Las instituciones machistas, enquistadas desde la médula en el sistema capitalista, fomentan y encubren la violencia hacia las mujeres. En México, desde siempre hemos sido testigos cómo dentro de los partidos políticos que se enmarcan en el sistema parlamentario del Estado capitalista, la invisibilidad y agresiones sexuales hacia las mujeres no han sido una excepción.

Entre los casos más sonados se encuentran los involucrados en redes de trata sexual como el de los priístas Cuauhtemoc Gutiérrez y Mario Marín, ahora detenidos, y el del panísta Miguel Ángel Yunes. Lamentablemente, la violación, abuso y acoso sexual por parte de dirigentes y militantes políticos también se han encontrado dentro de partidos izquierdistas, como en su momento lo fue el PRD y ahora en MORENA, así como en partidos independientes como el actual Partido Comunista de México.

Cuando la clase trabajadora optó por una alternativa al sistema delincuencial que veníamos viviendo con los regímenes anteriores, también quería acabar con las agresiones hacia las mujeres, las desapariciones de mujeres, y las mujeres explotadas sexualmente en casas exclusivas para políticos. El sistema patriarcal que ve a la mujer como un ser inferior y defectuoso regido por los deseos y necesidades de los hombres, encontró su panacea en el sistema capitalista-neoliberal quien ve a las personas como objetos de producción y de consumo; así, tanto las instituciones del Estado capitalista como las instituciones sociales dan aval para que los hombres hagan lo que quieran con las mujeres, deseo que se traduce como dominación, la cual tiene doble fuerza si se trata de personas con poder económico y político.

Sabemos que este sistema rige de alguna u otra forma, nuestras acciones cotidianas y nuestra vida privada, por ello es urgente que la izquierda tome el problema seriamente, con autocrítica y no con mera demagogia.

Las señalizaciones sobre violencia de género perpetuadas por integrantes de MORENA cobraron revuelo con el caso de Salgado Macedonio, excandidato a la gubernatura de Guerrero para el 2021. Él posee dos carpetas de investigación por cargos de violación: la primera aun vigente, la segunda prescrita por que el delito ocurrió hace 22 años. La respuesta tanto de la dirigencia del partido como del propio Obrador fue lamentable, si bien es cierto que los sectores de derecha hacen uso de artimañas para denostar a la 4T, ello no quiere decir que las denuncias y la exigencia de un sector de MORENA y de grupos feministas tengan por móvil un ataque político sin fundamentos para evitar que MORENA sea mayoría, argumento del que el partido se ha servido de maravilla para desestimar otros episodios como el de Ricardo Monreal, Pedro Salmerón, y muchos otros.

Salgado, en tono envalentonado y respaldado por el presidente del partido, llamó a movilizaciones “contra el juego sucio” del que fue sujeto; ofensiva dirigida principalmente contra los funcionarios del INE quienes le depusieron de su candidatura. Sobra decir que el enfoque de la denuncia del INE no estuvo en el problema que daña directamente al pueblo, es decir, en las mujeres agredidas, si no en los trámites burocráticos de la democracia burguesa. Ante la negativa del INE, ahora Salgado gobierna desde el régimen encabezado por su hija, y no tiene ninguna carpeta de investigación en proceso por las denuncias en su contra.

Otro caso es el del morenista Saúl Huerta, quien fue acusado de abusar de un menor de edad mientras ocupaba el cargo de diputado federal, sin el apoyo del presidente, el sujeto renunció a su cargo y al día de hoy lleva su proceso en prisión.

El mejor revés a la derecha sería mostrar que el partido respaldado por las y los trabajadores no tolerará ningún tipo de opresión, no repetirá la misma historia y los pactos patriarcales de siempre, no permitirá en sus filas a más agresores sexuales y no seguirá desvalorando los testimonios de violencia sexual como lo han hecho por siglos las instituciones machistas. He ahí la doble responsabilidad de los partidos de izquierda para acabar con la impunidad, MORENA no puede permitirse traicionar más al pueblo ni las demandas del movimiento feminista.

La lista de agresores seguirá engrosándose mientras los que dicten y apliquen leyes sean los primeros violentadores y permanezcan ajenos al pueblo. El sector honesto de MORENA y las mujeres de la clase trabajadora de izquierda debemos ir contra los oportunistas que se han apoderado de las decisiones del partido, mantenernos firmes contra los pactos patriarcales en el partido, reclamar por justicia  social, codo a codo con la clase trabajadora organizada, para que juntos terminemos con este sistema capitalista-patriarcal, el cáncer que nos está matando.   


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