El 5 de diciembre juraron sus cargos los ministros del nuevo gobierno belga, casi dieciocho meses después de celebrarse las elecciones generales (13 de junio de 2011), pero tres días antes, el 2 de diciembre, el nuevo gobierno se enfrentó a la primera huelga general.
Desde la celebración de las elecciones Bélgica ha estado sin gobierno, sólo otro país en el mundo ha existido tal vacío de poder durante tanto tiempo, Iraq, que estuvo 289 días sin gobierno, frente a los 540 días que ha estado Bélgica.
En Bélgica las elecciones se celebran por separado en Flandes (norte) y en Balonia (sur), normalmente ha existido estabilidad porque salían elegidos partidos “hermanos” en las dos zonas, pero en las últimas elecciones, en el norte ganó la Nueva Alianza Flamenca, mientras que en el sur ganaba el Partido Socialista. Durante meses los dos partidos han mantenido negociaciones, junto a otros cinco partidos, para intentar formar gobierno, hasta que finalmente han llegado a un acuerdo con Elio Di Rupo (Partido Socialista) al frente del gobierno de coalición, formada por 6 partidos (cristiano demócratas, socialdemócratas y liberales, ambos grupos, flamencos y francófonos).
La huelga fue convocada por las tres principales federaciones sindicales y ha sido la respuesta a las medidas de austeridad aprobadas por el nuevo gobierno. El gobierno quiere reducir el déficit en dos puntos y ese es el objetivo del plan de austeridad propone reducir 11.300 millones de euros, fundamentalmente de programas sociales, subsidio de desempleo y pensiones. Los recortes previstos incluyen 2.300 millones de euros del servicio sanitario, limitaciones para cobrar el subsidio de desempleo para los jóvenes parados, reducción del subsidio de desempleo o la ampliación del período de cotización para la jubilación a los 62 años (ahora tendrán que cotizar 40 años). Además el nuevo presupuesto incluye el aumento de los impuestos que repercutirán directamente en el poder adquisitivo de los trabajadores.
La manifestación el día de la huelga reunió en Bruselas a más de 80.000 trabajadores. El ambiente era de enorme descontento y algunos de los dirigentes sindicales en el mitin plantearon la necesidad de continuar la lucha contra los ataques, anunciaron otra huelga general de 24 horas para enero, una de 48 horas en abril y si era necesario otra de 72 horas en junio. Todo indica que es el inicio de la movilización contra la política de austeridad que no sólo pretende aplicar el gobierno belga, sino que también están poniendo en práctica en todos los países de la Unión Europea. Como hemos visto en Grecia, Italia, Portugal o Gran Bretaña, o recientemente en Hungría, donde varios miles de trabajadores salieron a las calles el 3 de diciembre para protestar contra las medidas de austeridad, los trabajadores europeos han llegado al límite y no están dispuestos a quedarse de brazos cruzados.