El sábado 15 de noviembre se realizó una marcha en la Ciudad de México que congregó a 17,000 personas. Los medios de comunicación capitalistas mexicanos e internacionales han presentado esta movilización como parte del levantamiento de la juventud protagonizado por la llamada Generación Z en diferentes países, equiparándola a las vistas estos últimos meses en Nepal, Indonesia, Marruecos, Perú y otros países.

Pero las diferencias son evidentes. Esta manifestación tuvo una participación mucho más limitada y en su convocatoria se han destacado dirigentes como el expresidente Vicente Fox y otros líderes tradicionales de la derecha y la extrema derecha mexicana que nada tienen que ver con los problemas que sufrimos la juventud y la clase obrera.

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" En su convocatoria se han destacado dirigentes como el expresidente Vicente Fox y otros líderes tradicionales de la derecha y la extrema derecha mexicana que nada tienen que ver con los problemas que sufrimos la juventud y la clase obrera "

La derecha intenta aprovechar la indignación contra la inacción del Gobierno

Se trataba de una marcha convocada por la derecha con la intención totalmente oportunista de aprovechar la indignación social ante la insoportable situación de inseguridad que se vive en varias zonas del país. 

El detonante fue el asesinato el 1 de noviembre de Carlos Manzo, exdiputado por Morena que en septiembre de 2024 ganó la alcaldía de Uruapan tras presentarse como candidato independiente. Manzo había destacado por su confrontación pública con el narco y el crimen organizado. Su asesinato desató una rebelión en Uruapan y la demanda generalizada de seguridad y ponerle freno al crimen organizado.

En México, ahora mismo existen al menos 111 mil personas desaparecidas. Se calcula que el crimen organizado opera en prácticamente todo el país y la colusión entre sus estructuras y las del Estado, empezando por la propia policía y el ejército, han llegado a un punto descarado e intolerable.

Aunque en la marcha participaron sectores de jóvenes y trabajadores indignados por la violencia, la extensión del narco, la corrupción; y el abandono a sus demandas y la falta de una estrategia consecuente para combatir al crimen organizado de parte del Gobierno de Claudia Sheinbaum, como las madres buscadoras y colectivos que reclaman justicia por el asesinato de Manzo y otros miles de asesinadxs y desaparecidxs; el tono dominante de la movilización lo marcaba la derecha. Predominaban consignas conservadoras, misóginas, antisemitas y reaccionarias como “fuera la chichis de limón”, “p*ta judía (pintada en la puerta de Palacio)”, “S. O. S. EEUU”, “fuera MORENA", “no más impuestos”, etc. Ya en la convocatoria se podía ver este carácter: se pidió no ir con banderas de Palestina ni LGBTI+.

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" Predominaban consignas conservadoras, misóginas, antisemitas y reaccionarias "

La composición mayoritaria de la protesta era una capa de pequeños empresarios y capas medias conservadoras afectadas por las extorsiones. Esto se combinaba con sectores interesados en extender sus negocios sin regulaciones fiscales, otros desclasados y políticamente atrasados decepcionados del MORENA y un sector abiertamente lumpen-porril que protagonizó los ataques fallidos al Palacio Nacional

En este nuevo intento de capitalizar el creciente descontento hacía el gobierno de Morena, la derecha se montó en las banderas de One Piece para simular una lucha legítima pero lo primero que hay que decir es que ellos son responsables directos de esta situación.

Narco y capitalismo, dos caras de la misma moneda

Décadas de gobiernos del PRI y el PAN, los partidos de la burguesía mexicana han abierto las puertas de par en par al crimen organizado para entrar hasta la cocina. Un ejemplo es el de Genaro García Luna, secretario de Seguridad pública de 2006 a 2012 en el Gobierno de Felipe Calderón y miembro de la ex Agencia Federal de Investigación en coordinación de la DEA. Este representante de la derecha y la oligarquía mexicana fue detenido en 2019 por su vinculación con el cartel de Sinaloa. 

