Irlanda, tras un largo período de auge económico, ahora comienza a sentir los efectos de la crisis mundial. Algunos han hecho mucho dinero, pero otros, los que están en el fondo del espectro social, han perdido mucho. Es el momento de levantar la bandera del genuino socialismo dentro del movimiento republicano y dentro del conjunto de la clase obrera.
En mayo de este año la tasa de desempleo en EEUU ha sido el mayor aumento mensual en 22 años. En los 26 condados de la República de Irlanda el aumento del paro ha sido el mayor en 15 años. A principios de junio, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, dijo lo siguiente:
"Estamos pasado por uno de los períodos más prolongados de turbulencia financiera que la mayoría de nosotros podemos recordar. Si, como dice el FMI, es el peor período de tensión financiera desde los años treinta es algo todavía demasiado prematuro para juzgar"-
También dijo que la reciente "fiesta" financiera del crédito barato y los excesivos riesgos han dejado una situación donde, "cuando la fiesta termina, algunos transeúntes que pasaban por allí podrían perder sus casas". (The Independent. 11/6/2008).
Los precios del petróleo han subido hasta casi 11 dólares, 138 dólares barril, "después de que un veterano político israelí presentara el espectro de un ataque contra Irán y una caída brusca del dólar frente al euro". (Jad Mouawad. Oil Prices Skyrocket. Taking Biggest Jump Ever. New York Times. 7/6/2008).
Los precios del petróleo se han cuadruplicado desde 2004.
Todos estos datos impactan sobre Irlanda, tanto en el norte como en el sur. Las implicaciones de estos datos deben ser analizadas por los republicanos en Irlanda. No comprender las implicaciones económicas de esta situación sería un desastre político para cualquier organización republicana. Históricamente el republicanismo irlandés ha dejado la lucha de clases en un segundo lugar.
Durante los años treinta y cincuenta, cuando emigraron millones de irlandeses, empujados por el desempleo y la pobreza, la corriente principal del republicanismo se concentró en las acciones militares, casi ignorando totalmente las condiciones sociales que les rodeaban. Desgraciadamente, hoy todavía hay algunos republicanos que bien niegan la existencia de la lucha de clases o dicen que ésta puede esperar hasta que se haya solucionado la lucha nacional. Esta perspectiva hace que el republicanismo sea irrelevante para la mayoría del pueblo irlandés.
Los cuatro principales partidos que gobiernan el norte hicieron una campaña enérgica para conseguir la creación de la administración del norte, decían que esa paz política tendría beneficios económicos. Por supuesto no especificaron quién recibiría estos beneficios económicos. Ahora que han conseguido su objetivo de tener una administración local, lo que hacen es enviar mensajes sobre que podrían necesitarse décadas para construir una economía vibrante en el norte. Por ejemplo, el Instituto de Directores calcula que durante la próxima década tendrán que crearse más de 140.000 nuevos empleos si se quiere conseguir que la economía en su conjunto crezca. La mayoría de los economistas sugieren que la inversión extranjera, particularmente la de EEUU, y la masiva inversión en instalaciones turísticas, son la mejor forma de conseguir el crecimiento económico. Recientemente, gastaron mucho dinero en una importante conferencia sobre inversión destinada a atraer al norte a los altos ejecutivos de las principales instituciones financieras de inversión norteamericanas, de esta manera, "vender" nuestros beneficios financieros a los inversores estadounidenses. Hace años, el entonces presidente Clinton, "albergó una conferencia de inversión en Washington y apoyó una similar en Belfast, en medio de toda la excitación provocada después de la firma del acuerdo". (Paradoja de la paz: riqueza privada y economía débil. Irish Independent. Escrito por Brendan Keenan e Yvonne Hogan).
Se han enviado mensajes económicos positivos a los inversores para que todos ellos vengan e inviertan. ¿Deberíamos todos ser igualmente optimistas y dar la bienvenida a los nuevos ricos? En realidad la respuesta no es tan sencilla.
Sí, ha habido beneficios económicos con la nueva administración. Se han transformado las empresas en el centro de la ciudad se han transformado. En estos nuevos centros financieros hay vitalidad. Muchos barrios obreros han visto como aumentaban los coches en propiedad durante los últimos diez años. El centro de Belfast se ha transformado con nuevos edificios, centros comerciales y una agitada vida de café. También se han producido grandes cambios en el Barrio Titanic con una nueva ciudad. La regeneración de las orillas tanto en Belfast como en Derry siguen los mismos planes de regeneración que en Gran Bretaña. Las redes de carreteras se han modernizado para permitir un tráfico más rápido. Durante dos o tres años se ha producido un boom de la propiedad y eso ha hecho que aumentasen los precios inmobiliarios, en 2006 un increíble 36 por ciento.
