El 16 de marzo, una vez más, los trabajadores agrupados en el SME hemos emplazado a huelga en demanda de aumento salarial, pero la crisis económica y social mundial, harán esta ocasión especialmente convulsiva.
La crisis económica actual, que todos los economistas juraban por “la del Tepeyac” era sólo especulación, ahora ha alcanzado el terreno de la producción, millones de trabajadores en todo el mundo pierden su condición de tales en un abrir y cerrar de ojos y mientras las masas laboriosas se acercan inexorablemente al abismo de la pobreza y el lumpenizaje, el gobierno Calderón se embarra en el lodo de la perdida lucha contra el narco, la destrucción de la economía nacional y las crisis internas y contra ciertos empresarios “catastrofistas” que más bien padecen de un realismo burgués pesimista.
El trabajo y el salario no se mendigan ni se negocian, se exigen
La industria energética en este país, está en grave peligro, la experiencia reciente de PEMEX todavía está sangrando y los ojos del asesino (gobierno y empresarios nacionales y extranjeros) ahora apuntan hacia la electricidad, que como ya se ha dicho en incontables ocasiones, esta es un negocio de lo más redondo, pues actualmente nadie puede privarse de este servicio, sin embargo hay un gran obstáculo: el SME y sus trabajadores.
En esta revisión salarial necesitamos ante todo defender nuestras condiciones de existencia. Recuperar el poder adquisitivo del salario electricista significa fortalecer la capacidad de resistencia ante los embates del capitalismo, sin embargo para poder ganar esta lucha es necesario hacer un llamado a las tradiciones y métodos que han hecho triunfar a la clase obrera en todo el mundo, es decir, no sólo utilizar la huelga como amenaza o trámite administrativo sino realmente prepararla, llevando a la base a una politización y una conciencia del papel que como gremio se juega en la industria y en la sociedad para de ahí realizar acciones que pongan al sindicato en una posición de ventaja frente al gobierno federal, como todo buen general sabe, una batalla se gana antes del enfrentamiento.
Es necesario hacer un llamado de solidaridad a los trabajadores de confianza de LyF así como a los trabajadores en general de CFE para que se opongan al esquirolaje que con ellos quiera hacer el gobierno, de igual manera a todos los sectores organizados y sindicatos a realizar acciones en apoyo al SME y en defensa de sus propias reivindicaciones provocando un movimiento generalizado de la clase obrera para lograr la victoria, en esta ocasión sería muy provechosos recordar la huelga general de 1916.
Al capitalismo no se le reforma, ¡se le destruye!
En este momento en Argentina se está desarrollando un movimiento contra el aumento obsceno y absurdo de las tarifas del servicio eléctrico encabezado por el Sindicato de Luz y Fuerza de Mar de Plata, ellos han hecho un llamado a la población en general a sumarse y organizarse para denunciar y dar la batalla por la reducción en las tarifas eléctricas, habrá que recordar la experiencia de la huelga electricista en 1996 en Honduras donde ésta triunfó gracias al apoyo que la población brindó al sindicato en su reivindicación por la reducción de las tarifas; el SME debería retomar estas experiencias y también hacer un llamado a lucha de los usuarios por la creación de una tarifa social y la eliminación de la tarifa DAC, explicando que los responsables de los altos cobros no son los trabajadores, sino el gobierno.
La única manera de garantizar una industria eléctrica al servicio del pueblo trabajador y el desarrollo social es que los mismos que producen la electricidad sean los que decidan como y para quien se produce, es decir, con el control obrero de la producción, eliminado la corrupción a través de la democracia obrera y la planificación social y con la misma combatir los intereses privatizadores de la burguesía nacional y extranjera. El problema no son las políticas neoliberales, sino el capitalismo en sí.
Por un aumento salarial que asegure la vida digna de los trabajadores electricistas y la clase obrera nacional.
Rompamos la política anti obrera de Calderón, ¡preparemos la huelga!