Pero son muchos más, incluyendo a la misma DEA. Los vínculos entre el Estado capitalista, en México y en EEUU, las conexiones entre el imperialismo estadounidense y especialmente sus servicios secretos y los carteles del narco han sido denunciadas en múltiples ocasiones y están en el ADN del sistema.

Al mismo tiempo no se puede cerrar los ojos ante la responsabilidad que actualmente tienen los dirigentes de Morena frente a esta problemática. Como parte de sus políticas de aceptación y gestión del capitalismo, desde que llegaron al gobierno, primero AMLO y ahora Sheinbaum no han tocado al Estado capitalista ni los intereses de la burguesía (incluidos los sectores más vinculados al narco) permitiendo que el crimen siga campando a sus anchas. 

Ante el descontento y preocupación que existe entre la población y la falta de una alternativa consecuente desde la izquierda reformista, la derecha vio una oportunidad y, como han desvelado diferentes investigaciones, invirtió más de 90 millones de pesos para organizar la manifestación del 15 de noviembre[1].

Tras la marcha, los medios de la derecha se pusieron a trabajar para magnificar lo que fue realmente la movilización, especialmente televisoras como TV Azteca, propiedad de Salina Pliego, empresario ultraderechista, enfrentado al Gobierno de Morena porque adeuda millones en impuestos evadidos al fisco. Todos ellos desataron una avalancha de propaganda nacional e internacional afirmando que habían llenado el Zócalo, resaltando la represión contra el supuesto bloque negro; incluso comparándola con la masacre de Tlatelolco de 1968.

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" Los medios de la derecha se pusieron a trabajar para magnificar lo que fue realmente la movilización, especialmente televisoras como TV Azteca, propiedad de Salina Pliego, empresario ultraderechista, enfrentado al Gobierno de Morena por deuda millonaria al fisco"

¡Que cinismo despreciable! Los mismos que entonces asesinaron entre 300 y 400 estudiantes, en una de las páginas más negras y sangrientas de la historia reciente de México, burlándose de la memoria de las víctimas y sus familias y utilizarlo de forma asquerosa aquella matanza para engañar a la opinión pública nacional e internacional. 

Trump no ha dejado pasar la oportunidad de incrementar sus provocaciones y amenazas afirmando que “no estaba contento con México” por el combate al narcotráfico, que “no descartaba un ataque contra los carteles dentro de territorio mexicano” y “estudiará medidas adicionales”.

Frenar a la derecha exige una verdadera política de izquierdas

La manifestación del 15 ha sido la mayor demostración de fuerza que ha logrado hacer la derecha desde 2018, cuando llegó Morena al gobierno. El número de participantes no tuvo comparación con las manifestaciones de la juventud que han llenado las calles durante los últimos años y anteriormente. Desde las miles de mujeres que hemos salido cada 8 de marzo, las manifestaciones por la liberación de Palestina o las enormes movilizaciones estudiantiles por Ayotzinapa. Estas movilizaciones han sido verdaderamente protagonizadas por la juventud y han expresado durante todos estos años un sentir político que no representan estos estafadores montados en el One Piece y la “Generación Z”. 

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" El número de participantes no tuvo comparación con las manifestaciones de la juventud que han llenado las calles durante los últimos años y anteriormente"

La derecha nos quiere hacer creer que todos estamos en el mismo barco, pero no es así. La “Generación Z” no es de derechas, no tiene nada que ver con los intereses de los convocantes de la marcha del 15. Los medios de la derecha han exprimido al máximo esta manifestación para darse legitimidad y asestar un golpe al gobierno de Sheinbaum, buscando recuperar apoyo social después de sus derrotas electorales de los últimos años. Su objetivo es hacerse de nuevo con el gobierno en cuanto puedan y llevar a cabo políticas más reaccionarias para sacar adelante el programa de la gran burguesía nacional y del imperialismo estadounidense. Si esta maniobra ha podido tener más eco que otras anteriores es porque las políticas que está aplicando el Gobierno de Morena están provocando una decepción real entre centenares de miles de oprimidas y oprimidos.

