ayuntamientos importantes en las próximas elecciones municipales de mayo de 2015, lo que podría allanar todavía más el camino para la victoria de un Frente de Izquierdas en las elecciones generales del mismo año.
Todas estas medidas desesperadas del gobierno no evitarán que el PP acabe cayendo. Es más, esta batería de nuevas contrarreformas a final de la legislatura puede hacer que su derrumbe sea todavía más estrepitoso. Pero esta perspectiva no contradice que los trabajadores y jóvenes debamos responder, una a una, y de forma contundente, a todas las agresiones de la derecha, tanto en el terreno de los derechos sociales como en el campo de los derechos democráticos. Es con la participación y la organización como podremos garantizar que la caída de la derecha abra paso a un gobierno de la izquierda con un programa verdaderamente socialista, y que este cambio sea el inicio de una profunda transformación social.


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