Ofensiva contra Ahora Madrid: ¡Hay que responder con contundencia!

Los voceros políticos y mediáticos de la derecha no han perdido un minuto en desencadenar la ofensiva contra Ahora Madrid y la alcaldesa Manuela Carmena. A tenor de unos tuits del ya dimitido concejal de cultura, Guillermo Zapata, un estruendo ha tronado contra unos supuestos mensajes “racistas” escritos hace cuatro años, noticia que ha servido para abrir los telediarios de la 1, Antena 3, Telecinco, Telemadrid y llenar el tiempo de las tertulias televisivas y radiofónicas.

Por tierra, mar y aire, sin parar en nada, el PP ha activado todos los mecanismos a su disposición para hacer el mayor ruido posible, de tal manera que la fiscalía ya se ha puesto a investigar un posible delito del concejal de Ahora Madrid por “incitación al odio”. Un auténtico esperpento protagonizado por la misma derecha que aplaude la muerte de decenas de inmigrantes en las playas de Melilla, tras recibir una generosa y “democrática” lluvia de pelotas de goma y gases lacrimógenos, que celebra el cierre de comedores escolares y los desahucios de cientos de miles de familias por el bien de la “austeridad”, que desfalca el patrimonio público para salvar a los mismos banqueros que estafan a cientos de miles de pensionistas, y que miran para otro lado ante los casos sangrantes de corrupción que les desbordan.

Una derecha a la que nunca hemos visto lamentarse por que el ex-alcalde de Valladolid realizara reiteradas declaraciones sexistas, o por las públicas posturas xenófobas del también ex-alcalde de Badalona. Esa derecha, brutal y autoritaria, que desprecia la memoria histórica de las víctimas de la represión franquista y sigue justificando los crímenes de la dictadura, es la que está detrás de estos aullidos.

Responder con contundencia a la reacción

La llegada a los gobiernos municipales de toda una serie de candidaturas de izquierda fuertemente ligadas a las luchas y movilizaciones de estos últimos años, han supuesto un duro golpe para la burguesía y sus representantes políticos, especialmente el Partido Popular. Ni unos ni otros pueden permitirse que estos gobiernos tengan éxito y se conviertan en la expresión de las aspiraciones de los trabajadores y los oprimidos. Lo que está en juego es mucho, ni más ni menos que toda una estrategia global de ajustes y privatizaciones de servicios públicos que, de pararse en los municipios, puede catapultar a la izquierda que lucha a obtener un gran éxito en las elecciones generales. Hay muchos intereses en juego y la derecha va a tratar de evitar ese éxito por todos los medios posibles a su alcance, sin detenerse ante nada. En esa línea se encuadran las esperpénticas declaraciones de Esperanza Aguirre y otros dirigentes del PP en las últimas semanas tratando de crear miedo e incertidumbre ante este proceso de cambio, o la campaña lanzada por los medios de comunicación contra Guillermo Zapata.

El PP pretende cínicamente erigirse en garante y defensor de los valores democráticos obviando que durante años (e incluso décadas) esos gobiernos autonómicos y municipales que ahora han perdido fueron claros ejemplos de autoritarismo, al tiempo que servían de base para todo tipo de actividades ilícitas y para prácticas de corrupción generalizada, como las que han puesto sobre la mesa las tramas Gurtel, Púnica o el mismo caso Bárcenas. Y no pueden borrar los rastros de su hipocresía cuando acusan a otros de incitar a la violencia, porque son ellos y el sistema capitalista que defienden los que generan una y otra vez violencia contra los millones de parados o los trabajadores precarizados que viven en la pobreza o en los límites de la misma, contra las personas a las que se les priva de sus derechos más básicos de educación y sanidad o contra aquellas a las que se expulsa de su casa para defender los intereses usureros de los bancos.

La burguesía entiende perfectamente lo que significa la irrupción de las candidaturas de izquierda y los peligros que significan para sus intereses, y sus ataques contra esos gobiernos no cesarán hasta hacerlos descarrilar. La ofensiva no ha hecho más que empezar. Por eso la respuesta de Ahora Madrid y de la izquierda que lucha debe ser clara y contundente. No hay que dejarse amilanar por elementos que sólo conocen la ética podrida del lucro obsceno, del ventajismo y el individualismo que contempla con indeferencia y cinismo el sufrimiento de la inmensa mayoría. La mejor defensa no son las ruedas de prensa, ni dar pábulo a las campañas de la reacción, sino responder con medidas concretas en beneficio de la mayoría social, movilizando a la población que ha hecho posible este cambio histórico en el ayuntamiento de Madrid, y denunciando, con un lenguaje preciso, claro y comprensible, la política de la derecha y sus cínicas mentiras.


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