En los últimos días hemos debatido con algunas compañeras del movimiento feminista acerca del llamado que hacemos a todos nuestros compañeros a sumarse y participar junto con nosotras en esta lucha.

Lamentablemente nos hemos tenido que enfrentar a argumentos que plantean que estas movilizaciones deben ser secundadas únicamente por mujeres. Desde Libres y Combativas tenemos que decir con claridad que esto nos parece un grave error.

Sobra decir que las mujeres somos las protagonistas, dirigentes e impulsoras de este gran movimiento que se está extendiendo en la Universidad, en el país y por todo el mundo y también lo seremos en las movilizaciones del próximo 8 de marzo. Pero para nosotras, como feministas, anticapitalistas y revolucionarias, la lucha por los derechos de la mujer trabajadora no es únicamente una cuestión de género sino también de clase. Bajo el sistema capitalista no todas somos iguales, aunque seamos mujeres ¿Qué tenemos que ver las mujeres y las jóvenes de familias trabajadoras con Margarita Zavala, Angélica Rivera, Yeidckol Polevnsky, Lilly Téllez? ¡Absolutamente nada!

El mero hecho de ser mujeres no nos coloca automáticamente del mismo lado de la barricada. Esta minoría de mujeres privilegiadas y ricas, defensoras del sistema y de las políticas de austeridad, no son nuestras aliadas. Ellas son responsables, con sus políticas de recortes y de ataques a nuestros derechos más básicos, de la situación de opresión a la que nos vemos sometidas la mayoría. Muchas de ellas amparan a la mal llamada justicia que nos condena y criminaliza, recortan drásticamente las ayudas económicas para las víctimas de la violencia machista. Ellas reproducen el machismo y lo emplean contra la mayoría de las mujeres —las que no tenemos la vida solucionada como ellas— para defender sus privilegios económicos y su poder.

Nosotras no reivindicamos un revanchismo de género para hacernos del poder y oprimir a otr@s, pasando por encima de sus derechos.

Desde Libres y Combativas entendemos que no tenemos nada que ver con esas mujeres que reproducen los valores machistas y patriarcales del sistema capitalista, y justifican nuestra opresión. Con quien nos sentimos profundamente unidas es con las millones de mujeres de familias normales y humildes que han tomado las calles para terminar con esta situación de violencia permanente contra nosotras: las que los próximo 6, 7 y 8 de marzo volverán a salir con fuerza en todo el mundo para acabar con esta situación.

Y también nos sentimos muy unidas con nuestros compañeros de clase, que han estado junto a nosotras en las movilizaciones y las luchas por una universidad pública, gratuita y digna. Con todos los jóvenes con los que hemos compartido las calles contra el porrismo y la violencia. Con nuestros profesores de la CNTE que han dado una batalla tremenda contra la mal llamada reforma educativa, con las y los jornaleros del Valle de San Quintín que han formado el SINDJA para defender sus derechos y enfrentar los abusos de las trasnacionales de la agroindustria, con las y los obreros del Movimiento 20/32 que se han partido el cuerpo por afrontar a la CTM, o con las y los campesinos e indígenas que luchan contra los megaproyectos de muerte, con los pensionados que exigen pensiones dignas para todas y todos o los que salen con nosotras a las calles para lograr que el aborto sea ley, y con los pelean todos los días por los derechos de la comunidad LGTBI.

Ellos luchan y defienden junto con nosotras nuestros derechos, los derechos de nuestra clase y por tanto, también los de las mujeres y las jóvenes de familias trabajadoras. Ellos son nuestros compañeros de lucha y les queremos a nuestro lado, apoyando nuestras justas reivindicaciones, haciendo paros y manifestaciones. Ellos aspiran como nosotras a acabar con este sistema injusto y lograr una sociedad sin discriminación y libre de opresión de cualquier tipo. Por eso son tan bienvenidos en esta batalla. Desde Libres y Combativas les llamamos a todos ellos a que, junto con nosotras, salgan a pedir el fin de la violencia machista, a defender los derechos de la mujer trabajadora, a parar las escuelas este 6 de marzo y a que participen activamente en las concentraciones y manifestaciones. Para nosotras, la fuerza está en la unidad de todos los oprimidos.

¿Qué suma y qué resta en la lucha contra el machismo?

Explicamos esto porque recientemente en un asamblea mixta y abierta dos compañeros nuestros fueros retirados de esta reunión por “sospechas” de pertenecer a un “bloque rojo de choque” y por ser estudiantes matriculados de escuelas donde los paros son separatistas, a pesar que los compañeros expresaron y reiteraron que no estaban ahí como representantes de sus escuelas ni mucho menos hablaban en nombre de las compañeras de la toma. No nos queda más que rechazar estos métodos antidemocráticos que más que sumar a la lucha lo que hacen es dividirla, debilitarla y orientarla claramente hacía la derecha.

