La lucha feminista en la UNAM es sin duda parte de la lucha que miles de mujeres estamos protagonizando en México y millones en todo el mundo. También es parte de la lucha de clases que recorre el país, cientos de miles de oprimidos no se han ido a sus casas a esperar que después del 1 de julio de 2018 todo lo resuelva AMLO. Con la confianza de haber barrido a la derecha en las urnas se han lanzado a las calles a conseguir sus demandas, desde las huelgas obreras de Matamoros, las luchas estudiantiles en las universidades públicas de todo el país, hasta la batalla contra el nuevo aeropuerto en Texcoco y las resistencias de los pueblos contra la depredación capitalista del planeta. Y por derecho propio las mujeres, que no hemos parado de movilizarnos, de hacer esto u otro, y pelear contra la violencia machista, contra la opresión patriarcal y contra la explotación capitalista que la sostiene y aprovecha.

2019 las oprimidas en pie de combate  

Y no es para menos, 2019 fue uno de los años más violentos contra las mujeres. Las cifras de feminicidios no sólo se mantuvieron, sino que aumentaron, además tuvimos que hacer frente al machismo institucional cínico que existe en todos los niveles de gobierno, frente a unas autoridades que son incapaces de resolver el problema. Peleamos contra los recortes a las casas refugio, a las guarderías para los hijos de las y los trabajadores, nos unimos en un sólo puño contra las agresiones y feminicidios desbordando las calles exigiendo un cambio profundo e inmediato. Uniendo la lucha además en todo el continente, desde Chile y Argentina hasta Estados Unidos reivindicando nuestro derecho a la vida y nuestro derecho a decidir.

Este es el marco de la lucha actual en la Universidad y en otras instituciones educativas. Además de toda la podredumbre que tenemos que vivir en nuestras casas y en la calle, tenemos que llevar a soportarlo en las aulas. Esta acumulación de descontento y la toma de conciencia de diversos sectores es lo que está de frente en los paros del anterior semestre en diversas escuelas de la UNAM, incluso no ha sido la única, recordemos que la Universidad de Guanajuato fue tomada por la comunidad en su conjunto, en una lucha mixta histórica que no sólo sentó al Gobernador, al Alcalde local y al Rector, sino que conquisto la justicia y permitió desarrollar la organización y la lucha local y regional.

Por una lucha unida, masiva y democrática 

Los paros que se mantienen son en Preparatoria 7 y 9 y la Facultad de Filosofía y Letras, compañeras que se han atrincherado frente a la sordera y mutismo de la Rectoría y las Direcciones, que toleran, encubren e incluso son partícipes del acoso, abuso y violencias que vivimos, del machismo institucional que impera en las aulas, en la docencia, en la investigación y en la administración de la Universidad, contra esto se ha dicho basta, levantando una bandera, lucha y demandas totalmente legítimas.

Desde nuestro punto de vista la comunidad universitaria no es ajena y apática a esta batalla, les interesa y desea participar e integrarse, tenemos que buscar los mecanismos tácticos, propagandísticos y de acción para que esto se vuelva realidad y no un mero exhorto o un buen deseo, la realidad es concreta.  

En la situación actual es necesario fortalecer y extender la lucha, y esto es dar un paso adelante en la conciencia, organización y combatividad del movimiento. Esto sólo puede lograrse confiando en las y los estudiantes, en la capacidad que han demostrado al movilizarse una y otra vez contra las injusticias, las agresiones y las violencias machistas dentro y fuera de la Universidad. Poner en marcha métodos que logren que cada vez más compañeras participen, que dirijan y protagonicen su propia lucha. Al mismo tiempo que llamemos a la solidaridad activa de nuestros compañeros, sólo aumentando las fuerzas del movimiento, nutriendo y desarrollando el sector más arrojado, unificando los paros y las demandas generales en un mismo pliego, impulsar brigadas informativas para sumar escuelas y llamar a la solidaridad de otros sectores e instituciones es como pondremos contra la pared a las autoridades universitarias demostrando que se encontraran con un movimiento combativo, masivo y con un respaldo enorme en las aulas y en las calles y no lo contrario.

Esta participación masiva, consciente y combatiente pondría inmediatamente la lucha en otro nivel, acorralaría a los sectores de la burocracia universitaria, que ya saborean y ejecutan la represión con la amenaza abierta de levantamiento de actas y procesos judiciales, mandando un mensaje claro a la Rectoría: no es un puñado las que luchan, nuestras compañeras no están solas.

¡Si tocan a una, respondemos todas!

