Nuestro querido camarada Javier Plaza acaba de fallecer. Es un golpe tremendo para toda Izquierda Revolucionaria, la organización en la que militó por más de cuatro décadas, y para el movimiento obrero de Vitoria-Gasteiz. Una pérdida que nos llena de dolor y de un inmenso desconsuelo, un hueco imposible de cubrir.
Javier era un gigante, un comunista revolucionario insobornable, comprometido, leal y generoso. Siempre estuvo al pie del cañón como sindicalista de principios, en las huelgas obreras más duras, enfrentando a los patronos y a la burocracia, y defendiendo incansablemente las ideas del marxismo revolucionario y del internacionalismo. Un obrero hecho a sí mismo, en la escuela de la vida, de la explotación, los despidos y las represalias, pero también del estudio, la lectura incansable, el debate y la acción militante. Javier estaba al tanto de lo que ocurría en el mundo, de los grandes acontecimientos políticos, militares, económicos y de la lucha de clases. Y se inspiraba y vibraba con cada ejemplo de rebeldía y desafío al orden capitalista.
Nos ha dejado un militante insustituible, un luchador consecuente y una persona maravillosa.
Desde la Comisión Ejecutiva y el Comité Central de Izquierda Revolucionaria queremos trasladar nuestro más profundo y sentido pésame a su amada mujer Toñi, a su amada hija Aitziber y a su hermano Agustín, camarada de nuestro partido y un luchador infatigable como él. Estamos con vosotros en este momento de tanto dolor y os enviamos un inmenso y fraternal abrazo.
Javier nos ha dejado terrenalmente, pero sigue a nuestro lado, con esa sonrisa brillante, llena de luz y entusiasmo, inagotable, con la que siempre nos recibía en cada reunión, en cada congreso, en cada lucha y acción que compartíamos con él. Seguimos caminando juntos, y nos anima a no dar ningún paso atrás y a confiar en el futuro comunista de la humanidad.
Que la tierra te sea leve, camarada, amigo y hermano. Nunca te olvidaremos Javier.