El movimiento cooperativista fue fundado en Inglaterra a principios del siglo XIX por Roberto Owen quien formara parte de los que hoy se conocen como socialistas utópicos y que, contrariamente a como lo hicieran Marx y Engels (fundadores del socialismo científico), veían al socialismo en términos éticos y morales.
Si bien es cierto que las cooperativas demostraron desde el siglo XIX que los trabajadores pueden dirigir una industria sin empresarios, también demostraron que es imposible establecer islas de socialismo en un mar de capitalismo. Es decir, por exitosa que sea una cooperativa, por mucho que los trabajadores que la componen se esfuercen para lograr sacar adelante la producción en cuestión, jamás podrán detener el crecimiento y boicot de los monopolios capitalistas y jamás lograran emancipar al proletariado. Muchas de las cooperativas terminan administrándose en líneas capitalistas porque están obligadas a funcionar en condiciones del mercado. Se desarrolla en los dirigentes de estas fábricas una tendencia inevitable a elevarse por encima de la plantilla, a adquirir privilegios y a corromperse.
Si los trabajadores que se deciden a expulsar al patrón y a conformar una cooperativa fracasan, los burgueses están más que listos para recuperar el control, por otro lado, si esos trabajadores tienen éxito, esto sólo se lograría adaptándose a las normas del capitalismo con lo cual se termina sustituyendo una forma de explotación de la clase trabajadora por otra.
Sin duda, la formación de cualquier cooperativa es un triunfo para los trabajadores, no obstante la experiencia a nivel mundial y nacional ha mostrado las limitaciones de dicho proceso cuando este se realiza no en la perspectiva de una lucha por la transformación de la sociedad, sino en una lógica de supervivencia con objetivos puramente económicos, por lo que para asegurar los logros y beneficios a los que aspiran las cooperativas es necesario que la clase obrera tome el poder.
Las deficiencias y problemas que han surgido en las empresas en las que los trabajadores constituyen cooperativas no son culpa de los trabajadores, sino por el contrario de la falta de control obrero, de la nueva burocracia en la fábrica, de la burocracia estatal y del sabotaje de los reformistas y todo tipo de elementos contrarrevolucionarios.
Es muy común que líderes reformistas utilicen al cooperativismo y a frases como “economías mixtas basadas en cooperativas” para decir que “no es necesario que los trabajadores tomen el poder de una economía, ya que lo pueden hacer localmente”. Lo anterior lo hacen para confundir a los trabajadores y desviarlos del control obrero, planificación y nacionalización. Y eso se debe a que a estos personajes les alarma que el movimiento obrero cuestione la propiedad privada y vaya más allá de los límites del capitalismo.
El desarrollo de las fuerzas productivas y la socialización del trabajo bajo el capitalismo crearon las condiciones necesarias para que la clase obrera transformara la sociedad en líneas socialistas.
Es necesario avanzar al socialismo a través de la expropiación de los capitalistas y la creación de un estado revolucionario que sustituya al estado burgués. El movimiento de ocupación de fábrica en América Latina demuestra que los trabajadores, por su experiencia acumulada, se mueven hacia la socialización de los medios de producción, hacia el socialismo.
Sólo tomando en control de las principales palancas de la economía lograremos echar abajo todos esos intentos de la burguesía para destruir nuestros movimientos revolucionarios, a través de la toma y ocupación de fábrica por parte de los trabajadores, campesinos y comunidades para ponerlas a producir en función no del beneficio individual , sino de las necesidades sociales.
En Venezuela, la lucha encabezada por el FRETECO (Frente de Trabajadores de Empresas en Cogestión y Ocupadas) muestra que los trabajadores sí podemos gestionar las empresas, que el Control Obrero sí es posible en la revolución bolivariana y en la revolución mundial. Lejos de la cooperativismo, el control obrero es una herramienta fundamental para llevar la revolución al socialismo verdadero luchando por dignificar la vida del trabajador, por la reducción de la jornada laboral y contra la explotación de los trabajadores.
UNIDOS Y ORGANIZADOS VENCEREMOS