No es una sorpresa para nadie que la UAM atraviesa una crisis de seguridad, mientras la comunidad universitaria exige espacios libres de violencia y agresión, las autoridades lo instrumentan con fines punitivistas y criminalización, porque ellos solo protegen el “patrimonio universitario”.
UAM Lerma y Cuajimalpa, siendo las unidades más jóvenes, desde su nacimiento han sido laboratorios de experimentación para las unidades fundadoras, desde que se inauguraron las sedes definitivas impusieron reglamentos de seguridad (9 años antes que el instructivo de seguridad de Azcapotzalco) que solo criminalizan la protesta, donde está prohibido incluso colocar carteles y “obstaculizar las actividades académicas”, donde inmediatamente colocaron torniquetes sin lineamientos de operación claros (3 años antes que Iztapalapa), donde instalan cámaras de video vigilancia con inteligencia articial de detección de rostros y seguimiento de movimiento proviniente de una empresa armamentística sionista “HANWHA” en espacios del alumnado y trabajadores. Mientras la secretaria de unidad de Lerma “Alma Patricia de León Calderón” trata de calmarnos con: no se preocupen, no lo estamos implementando el instructivo, a pesar que en las últimas semanas antes de vacaciones ha estado convenciendo a la Comisión de Revisión de Instructivos para incorporar su propuesta de revisión de mochilas al ingreso de la unidad, con el fin de presentarlo en consejo y aprobarlo, entre tanto los representantes del alumnado no nos dicen nada y hasta nos ignoran. En adición al desprecio al alumnado al cual representan junto a una formación cientificista, han normalizado dichas prácticas entre la comunidad. Sin embargo, esto solo representa a la punta del iceberg de las problemáticas que existen en Lerma, como el ecocidio de humedales y hábitat de especies nativas para la construcción de laboratorios los cuales nunca tienen presupuesto, la nula inversión en prácticas de campo donde los estudiantes tienen que poner de su bolsillo (aprox. de $2,000 a $7,000 pesos por cada práctica), la implementación temprana de asignaturas compartidas entre carreras de otras unidades para la disminución de horas de docencia, con aulas con cerraduras automatizadas con NFC para evitar que el alumnado haga uso de estas sin presencia de un docente de base, la negligencia de la coordinación de género donde encuentra las víctimas con sus acosadores/agresores, la subcontratación de empleados, una sola doctora matutina gordofóbica con reducir tu estado de salud a tu peso, la falsificación de información en la plataforma de transparencia, “computadoras” donde ni siquiera es posible iniciar Blender o Photoshop, la inversión de más de $430,000,000 en tan solo 5 años en obras inconclusas, entre otros problemas, mientras el rector y secretaría de unidad junto a rectoría general tienen un salario mensual mayor a $90,000, con choferes y autos para ellos y su familia, con la financiación de un auto anual con valor mínimo de $600,000, hasta el celular que tienen es patrocinado por la propia universidad, mientras que hace 3 años ocurrió un feminicidio a 200 metros de la unidad, donde consecuente se les exigió barda perimetral, botones de auxilio, senderos seguros, protocolos y estrategias de prevención, y no han hecho nada para protegernos.
La Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Lerma, por su invisibilidad ante las otras 4 unidades al ser el campus más nuevo, realizan actos unilaterales, autoritarios, y arbitrarios, pero no se equivoquen ni se sorprendan, porque esta unidad es el laboratorio de seguridad sionista para las otras unidades y otras universidades. La unidad se convierte en una prueba de como el genocidio del pueblo Palestino, siendo también una experimentación armamentística, se relaciona con los dispositivos que solo criminalizan los estudiantes viéndonos como una amenaza. Hacemos un llamado a la solidaridad y apoyo a nuestra unidad donde la lucha estudiantil ha sido severamente reducida.