Hace unos años la llamada "tolerancia cero" se asociaba con los rastros oscuros de la violencia y duras políticas policiales, pero desde hace algunos meses, el término ha adquirido una nueva dimensión: se comenzó a vincular con el tema migratorio y con la medida del gobierno de Donald Trump de separar a los hijos menores de quienes intentan entrar de forma ilegal a Estados Unidos.
El Departamento de Justicia de EU trata desde abril pasado a los indocumentados que intentan ingresar a territorio estadounidense como autores de un delito por el que deben ser juzgados, lo que implica que pierden la custodia de sus hijos, casi 2000 menores fueron separados de sus familiares entre el pasado 19 de abril y el 31 de mayo, según los datos difundidos por las propias autoridades estadounidenses.
La medida generó tal indignación que ha trascendido las fronteras con movilizaciones de trabajadores en distintas partes del mundo, y en el propio país donde recientemente las trabajadoras domésticas Casa Latina y la alianza Nacional de Trabajadoras domesticas llamaron y lideraron una acción de protesta junto al Comité de Socialist Alternative Seattle, repudiando el trato brutal e inhumano de las familias y comunidades inmigrantes a manos de este régimen, lo que llevó a que Donald Trump cesará con las separaciones, pero ahora la detención familiar indefinida es solo otra crueldad.
La nueva medida implica un cambio diametral a la que practicaron tradicionalmente otros gobiernos de Estados Unidos, que consideraba una infracción administrativa el primer cruce ilegal de la frontera. Ahora, al considerarse un delito federal, los indocumentados deben enfrentar un proceso penal, un trato inhumano con trato de delincuentes a quienes lo que buscan es una mejora en su nivel de vida. La decisión conlleva que los menores que llegan con sus padres sean considerados no acompañados y pasan a la custodia del Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos, y luego son enviados a la casa de un familiar, a hogares de acogida o a refugios.
¿Quién se beneficia con esta política?
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) es la Institución protagónica que ejecuta estas políticas, pero debemos ser claros en denunciar a quienes realmente están detrás de estas medidas: son los capitalistas. Por ejemplo las principales beneficiarias de la política “tolerancia cero” de Donald Trump en el frente migratorio han sido las empresas CoreCivic, Inc y el grupo GEO Inc. Tan solo estas dos corporaciones gestionan la mitad de los contratos para prisiones privadas en EU, uno de los negocios más fuertes en la era Trump.
Según datos publicados en La Jornada, en el año fiscal 2017, estas dos empresas obtuvieron beneficios superiores a los 4 mil millones de dólares y los planes de expansión en distintos estados hablan de lo jugosos del negocio de encarcelar a inmigrantes indocumentados. En ese mismo año, el Departamento de Seguridad Interna (DHS) gastó aproximadamente 126 dólares por día por cada inmigrante o persona no ciudadana detenida. ¡Se necesita dinero para empleos y educación, no para deportaciones!
Alto al trato inhumano por buscar una vida digna
Este afán por sacar el máximo provecho de esta racha de detenciones se da en detrimento de los derechos humanos de los inmigrantes. Según un estudio realizado por el Migration Policy Institute, “en las últimas dos décadas, los abusos dentro del sistema de detención de inmigrantes se ha producido de manera desproporcionada en las prisiones privadas.
“Entre el 1º de octubre de 2003 y el 19 de febrero de 2018, un total de 179 detenidos bajo custodia de ICE murieron en instalaciones privadas…” (La Jornada SIN FRONTERAS, 13 DE AGOSTO 2018).La expansión de los centros carcelarios, a donde son trasladados los detenidos, conlleva numerosos problemas, para familiares y sus abogados que salen en defensa de los inmigrantes. Un nuevo centro de detención lejano obligará a muchos detenidos a simplemente aceptar ser deportados.Fortalecer y extender la lucha, no limitarnos a defendernos de los ataques.Estos continuaran a menos que trabajadores inmigrantes y personas oprimidas nos unamos con demandas positivas para mostrar un camino más allá de lo que representa el sistema capitalista.
Necesitamos construir movimientos de masas basados en el poder de la clase trabajadora, que somos el sector con la fuerza numérica y cualitativa de forzar el cambio, solo basta hacernos conscientes cada vez más de la enorme fuerza que representamos y generar organización que nos permita accionar en conjunto con fines claros.
Somos una sola clase obrera internacional, lo que necesitamos es unión de todos los trabajadores, inmigrantes y no inmigrantes, a través de un llamado para inicialmente gravar a las grandes empresas para financiar la educación de calidad, vivienda y atención médica para todos.
Nos unimos al llamado de Kshama Sawant (Concejala en Seattle miembro Socialist Alternative): “Tenemos que luchar por el mundo que sabemos que necesitamos, incluso si los políticos dicen que no es posible, porque lo que es posible siempre es directamente proporcional al alcance y la amplitud de los movimientos que construimos”.
¡Un mundo libre de pobreza y opresión es posible, luchemos por ese mundo juntos!
Organización y lucha por:
El cierre del ICE en todo Estados Unidos.
Que se terminen las viles políticas de Cero ToleranciaFin de todas las deportaciones y detenciones
Derechos legales completos para todos los inmigrantes vinculados a un programa de empleos garantizados
Por una sociedad Socialista