Sería un error menospreciar el peligro que representa que la derecha y la ultraderecha mexicanas estén levantando cabeza y pasando al ataque. Pero sería un error aún mayor no ver que el movimiento de izquierda, las movilizaciones de la juventud combativa, la clase trabajadora, el feminismo y la sexodisidencia hemos demostrado ser mucho más fuertes. Somos una mayoría poderosa que podemos hacerles frente y no nos dejamos engañar por sus maniobras y su demagogia.

Para combatir de verdad al narco y la violencia hay que señalar a todos los responsables, empezando por los mandos del ejército, la policía y el propio Estado y la oligarquía. Este inaudito avance del crimen organizado en México no se entendería sin la complicidad de los bancos que blanquean sus ganancias millonarias, sin la industria del turismo y del transporte y sin el ejército, como quedó evidenciado durante la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Hacer frente a esta lacra, implica confrontar abiertamente a todos estos sectores y al propio sistema capitalista. Pero esta es una batalla a la que los dirigentes de Morena han renunciado antes de su llegada al gobierno. 

Levantar una alternativa revolucionaria basada en la organización del pueblo  

Los dirigentes de Morena han decidido mirar a otro lado y hacer todo tipo de alianzas sin principios con políticos, funcionarios, empresarios y generales corruptos. El militarismo, como ya lo vimos con la “guerra contra el narco”, no sólo no soluciona el problema, sino que da al crimen un nuevo aliado, las Fuerzas Armadas, totalmente corrompidas. Además, incrementa el riesgo de represión, generando un ambiente de intimidación y amedrentamiento contra los movimientos sociales. Y representa una verdadera amenaza a la población civil y los derechos humanos, especialmente en los barrios obreros y populares más golpeados por la pobreza y la exclusión que genera el propio sistema. Una vez en las calles esas mismas fuerzas armadas podrán ser usadas en la represión contra cualquier tipo de levantamiento o protesta social. 

En México, como en el resto del mundo, asistimos a un profundo proceso de radicalización y polarización en la sociedad, tanto a derecha como a izquierda. Este proceso afecta también a la juventud y hunde sus raíces en la descomposición del sistema capitalista. Hay que responder a toda la propaganda y acción de la derecha. Pero no será en las redes sociales dónde se gane esta batalla sino organizándonos y construyendo una izquierda revolucionaria que combata a la derecha y la ultraderecha, pero levante también una alternativa consecuente contra las políticas de gestión del capitalismo de la izquierda institucional.

Esto es lo que permitirá convertir toda la fuerza que existe en movilización consciente para transformar la sociedad y atraer a los sectores de las masas confusos. Evitar que la extrema derecha pueda ocupar la calle y ganar nuevos espacios es una tarea de primer orden. Se trata de golpear su moral y reforzar nuestra confianza. Contraponer a la salida individual, al odio a los más débiles y al sálvese quien pueda; un plan de lucha que ponga encima de la mesa una salida colectiva a la crisis capitalista. Y eso solo puede hacerse organizándonos y levantando un programa revolucionario.

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" No será en las redes sociales dónde se gane esta batalla sino organizándonos y construyendo una izquierda revolucionaria que combata a la derecha y la ultraderecha, pero levante también una alternativa consecuente"

Hay que desenmascarar la demagogia reaccionaria de la derecha y acabar de una vez por todas con el crimen organizado, pero también con la militarización y entrega del país a la derecha, el sionismo y el imperialismo, organizando al pueblo desde abajo, impulsando comités y milicias de autodefensa comunitarias bajo control democrático de la propia clase obrera, los campesinos y la juventud.  Junto a ello es imprescindible defender la expropiación de la oligarquía, que es la primera responsable del narco y la violencia, nacionalizando bajo control obrero los bancos, las grandes empresas y los latifundios. Esto permitiría poner todos los recursos y la riqueza que existe a disposición de satisfacer las necesidades de la mayoría social. Manos a la obra.

¡Únete a Izquierda Revolucionaria, únete a la juventud antifascista y antimperialista!

 

 

[1] https://contralinea.com.mx/interno/semana/opositores-a-4t-gastaron-90-millones-en-promover-marcha-de-la-generacion-z/

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