Para contrarrestar las acciones de la Rectoría y demás autoridades necesitamos métodos que incluyan a la base de estudiantes al debate y a la toma de decisiones. Por supuesto no aceptamos su imposición de intentar que todo vuelva a la normalidad lo más pronto posible, esto abre el camino a la ruptura violentamente de los paros y la represión contra los sectores en lucha en toda la Universidad.

Las autoridades utilizan de manera cínica y oportunista la necesidad que tenemos las y los hijos de las familias humildes de continuar y terminar los estudios lo más pronto posible para así poder tener la posibilidad de acceder a trabajos un poco menos explotadores para confrontarnos con los sectores en movilización. Hacemos un llamado al conjunto del estudiantado para no hacerle el juego a las autoridades y traten de utilizarnos de carne de cañón para levantar los paros de manera agresiva y con represalias, rechazamos las presiones académicas y administrativas que intentan generar malestar entre la comunidad estudiantil y justificar la salida represiva.

Las demandas actuales de los paros tienen que ser cumplidas. Sentaremos a Rectoría y las direcciones de las escuelas a dialogar y las obligaremos a cumplir con nuestras demandas sólo con a fuerza de cientos y miles de estudiantes organizados y movilizados. Los paros son útiles para liberar la carga académica y permitir la participación, pero si se extienden y las compañeras y compañeros dejan de participar es momento de cambiar de táctica de lucha. Las mujeres y la juventud que venimos de las colonias populares, que estudiamos y trabajamos tenemos que hacernos un lugar en la lucha feminista. Abrir las escuelas para realizar asambleas lo más grandes posibles, organizar brigadas informativas y volanteos a otras escuelas, carteles y cualquier otra actividad que fortalezca el movimiento, que permitan a nuestras compañeras tener la confianza de participar en primera línea y a nuestros compañeros colaborar activa y respetuosamente.

En ese sentido toda acción que no permita desarrollar el movimiento y que nos confronte con la comunidad la rechazamos rotundamente, es el caso de la destrucción de la infraestructura de la Prepa 9, no estamos de acuerdo con estas acciones ya que esto no ayuda a nuestra lucha, todo lo contrario. Las escuelas para las y los hijos de trabajadores son conquistas que a la clase trabajadora le ha costado muchas batallas a sangre, son materiales y medios que podemos poner al servicio de la lucha organizada. El sistema educativo lo destruiremos desde sus cimientos de otra manera y no así, estas acciones las usan la autoridades para justificar la represión sobre el movimiento estudiantil en su conjunto y esto en los hechos sería un retroceso y no un avance.     

Hoy más que antes necesitamos trabajo paciente, colectivo y desde abajo para aprovechar el ímpetu que miles de estudiantes hemos mostrado para salir una y otra vez a la calle, a llenar las islas contra el feminicidio de Lesvy, contra los ataques porriles. Organizar la rabia contra los abusos que sufrimos en las escuelas y también fuera de la Universidad, en el acoso callejero, en los trabajos precarios, en la opresión en nuestras casas, en las violencias machistas que sufrimos en nuestros barrios, etc.

Basta de machismo institucional

Que suene claro por toda la Universidad y por todo el país: no dejaremos de luchar, no dejaremos de movilizarnos hasta cumplir nuestros objetivos. Una vez más queda en evidencia que sólo existe una manera para luchar, y no es apelando a ninguna buena voluntad de la Rectoría y la derecha machista que dirige la UNAM.

El combate contra la violencia machista, el machismo institucional, el acoso y el sexismo en la educación es inaplazable. Por eso desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas no vamos a parar hasta sacar a los acosadores de nuestras escuelas, eliminar todas las normativas con referencia sexista y represiva o que revictimice a nuestras compañeras al denunciar o que protejan a los agresores. Hasta lograr una materia de tronco común sobre violencia de género y educación sexual inclusiva, evaluable y obligatoria. Hasta que, a nombre de la libertad de cátedra de deje de adoctrinar en el machismo, la homofobia, la transfobia, el maltrato, la cultura de la violación y hacer campaña contra el derecho al aborto.

Por ello es necesario levantar un gran movimiento de la juventud estudiantil contra el sexismo y el machismo en los centros educativos y en las universidades, que obligue a las autoridades universitarias a dar respuesta nuestras demandas, respetar la organización estudiantil, impida la represión y la ruptura violentamente de los paros y garantice una educación libre de violencia para todas.

¡No buscamos una lucha heroica, sino ante todo la victoria!

¡Por la solución de las demandas ya!

¡Fuera el machismo de nuestras aulas!

 


banner libres y combativas

banner

banner

banner libres y combativas

banner revolutionary left

banner sindicato de estudiantes

banner revolucion rusa