¿Todo ha sido bueno? Realmente no. Tomemos el caso del Barrio Titanic, que se ha construido con trabajadores emigrantes y muy pocos de los barrios obreros de Belfast Este han podido trabajar allí. Los apartamentos se han construido con un ojo en los inversores o en los aspirantes a trabajadores de cuello blanco urbanos.
El programa de construcción de carreteras se ha acelerado para permitir el tráfico de camiones privados (incluso cuando suben los precios del petróleo) y así suministrar a las grandes empresas, olvidando casi completamente los sistemas públicos de transporte. Han tenido poca o ninguna consideración en la salud de las comunidades obreras que viven junto a las autopistas. El nombramiento absurdo de S. Wilson como ministro de medioambiente demuestra muy claramente la prioridad de la administración a la hora de proteger el medioambiente. Wilson es el militante del DUP menos comprometido con el medioambiente. Pocos esperan que Wilson desafíe los intereses empresariales que destruyen las ciudades y la vida de la clase obrera.
El presunto boom inmobiliario ha obligado a las familias obreras ha irse de las zonas obreras tradicionales de Belfast, como Lower Ormeau Road, Holylands, Stranmillis y el Village. Estas zonas están llenas de cientos de carteles de "se vende", con casas y apartamentos vacíos durante la mayor parte del año mientras los recién casados, parejas jóvenes o familias corrientes tienen que esperar una larga lista para conseguir una vivienda de protección oficial.
El inversor privado es el rey. Muchos de estos inversores proceden de Irlanda del Sur y han comprado grandes bloques de apartamentos con la idea de conseguir beneficios rápidos. ¿Cuál es el resultado? Una crisis inmobiliaria cada vez mayor. Es la consecuencia inevitable del "thatcherismo". Una gran cantidad de viviendas públicas se han vendido a sus inquilinos que han empezado a formar parte de las clases propietarias. El Ejecutivo de Vivienda, que antes tenía la responsabilidad total sobre la vivienda pública, se ha visto debilitado porque muchas de sus funciones han pasado a asociaciones de vivienda. Desgraciadamente el Ejecutivo de Vivienda se acomodó a las tensiones sectarias locales creando asentamientos separados para las familias católicas y las protestantes. Por eso cientos de casas en Belfast Norte están vacías dentro de las zonas protestantes mientras que hay cientos de católicos que no pueden conseguir una casa. Si las casas se distribuyeran sobre la base de la necesidad, sólo entonces se podrían llenar todas esas casas vacías.
Por supuesto esa sería la actitud sensible de cualquier tipo de administración radical. El Sinn Fein (Provisional) llegó a tener una posición radical.
Una respuesta radical a la crisis inmobiliaria sería la introducción inmediata de un impuesto sobre la vivienda de 1.000 libras mensuales sobre cualquier apartamiento o vivienda vacíos durante seis meses o más y su expropiación sin compensación si lleva vacía dos años o más.
Sólo estos dos pasos conseguirían reducir inmediatamente los alquileres privados, permitiría que miles de viviendas estuvieran disponibles con alquileres asequibles y el final de la crisis inmobiliaria en un período corto de tiempo.
Desgraciadamente, esa medida va en contra de las tendencias pro-capitalistas de todos los partidos presentes en la asamblea y es poco probable que vean la luz del día hasta que una verdadera voz socialista se haga escuchar.
Pero no sólo están hartas las familias que esperan una vivienda. Recientemente, el Consejo del Consumidor de Irlanda del Norte reveló que las familias ahora tienen que pagar más de 40 libras semanales respecto al año pasado sólo para cubrir sus necesidades básicas. El aumento de los precios de los alimentos, combustible e hipotecas, significa que muchas familias ahora tienen que pagar 160 libras mensuales más cada mes. Los costes alimenticios han subido un 7 por ciento el año pasado. Por ejemplo, el pan ha subido un 12 por ciento y la mantequilla más de un 60 por ciento en los últimos doce meses. (It's an odd time for assembly to hitch itself to US economy. Patrick Murphy. Irish News. 13/5/08).
