Entre 2007 y 2019 han sido asesinadas 544 mujeres trans, 13 en 2020 y 32 en 2021. El Estado con mayor índice de transfeminicidios lo encabeza Veracruz, seguido de Colima, CDMX, Chihuahua, Estado de México, Michoacán, Guanajuato, Baja California, Jalisco, Puebla y Chiapas. El promedio de vida de las mujeres trans es de 35 años; Valeria de 25, Kendra de 26, Ximena de 24, Saray de 31 y muchas otras mujeres trans que fueron víctimas de la transfobia y crímenes de odio ni siquiera llegaron al promedio, pues su vida y sus sueños les fueron arrebatados por este sistema machista, heteropatriarcal y LGTBIfobico.

¡Justicia para Paola, para todxs!

Muy pocos casos logran tener un poco de justicia, pues este sistema se encarga de revictimizarnos, llamándonos “hombres vestidos de mujer” en las carpetas de investigación, alterando y archivando las carpetas y dejando libres a quienes nos asesinan. Tal es el caso de Paola Buenrostro, quien fuera víctima de la transfobia en 2016 y, aunque habían detenido al agresor en flagrancia, el MP decidió dejarlo en libertad.

Durante la investigación del transfeminicidio, las autoridades nombraron a Paola como “M”, “A”, “el occiso”, “C. Paola el sexoservidor”, “sujeto masculino” y “masculino desconocido”, con lo que le negaron el derecho a su identidad de género. En 2019 la CDHCM emitió una recomendación - “02/19” a la PGJCDMX - en la que por primera vez un crimen de odio contra una mujer trans fuera tipificado e investigado como transfeminicidio.

Tras años de lucha, protestas, un sinfín de quejas y solidaridad, la comunidad trans arrebato el año pasado 2021 que, la Fiscal General de Justicia, Ernestina Godoy Ramos, pidiera una disculpa pública a Kenya Cuevas y Paola Buenrostro por ser revictimizadas, por la actuación negligente, discriminatoria y carente de empatía por parte del personal que, en ese entonces, era responsable de procurar justicia.

El intento de transfeminicidio contra Natalia Lane, ocurrido el 16 de enero del 2022, nos muestra que lo anterior no es suficiente, el actuar de la Fiscalía de en una semana detener al potencial transfeminicida es lo mínimo que el Estado debería hacer, ¿pero que ocurre con todas las demás víctimas, aquellas que no salen en los medios? ¿Qué pasa con los cientos de carpetas iniciadas y abandonadas?

No basta con reconocer sus errores y ofrecer una disculpa pública, si de verdad el Estado quiere reparar y tener garantía de no repetición exigimos aprobación de leyes que nos protejan y su cumplimiento, destitución de MP que nos revictimicen o entorpezcan el acceso a la justicia, que los jueces otorguen sentencias ejemplares a transfeminicidas mandando el mensaje claro que nuestras vidas importan y las defenderemos.

Pero no sólo eso, ya que no creemos en las instituciones del Estado, porque si han hecho esto no ha sido por buena voluntad o porque de verdad reconozcan nuestras opresiones sino porque han sido obligados por la lucha organizada en las calles del movimiento feminista y donde el colectivo trans ha jugado un papel fundamental. 

Ley Paola Buenrostro arranquémosla con la lucha

En octubre de 2021, diputados de MORENA presentaron una iniciativa de Ley para que se reconozca el delito de transfeminicidio en el código penal de la Ciudad de México para imponer penas de 35 a 70 años de prisión a quien cometa este crimen, la iniciativa la han denominado como “Ley Paola Buenrostro”.  

Esto sin duda sería un gran avance para la comunidad trans fruto de años de resistencia y batallas. Obtener justicia y reparación del daño por parte del Estado, que por años nos ha silenciado y oprimido por nuestra identidad, serian pasos muy importantes, pero no los suficientes y todos los que necesitamos.   

Aún tenemos grandes batallas que dar, sabemos que la lucha organizada es el único camino para defender nuestras vidas y conquistas nuestros derechos, por eso te invitamos a unirte a Libres y Combativas y luchar junto a nosotras contra este sistema que no nos ofrece absolutamente nada.

 

¡Nuestra mayor venganza es que seamos felices!

¡Aquí está la resistencia TRANS!

No es un hecho aislado, los transfeminicidios son culpa del Estado


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