Después de las grandes movilizaciones del 8M de 2020, y la continuidad de estas en 2021 (inclusive tras la pandemia) se ha demostrado la gran fuerza del movimiento feminista llenando las calles, de la CDMX y de los diversos estados de la República Mexicana. Esto ha reflejado no solamente que la violencia machista no ha parado ni ha estado en cuarentena, sino por lo contrario, se ha recrudecido. La necesidad de avanzar en una lucha organizada contra el feminicidio, las precariedades que vivimos y toda la violencia machista e institucional a la que nos enfrentamos las mujeres de la clase trabajadora, que somos las que pagamos todas las facturas de este sistema patriarcal, es porque sólo la lucha constante y combativa en las calles nos permitirá alcanzas nuestras demandas.
Es innegable la fuerza del movimiento feminista, un movimiento que no es nuevo, sino todo lo contrario ha estado presente en los gobiernos PRIANistas donde en cada estado de nuestro país se han llenado las manos de sangre con tantos feminicidios y violencia hacia las mujeres. La ola morada ha ido creciendo y cada vez más fuerte por la necesidad de mantenernos vivas y en condiciones dignas. Ante esto, el gobierno reformista de López Obrador ha hecho oídos sordos, parece que se le ha olvidado que está donde está gracias a la lucha del pueblo, en la que las mujeres jugamos un gran papel.
El oportunismo descarado de la derecha
Hemos visto cómo la derecha, que ante su agonía con un nivel de aceptación de alrededor del 20% (con todo y sus coaliciones), no le ha quedado más que colgarse de una forma ridículamente oportunista, de este movimiento. El año pasado tras los feminicidios brutales de Fátima e Ingrid que causaron una indignación total, la derecha no tardó ni 24 horas para vestirse de feministas: mujeres como Margarita Zavala, una mujer no sólo conservadora, sino que acompañó toda la violencia, opresión y misoginia de Felipe Calderón, en su gobierno; Denisse Dreser, una mujer que desde siempre ha servido a la burguesía, y que incluso en el pasado 8M publicó una foto falsa de Toronto, haciéndola pasar por la CDMX para mencionar represión por parte de Sheinbaum, acto que deja muy claro su servintilismo a la derecha, etc. Además de que lanzaron una convocatoria de un día sin mujeres, agarrándose de estos feminicidios, dónde incluso ni muertas las dejaron en paz, y tratando de capitalizar el descontento, el PRI y del PAN, usaron consignas del movimiento feminista como “Ni una menos”, “Justicia para Fátima”, etc. para invadir sus redes sociales. La derecha ha demostrado toda su hipocresía, colgándose de un movimiento auténtico fundamentalmente nutrido por las mujeres de las familias trabajadoras que ya estamos hartas de vivir en la violencia y la precariedad.
Los gobiernos del PRIAN, que tiñeron de sangre el país con el incremento exponencial de los feminicidios los cuales aumentaron 68% durante el gobierno de Calderón y 49% tan solo en el primer año del gobierno de Peña Nieto, son los que ahora se presumen de feministas.
Este 2021, la derecha tampoco se cruzó de brazos, empezaron a llenar las redes sobre el 8M, sin embargo, algunas no salieron a marchar argumentando que a ellas sí les importa la vida de las mujeres en la pandemia, esto muestra claramente lo conveniente que es para la derecha mantenernos en la inacción dejándonos en casa. Pero otras tuvieron el atrevimiento de salir como Margarita Zavala, intentando mezclarse con las demas con las que claramente no tenemos nada en común, mujeres de la burguesía como ellas, no tiene la opresion de las tareas del hogar sobre sus espaldas, tampoco salen a la calle a deshoras por necesidad laboral, no se trasladan en trasporte público ni viven en los barrios más peligroso y feminicidas, no, ellas por el contrario son mujeres que buscan “empoderarse” para oprimir y explotar a otras mujeres, por eso no son bien recibidas en nuestro movimiento Ahora más que nunca es necesario que todo el movimiento echemos a la derecha no sólo de nuestras movilizaciones, como lo hicimos hace un año con los Le Baron, sino de toda nuestra lucha.
Es claro que a la derecha nunca le han interesado ni le interesarán nuestras vidas, pero también es clara su desesperación de sobrevivencia, este intento oportunista de montarse en las demandas del feminismo solo demuestra su debilidad política y militante, le viene bien colgarse de un movimiento auténtico para atacar a López Obrador y sobre todo para poder ganar terreno en las ya muy cercanas campañas electorales. Pero a nosotr@s no se nos olvida quienes por décadas nos han tenido oprimid@s.
Por un feminismo a favor de las y los oprimidos
Hemos visto cómo las acciones de algunos grupos que anteponen el enfrentamiento individualista y los desmanes resultan ineficaces porque lejos de aglutinar, dispersan y asustan sin ofrecer una alternativa política clara, si a esto hay que sumarle la ceguera del Gobierno y la desmovilización de los sindicatos y organizaciones políticas, tenemos un caldo de cultivo para la infiltración de estas tendencias. La única manera de combatir el oportunismo de la derecha y las infiltraciones al movimiento feministas de intereses ajenos, es con la lucha organizada, amplia y democrática, llamando siempre a la acción y no a reservarnos en nuestras casas, sino llenar de protesta y conciencia cada una de las acciones para acabar con la violencia y no abandonar las calles dándole un contenido revolucionario, dejando claro que esta lucha es contra el machismo y contra la derecha representante del sistema capitalista que nos oprime, violenta y explota.
Este 8M vimos que la lucha es el único camino y que podemos avanzar en nuestras demandas, luchando por condiciones laborales justas, por guarderías y comedores para los hijos de las mujeres trabajadoras, por una educación sexual, por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, por infraestructura que nos brinde seguridad, transporte público digno y seguro, etc.
¡Fuera la derecha del movimiento feminista!
¡Las calles serán siempre nuestras!