Nuestros compañeros siempre han participado de forma humilde y respetuosa en nuestra lucha y nos han dado el peso protagonista de la misma. Rechazamos que hayan sido retirados por ser hombres cuando incluso había otros chicos presentes, que se quedaron en la reunión, lo que deja claro que esta censura tiene un trasfondo político.

Por otro lado, todo estudiante democrático y honesto tiene derecho a defender el programa político y métodos que desee e incluso afiliarse si así lo desea a alguna organización, ya sea a las que están al frente de las tomas o no. El derecho a la organización política lo conquistaron desde la izquierda, nuestros padres y abuelos a costa de la represión, desaparición, clandestinidad y asesinato donde la derecha y la reacción los persiguieron por ser “rojos” o “anarquistas”. Dentro del movimiento combativo y honesto no podemos reproducir estos métodos de censura que se asemejan mucho a las acciones de la Rectoría o los directivos cuando nos impiden pegar un periodo mural, hacer actividades políticas de concientización y difusión, hacer asambleas, mítines y organizarnos dentro de las escuelas.

Desde Libres y Combativas no coincidimos con los métodos sectarios e individualistas, lo cual no significa que carezcamos de espacios de debate femeninos. Indudablemente el protagonismo de esta lucha es nuestro, de las mujeres. Nos basamos en la colectividad, no caemos en la arrogancia de la autosuficiencia. No nos sentimos incómodas por ir al lado de un hombre que quiere expresar públicamente su repulsa hacia el machismo imperante, que quiere sumar su voz a nuestro grito contra el patriarcado. Queremos no sólo a nuestros compañeros de este lado de la barricada sino al pueblo entero. Luchamos para que todos nos oigan, para que nuestra opresión cotidiana que adquiere muchas y terroríficas expresiones se visibilice, para que nadie piense que somos víctimas propicias, para demostrar nuestra fuerza y nuestra determinación. Los paros deben de luchar contra quienes detentan el poder en esta sociedad, en las Rectorías y en el gobierno, en las empresas y en los juzgados…¡No confundamos al enemigo!

Estamos convencidas de que lo que no suma, resta y nosotr@s desde el SE y LyC no dejaremos de participar en el movimiento feminista, como una organización de jóvenes y trabajador@s, pues no estamos exentas de esta violencia machista que incluso ha tocado cruelmente a nuestra organización. En diciembre del 2018 una de nuestras compañeras fue agredida, fue secuestrada, robada y violada, desde entonces hemos agudizado nuestra batalla contra el machismo, en espacial el más grave de todos: el machismo institucional, a través del cual se reproducen los demás. Después de un arduo año de movilizaciones, mítines y todo tipo de presión política, logramos la detención del atacante, que luego descubrimos se trataba de un violador serial que actuaba en la zona de Iztapalapa. Nuestra lucha, nuestros métodos, que no son otros que los de la clase obrera, nos permitieron este resultado, queremos llevar esta experiencia al resto del movimiento y defenderemos nuestro derecho democrático a participar, más aún cuando somos totalmente consecuentes con las demandas.

Por ello, nosotras no sólo animamos a las trabajadoras y los trabajadores a que participen en nuestra lucha, sino que consideramos que acciones aisladas y minoritarias no sólo son poco efectivas, sino que muchas veces son contraproducentes para hacer avanzar la lucha. Por eso desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas participamos en las asambleas y reuniones para exponer nuestro punto de vista como cualquier otra compañera y compañero que quiere abonar al desarrollo y fortalecimiento de esta batalla.

La lucha feminista no le pertenece a nadie, faltaba más que en el movimiento se desarrollaran cotos de poder, con la intensión de controlarlo, dividirlo en líneas de género, utilizar la acción directa sin sentido, desprenderse de la base estudiantil, etcétera. Tenemos que reflexionar si esto es más benéfico para la derecha o para la lucha que pretende acabar de verdad con la opresión.

Por eso desde nuestra trinchera estamos impulsando este 6 de marzo un paro de 24 horas unificado, de todas las instituciones educativas contra la violencia machista, haciendo un llamado serio y decidido a las y los trabajadores para que lo secunden. Pocas herramientas de lucha impactan tanto a los poderosos como paralizar completamente la actividad económica. En un día así, pierden temporalmente el control porque ninguna máquina, ningún medio de transporte, ningún comercio, aula, juzgado, programa de televisión… funciona, porque así lo decidimos nosotr@s, el conjunto del pueblo explotado.

¡Todas y todos a las movilizaciones, asambleas, reuniones y paros!


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