En plena pandemia, el movimiento feminista ha tenido que seguir en las calles, no por negligencia sanitaria, sino porque para nosotres es claro que no existe confinamiento para la violencia machista.
Hemos visto cómo se han hecho plantones en Palacio Nacional, protestas y tomas de sedes de la CNDH para exigir justicia a las víctimas de feminicidio y violencia sexual, en todas les familiares y la juventud han sido la vanguardia del movimiento, dotando de entusiasmo y valentía a un movimiento que cada vez se organiza más, al cual se ha bombardeado mediáticamente para deslegitimizarlo y justificar la represión con tal de que no se propague con el resto de la población.
El pasado 22 de agosto, un grupo de mujeres se manifestaba pacíficamente en el centro de León, Guanajuato, por un caso de violencia sexual cometido por la policía municipal en contra de una joven. El contingente fue reprimido por la policía, quienes realizaron al menos 23 detenciones arbitrarias y que cobardemente fabricaron delitos como agresión y vandalismo para justificar las detenciones. Si a Armando Cabada y Javier Corral les zumban los oídos es porque, como buenos panistas, arremetieron de la misma manera contra feministas en Cd. Juárez que se manifestaron en solidaridad por lo de León.
Protestar no es un delito
Según la carta emitida por Amnistía Internacional a Diego Sinhue, y al alcalde de León, Héctor López Santillana, “La violencia sexual jamás debe ser utilizada como forma de control del orden público”, y aquí les aclaramos, la violencia sexual jamás debe ser utilizada. El problema de los organismos internacionales de derechos humanos es que entre discursos demagógicos y la poca intención real de poner fin a la violencia, se vuelven un lastre burocrático en donde las opiniones emitidas no sirven para nada. Prueba del hartazgo social han sido la toma de más de 20 sedes de la CNDH en todo el país.
Necesitamos acciones reales y contundentes que le pongan fin a la violencia feminicida institucional, ya que el 99% de los casos de feminicidio quedan impunes, y un frente al fascismo del PRIAN, quienes demuestran lo reaccionaria que es la derecha en el poder. Esto no es nuevo pero estamos hartas, y la necesidad ha visto rebasada la capacidad política de MORENA de ser consecuente y gobernar para el pueblo, son penosas las declaraciones de AMLO y Rosario Piedra deslegitimando al movimiento, haciendo alusiones de que son vándalas o infiltradas de la derecha. En cualquier movimiento lo puede haber, pero el trasfondo es otro, 8 de cada 10 mujeres violentadas son pobres, así que sí, el movimiento feminista es de las oprimidas, de la clase trabajadora.
La socialdemocracia tiene un vacío político tan grande que le da aire a la burguesía de organizarse y con ello refuerzan los cuerpos represivos. No son suficientes las disculpas públicas ni necesitamos que se incremente el presupuesto a la policía, porque es más que claro que no nos cuidan y que les da miedo ver a nuestra clase ganar derechos.
Desde Libres y Combativas queremos construir una alternativa revolucionaria y socialista que acabe con la violencia hacia la mujer trabajadora, no con palabras sino con hechos, que arrebate los privilegios de la clase dominante para repartir la riqueza entre todes, que a nadie le falte casa, salud, educación y trabajo, y sobre todo, que todas sigamos vivas.
Exigimos:
¡No más represión al movimiento feminista!
¡Libertad y absolución inmediata a presas políticas por luchar!
¡Justicia para las víctimas y castigo ejemplar a policías violadores!
¡Depuración inmediata de funcionarios corruptos y desmantelamiento de los cuerpos represivos!