Economía

La crisis sanitaria ha recrudecido la espiral descendente de la economía mexicana, pero también ha sido efecto de esta debacle. El resultado catastrófico que ha tenido con más de 200 mil muertos, más de 3 millones de empleos perdidos, peor acceso al sistema de salud pública para otros padecimientos, enfermedades mentales, etc., sólo puede explicarse a partir de décadas de crisis económica, recortes y desmantelamiento de los servicios públicos. Todo al servicio de los grandes monopolios, los intereses privados y la banca.

La pandemia covid-19 ha acelerado una nueva caída de la economía a nivel internacional, provocando un desplome sincrónico en todo el mundo, con efectos que aún no se logran calcular del todo, pero equiparables a los de la histórica crisis de 1929.

Los datos sobre la evolución de la economía española en el primer trimestre de este año presentan un panorama desolador. A pesar de que el impacto del Covid-19 se ha producido a partir de la segunda mitad de marzo, todos los indicadores han sufrido un rápido y profundo deterioro.

El mundo entero se prepara para vivir una nueva pesadilla de desempleo, empobrecimiento y desigualdad. Una debacle que no solo golpeará a las naciones despojadas por la codicia imperialista hundiéndolas aún más en la barbarie; la población de las naciones más desarrolladas también sufrirá duramente las consecuencias.

El capitalismo es un volcán en plena erupción. Por eso es importante reflexionar sobre las causas que nos han conducido a esta situación y las alternativas para enfrentarla. ¿Cómo es posible que un sistema capaz de llevar la tecnología y la productividad del trabajo tan lejos, fracase miserablemente a la hora de salvar las vidas de las personas?

El petróleo es ahora una de las batallas más importantes de la economía mundial. Es uno de los elementos más importantes sobre los que se extiende la amenaza económica del COVID-19. La caída de los precios se dio antes de la expansión mundial de la enfermedad y resultará peor por el parón industrial y comercial que está obligando. A partir de una serie de anuncios de Estados Unidos, Arabia Saudí y Rusia se ha recuperado el precio, pero no necesariamente son buenas noticias.

La realidad de la crisis económica es concreta y se está desarrollando en cada aspecto de nuestra economía llevándola no sólo a un proceso de ralentización sino a una posible recesión en los próximos meses. A pesar de los discursos alentadores del presidente que pretenden dar calma ante una hecatombe económica sin precedentes en el país.

La economía capitalista ha entrado en estado de pánico. En las últimas semanas las bolsas de todo el mundo se han hundido perdiendo casi un 20% de su valor, y el barril de Brent ha caído en un solo día más de un 20%, una situación no vista desde la guerra del Golfo en 1991. Los datos económicos se revisan a la baja cada semana, y la patronal bancaria ha dicho que el crecimiento mundial se quedará en el 1%, lo que implica una situación de recesión global.

Los desequilibrios del sistema capitalista, la gran profundidad y extensión de la crisis económica internacional que amenaza con replicarse y provocar una caída aún más abrupta, subyacen en las miles de movilizaciones por todo el mundo; ya sea de migrantes o refugiados, de jóvenes estudiantes, de mujeres contra la opresión de género; de diferentes sectores de trabajadores, desde los más precarios como los de comida rápida, hasta los más calificados como los astilleros en Portugal o los metalúrgicos en Alemania, etc., asistimos a una época de profunda inestabilidad económica y política que también impacta y afectará aún más a México.

Toda esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir como por encanto tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las fuerzas infernales que ha desencadenado con sus conjuros…la historia de la industria y del comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción, contra las relaciones de propiedad que son la condición para la existencia y dominación de la burguesía”.

Diez años después del inicio de la gran recesión, los desequilibrios de la economía capitalista mundial se ha profundizado. Estancamiento económico en las grandes potencias capitalistas, recrudecimiento de la lucha interimperialista por el control del mercado mundial, y la aguda polarización social y política que sigue avanzando en paralelo al descrédito de las instituciones de la democracia burguesa.

banner libres y combativas

banner

banner

banner libres y combativas

banner revolutionary left

banner sindicato de estudiantes

banner revolucion rusa