Con el lento aumento del coste de barril de petróleo, 139 dólares, 40 más que el año pasado, podemos esperar un aumento continuo del coste de la vida para la mayoría de las familias de las dos irlandas. Ya los precios de la electricidad han subido un 14 por ciento y subirán de nuevo en octubre. Algunas familias que acababan de comprar viviendas han perdido dinero y sobre todo en aquellas zonas comerciales donde se está produciendo una importante desaceleración de la actividad económica, ahora tienen dificultades para hacer frente a sus hipotecas. La organización de caridad Shelter calcula que este año habrá 53.000 desahucios en Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Además la economía del norte depende de los altos niveles de gasto público, que suponen un 60 por ciento de la economía frente al 40-50 por ciento de los estados occidentales de la UE. (Paradojas de la paz: riqueza privada y economía débil. Irish Independent. 12/4/2008).
Paradójicamente, el gasto público ha beneficiado en gran medida a las clases medias profesionales que han conseguido tener los ingresos disponibles más elevados de las islas británicas. Con la existencia de institutos de enseñanza de elite, a diferencia de sus vecinos de Inglaterra y Gales, ellos no han tenido que gastar fortunas en enviar a sus hijos a estudiar a colegios privados británicos.
El compromiso del régimen de Stormont con la agenda neoliberal significa que poco a poco se reducirá el gasto público y se acelerará la privatización. Las clases medias profesionales en los estratos superiores de los servicios públicos pueden fácilmente hacer la transición hacia el sector privado. Los principales perdedores en este proceso serán los funcionarios corrientes y también las capas más inferiores que verán como sus trabajados se transforman y son vendidos al sector privado. Por eso es importante defender a los trabajadores del sector público.
Desgraciadamente, la política del gobierno de Stormont es seguir la política dictada por el Tesoro de Londres. El mismo Tesoro que se ha beneficiado con la reducción de los costes de seguridad debido a la paz. Ahora quiere que Stormont aplique su misma política. La nueva administración ha reducido el gasto en 170 millones de libras. Los ayuntamientos intentan reducir los impuestos a las empresas un 12,5 por ciento.
Ante este sombrío panorama económico, debería estar claro que se presentarán oportunidades para aquellos que estamos en la izquierda, que podremos hacer avances entre una clase obrera que bajo el capitalismo cada vez tiene más dificultades.
Después de todo, "Irlanda del Norte es la región con la productividad más baja, el 80 por ciento de la media británica, el gasto público supone el 62 por ciento del PIB, comparado con el 42 por ciento del conjunto de Gran Bretaña y un 27 por ciento en la República de Irlanda, el 23 por ciento abandona la escuela sin cualificaciones y los inactivos económicamente son un 27 por ciento de la fuerza laboral, comparado con el 21 por ciento de Gran Bretaña". (Good Fences don`t mean good neighbours. Barry White, Belfast Telegraph. 13/5/200).
Se presentarán grandes oportunidades para los republicanos de izquierda y los socialistas dentro del movimiento obrero. Es evidente que ha llegado el momento de la intensificación de la lucha de clases. No debemos pensar que haciendo llamamientos a la lucha de clases estamos diluyendo el republicanismo, o que es una retirada hacia alguna forma de "trotskismo económico", en este caso, sólo puedo sugerir que se lean los escritos de James Connolly:
"Como hemos señalado una y otra vez, la cuestión irlandesa es una cuestión social, la larga lucha del pueblo irlandés contra sus opresores se resuelve, en última instancia, con la lucha por el control de los medios de vida, de las formas de producción, en Irlanda. ¿Quién poseería y controlaría la tierra?
"El pueblo o los invasores; y si son éstos, ¿qué sector, el enjambre más reciente de ladrones de tierra o los hijos de los ladrones de la generación anterior?
"Los revolucionarios del pasado eran muy sabios, los socialistas irlandeses son más sabios hoy. En su movimiento, tanto en el norte como en el sur, de nuevo unirán sus manos, una vez más demostrarán, como en el 98, que la presión de una explotación común puede convertir a los rebeldes más entusiastas de la clase obrera protestante, en los adalides de la libertad civil y religiosa de los católicos, y ambos luchar por la democracia social". (Labour In Irish History. James Connolly).
[Publicado originalmente en The Plough. Vol. 5. Nº 7. 12/6/2008)