El pasado 24 de marzo, un mes después de la impresionante huelga del 25 y 26 de febrero que paralizó la educación pública, los estudiantes junto con nuestros profesores en la universidad volvimos a lanzar un mensaje de dignidad contra el gobierno de los recortes y la privatización: más del 85% de los estudiantes universitarios y el 90% de secundaria en la mayoría de los territorios, secundaron la huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes para defender una universidad pública, de calidad, y accesible para los jóvenes de las familias trabajadoras.

Millones de jóvenes volvimos a mostrar nuestra oposición frontal al infame decreto del 3+2, que supone una nueva vuelta de tuerca en el camino de la privatización de la universidad y que se suma a la contrarreforma franquista de la educación (LOMCE) y al incremento salvaje de las tasas y los recortes en las becas. Este gobierno y este ministro han declarado la guerra a la enseñanza pública para beneficio de los grandes empresarios, que quieren convertir el derecho a la educación en un gran negocio.
Este decreto supone el paso definitivo para cerrar la universidad a la mayoría de los jóvenes, los que provenimos de familias trabajadoras. En primer lugar, plantea la reducción de un año de las actuales carreras o grados, que pasarán a tener contenidos meramente genéricos y que no serán suficiente para poder conseguir un trabajo relacionado con nuestros estudios. Para adquirir una cualificación realmente válida y especializada, se nos obligará en la práctica a tener que cursar un máster. El máster pasará de uno a dos años y los precios, que ya están en torno a los 4.000/7.000 euros por año, se multiplicarán al doble convirtiéndose en algo imposible para la mayoría. Mandar a un hijo a la universidad costará fácilmente 15.000 o 20.000 euros en total y los que sólo puedan pagar la primera parte o grado tendrán en el mejor de los casos un título de segunda, que no servirá de nada en el mercado laboral. Como siempre, el PP defiende los intereses de los ricos y los grandes banqueros. Quieren que la universidad esté reservada únicamente para ellos y sus hijos y que los hijos de trabajadores no tengamos cualificación para poder explotarnos en las empresas el día de mañana. Nosotros les decimos que no, que no aceptamos ese modelo social de la minoría y que el hijo de un trabajador tienen el mismo derecho que cualquier otra persona a tener un título universitario. Por eso la respuesta en las calles en esta última jornada de huelga ha vuelto a ser muy clara por parte de la juventud: no aceptamos que devuelvan la universidad a los años 50, cuando sólo los ricos tenían acceso a ella y no aceptamos el futuro de paro y precariedad que el PP prepara para la mayoría de los jóvenes.
El 24 de marzo de nuevo los estudiantes paralizamos la educación. El paro fue total en las universidades de Madrid, Sevilla y Extremadura donde el seguimiento de la huelga fue muy cercano al 100%. En la Universidad de Valencia los campus de Blasco Ibáñez y Tarongers tuvieron también un paro muy destacado: en las facultades de Psicología, Filología, Historia y Filosofía el seguimiento fue de un 98%, mientras que en la de Medicina fue superior al 80%. En la Universidad de Oviedo, los campus de Llamaquique y el Milán quedaron prácticamente desiertos; la Universidad de Granada permaneció también casi vacía, con una participación en la huelga del 80%. Estos ejemplos son sólo una pequeña muestra de las escenas que se repitieron a lo largo de la jornada en las aulas de todas las universidades, reflejando que el sentir mayoritario de los jóvenes es el del rechazo total a las intenciones de Wert de destruir la universidad pública.
Hay que resaltar que los jóvenes de institutos que hoy cursan ESO, Bachillerato o Formación Profesional y que aspiran a poder acceder a los estudios universitarios el día de mañana, también paralizaron los institutos de todo el Estado con un seguimiento cercano al 90%.
Decenas de miles en las calles gritan ‘¡No al 3+2!’

La fuerza de la movilización de la juventud sin duda ha contagiado también a nuestros profesores y al resto de trabajadores de la universidad. En esta ocasión la huelga en la universidad también ha sido de todos los trabajadores que desempeñan en nuestras facultades su labor profesional. Y como en el caso de los estudiantes, el seguimiento entre los docentes ha sido más que notable. En consecuencia, las más de cuarenta manifestaciones de padres, profesores y estudiantes en todo el Estado volvían a dejar claro que Wert y el PP están completamente solos: 15.000 personas marcharon por el centro de Madrid gritando contra los recortes que están dejando la educación pública madrileña en una situación catastrófica. En la manifestación también estuvieron presentes junto al Sindicato de Estudiantes los trabajadores de Coca-Cola en lucha. Ellos, al igual que muchos otros trabajadores que no están directamente relacionados con el mundo de la enseñanza, participaban en la movilización entendiendo que atacar el derecho a la educación es la primera parte de la cruzada del PP por acabar con todos los derechos y las conquistas de los trabajadores. Nosotros, los estudiantes, como ellos, cantamos en defensa de los puestos de trabajo. Hoy estudiamos pero mañana queremos trabajar y la lucha en defensa de un futuro digno es el punto de unión y que hace de nuestras luchas una sola.
En Andalucía miles de personas se manifestaron en las principales ciudades. Galicia, Asturias, Aragón, Castilla - La Mancha, Castilla y León, Catalunya y el País Valenciano también fueron el escenario de manifestaciones importantes.

Continuar la lucha hasta echar al PP

Esta huelga es la vigésima huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes contra el ministro Wert y el apoyo masivo que ha recibido es también una nueva demostración de que claro que hay fuerza para derrotar al PP. Por eso no tiene que ser un punto y final en la movilización, sino una fecha que abra un calendario de movilizaciones más contundentes del conjunto de la comunidad educativa, desde las escuelas infantiles hasta la misma universidad. Hay que parar por completo la educación para parar los ataques. Por eso es necesario que los sindicatos de clase del profesorado y las organizaciones de madres y padres, junto al Sindicato de Estudiantes, impulsen nuevas movilizaciones y una huelga estatal de toda la comunidad educativa contra los recortes de Wert y sus imposiciones antidemocráticas.
¡Sí se puede!
¡Profesores y estudiantes, unidos y adelante!
¡No al 3+2!
¡En defensa de una universidad pública, gratuita y de calidad!
¡Wert vete ya!


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