Tras el incendio en el basurero en el CCH Sur y las dos bombas en la Prepa 5 queda más que claro lo que ya se sabía: a la autoridad no le importa nuestra integridad, pues se ha demostrado que no es interés de la UNAM la vida de sus alumnos, un ejemplo es el incendio en el CCH Sur, que se sospecha fue provocado por seguridad UNAM con el propósito de romper el paro estudiantil.

La respuesta de las autoridades al paro ante el incendio solo fue un comunicado que no dejó nada en claro y se limitó a criminalizar y culpar de perjudicar el fin de semestre a nuestros compañeros activistas en lucha. Todas estas declaraciones dadas por la dirección del plantel no hacen más que polarizar  a la comunidad y a los padres de familia respecto a las luchas de la comunidad organizada. ¡Los únicos responsables de las condiciones de precariedad de nuestra escuela, son ellos!

Situación similar ocurre en la Prepa 5, pues el día 7 de abril fue encontrado un supuesto artefacto explosivo fuera del cubículo estudiantil e-39, ante esto las autoridades activaron su protocolo de seguridad. Si bien en esta ocasión se trató de un explosivo falso esta situación dejó la incertidumbre entre alumnos y padres de familia sobre qué pasaría si existiera un artefacto explosivo real. 

Nuevamente, criminalizaron a la juventud en las redes sociales creando una narrativa que responsabilizaba a lxs estudiantes. Ante este suceso la dirección hizo una supuesta revisión en donde determinó que ya no existía riesgo y que se haría una denuncia ante la fiscalía para deslindar responsabilidades, mientras que la comunidad ya no se sentía segura de ir a clases por el miedo e incluso varios estudiantes sufrieron consecuencias psicológicas por lo ocurrido. 

Sin embargo, el día 21 de abril hubo detonaciones, lo cual incrementó la sensación de inseguridad entre la comunidad estudiantil, aunque la Dirección del plantel intentará minimizar la situación aseverando que se trataba de “solo unos cohetes”, aún cuando estas explosiones pusieron en riesgo la integridad de compañeros que se encontraban cerca de los explosivos que detonaron, respiraron el humo y presentaron intensos dolores de cabeza. 

¿Y qué han hecho las autoridades? Se mantienen sin dar una respuesta clara y sus comunicados a la comunidad estudiantil siguen polarizando y criminalizando a los estudiantes organizados que no han hecho más que pedir clases en condiciones dignas, ir a la escuela sin miedo y alimentación de calidad pues aún la lucha por los comedores subsidiados sigue. Más escandaloso aún es el “accidente” durante la marcha del 8 de mayo, en la que la reja de la Dirección General de CCHs, recién renovada, fue diseñada para lastimar a quien intentara abrirla y provocó lesiones en dos compañeras y una más con fractura compuesta doble.

El desprecio por nuestras demandas, nuestro derecho a la educación y nuestras vidas, es indignante, el mensaje que nos quieren mandar es que sólo tenemos un lugar en la UNAM si nos callamos y somos estudiantes sumisos, como lo ha dejado muy en claro Espriú el director de la facultad de Ingeniería, quien le dijo a lxs estudiantes que si no les gustaba que se fueran de la UNAM.

La conclusión es que a la autoridad que pide tranquilidad no le interesa nuestra seguridad ni nuestra vida y su ineptitud para resolver las demandas del estudiantado es un peligro para todos. 

Si las autoridades de la UNAM en diferentes puestos no pueden responder a las demandas del estudiantado y se decantan por criminalizarnos, reprimirnos, despreciarnos e incluso lastimarnos, ¡Que se vayan ellos!

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