Esta vez la plataforma propuesta en las fábricas es unitaria y por primera vez pide más que el IPC, es decir 130 euros mensuales. Un 93% de los votantes votaron a favor de la plataforma reivindicativa. Pero sólo votó el 53% de los que podían votar, eso indica que el sector más combativo quiere bastante más y recuperar lo que se ha perdido desde 2001. En los astilleros, en Fiat de Melfi (automóviles) no votó ni el 40% de la plantilla y un 20% rechazó la plataforma. En la Piaggio (motocicletas) apenas participó el 50%; en la planta de Ferrari de Maranello ganó el no. El rechazo a la plataforma se hizo notar en las fábricas que más lucharon durante los años 2003 y 2004.
Los empresarios tan sólo ofrecen 59 euros, argumentando que en Europa hay fábricas donde los sindicatos están aceptando más trabajo por menos salario y que han suspendiendo de tres años los convenios colectivos nacionales: Bosch en Francia, Siemens y Volkswagen en Alemania. Estas declaraciones son una provocación para la clase obrera que está obligada a iniciar otra larga lucha, en el contexto de una crisis de la industria y la infraestructura del país, de despidos masivos y deslocalizaciones. Sin embargo, a lo largo del año 2004, las fábricas que más lucharon lograron victorias parciales (Fiat de Melfi, Astilleros de Fincantieri y Thyssen Acero de Terni), celebradas por el conjunto de la clase obrera. El pistoletazo se dará el día 15 de abril, con la primera huelga general de 2005, contra los bajos salarios y la crisis industrial.