Ante los tiempos actuales que vivimos, estamos siendo testigos de este nuevo gran auge de la extrema derecha que ataca especialmente entre nosotros los jóvenes y pese a que históricamente la UNAM ha sido un refugio para la libertad de pensamiento y de expresión esto no impidió que las ideas fascistas llegaran a esta nuestra Universidad, en estos tiempos estamos siendo testigos del avance de dichas ideas pues desgraciadamente estas ideas están sumamente presentes dentro de la comunidad estudiantil y especialmente de rectoría, cuyos intereses son motivados por el capital.
Recientemente hemos sido testigos de lo que estas ideas pueden hacer pues el pasado lunes 22 de septiembre ocurrió el lamentable asesinato del compañero del CCH sur Jesús Israel, que en paz descanse, a manos de “Lex Ashton”, quien es denominado como un “incel” (se refiere a los "célibes involuntarios" (involuntary celibates, en inglés) o personas que se describen como incapaces de tener una pareja o una vida sexual a pesar de que quieren estar en una relación).
Estas personas se caracterizan por participar en foros de internet y expresar comentarios machistas y que culpan a las mujeres por su “fracaso sexual”, el caso de Lex Ashton no es aislado pues ya se han repetido múltiples ataques impulsados por odio y resentimiento por este grupo y dentro de la UNAM se han hecho múltiples amenazas de realizar más ataques similares.
Pero ¿cómo se relacionan los “incels” con la ultraderecha? Se ha demostrado que este grupo de gente llevan al extremo ideas misóginas y sexistas, de igual manera alentando y glorificando la violencia hacia la mujer, asimismo en los foros de internet, en donde se organizan, es muy común que grupos extremistas de derecha se aprovechen de la vulnerabilidad emocional, psicológica y mental. además del odio machista de estas personas para conseguir el esparcimiento de otras ideas propias de la ultraderecha.
Que un ataque de esta índole ocurriera en uno de los planteles de la UNAM nos habla de dos cosas: el avance de estas ideas de odio extremista dentro de nuestra universidad y de una pésima atención a los problemas de salud mental presentes en nuestra sociedad.
Desgraciadamente esta no es la única muestra del avance de la ultraderecha dentro de la UNAM, pues lamentablemente ocurren casos como el de la Escuela Nacional Preparatoria Plantel 9 en el cual una estudiante de este plantel difundió un video en donde expresa de forma abierta múltiples discursos de odio y desinformación hacia la comunidad LGBT, especialmente a la comunidad transgénero.
Esta misma persona es miembro del consejo estudiantil interno, órgano encargado de la representación de la comunidad estudiantil ante el cuerpo directivo, que una persona que ha difundido discursos de odio de forma tan abierta este dentro de un órgano de “poder” dentro de la institución es un hecho sumamente preocupante pues ¿cómo una persona intolerante a la diversidad puede encargarse de la labor de ser representante de todo el estudiantado?
Aún más preocupante es la afiliación de esta persona al “Movimiento Viva México”, esta organización impulsada por el político y actor conservador Eduardo Verástegui y por la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) organización política que ha impulsado a políticos de Ultraderecha en diversas partes del mundo y dentro de universidades como a Javier Milei en Argentina y a José Antonio Kast en Chile, por dar algunos ejemplos.
Simultáneamente somos asediados por medidas fascistas, autoritarias y opresivas que vienen desde nuestras autoridades, posterior a los hechos de violencia que han acontecido en estas últimas semanas tanto la autoridad y una gran parte de la opinión pública ha pedido y justificado medidas de control como lo son la revisión de mochilas y la presencia de elementos militares y de la guardia nacional en las instalaciones universitarias todo con la excusa de “seguridad”, siendo esta la misma excusa usada por los gobiernos autoritarios para establecer políticas opresivas a la libertad.
Recordemos, no necesitamos más policías y militares en las calles para solucionar los problemas de seguridad ni necesitamos más criminalización a los estudiantes, quienes actualmente vivimos con miedo de ir a nuestras escuelas. Necesitamos y debemos exigir medidas que cambien a nuestra sociedad de base.
Para concluir ¿Cómo estos puntos tan aparentemente distantes entre sí se relacionan?
Todos estos casos demuestran que la ultraderecha está constantemente presente y se está fortaleciendo y la UNAM no es equidistante. Pese a como ya se mencionaba, históricamente la hemos convertido en un espacio para la libertad de la juventud, debemos ahora más que nunca estar alertas ante cualquier presencia de este extremismo, en cualquiera de sus formas, pues puede estar cerca de nosotros, ya sea un compañero de aula o de trabajo, así que no bajemos la guardia ni toleremos aquello que no tolera.
¡Organízate con nosotros en la lucha antifascista!












