En los últimos días hemos debatido con algunas compañeras del movimiento feminista acerca del llamamiento que estamos haciendo a todos nuestros compañeros a secundar junto con nosotras la huelga feminista del 8M.
Lamentablemente nos hemos tenido que enfrentar a argumentos que plantean que estas movilizaciones deben ser secundadas únicamente por mujeres. Desde Libres y Combativas tenemos que decir con claridad que esto nos parece un grave error.
Sobra decir que las mujeres somos las protagonistas, dirigentes e impulsoras de este gran movimiento que se está extendiendo por todo el mundo y también lo seremos en la huelga feminista del próximo 8M. Pero para nosotras, como feministas, anticapitalistas y revolucionarias, la lucha por los derechos de la mujer trabajadora no es únicamente una cuestión de género sino también de clase. Bajo el sistema capitalista no todas somos iguales, aunque seamos mujeres. ¿Qué tenemos que ver las mujeres y las jóvenes de familias trabajadoras con Inés Arrimadas, Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, o Patricia Botín? ¡Absolutamente nada!
El mero hecho de ser mujeres no nos coloca automáticamente del mismo lado de la barricada. Esta minoría de mujeres privilegiadas y ricas, defensoras del sistema y de las políticas de austeridad, no son nuestras aliadas. Ellas son responsables, con sus políticas de recortes y de ataques a nuestros derechos más básicos, de la situación de opresión a la que nos vemos sometidas la mayoría. ¿Qué han hecho Dolores de Cospedal o Soraya Sáenz de Santamaría por liberar a la mujer? ¿Amparar a la mal llamada justicia que condena a Juana Rivas por tratar de proteger a sus hijos de un maltratador? ¿Acabar con la financiación de las escuelas infantiles para que sean las madres trabajadoras las que tengan que renunciar a su trabajo para ocuparse de sus hijos? ¿Recortar drásticamente las ayudas económicas para las víctimas de la violencia machista? ¿Desahuciar a madres con hijos a su cargo sin ningún tipo de amparo económico? Ellas reproducen el machismo y lo emplean contra la mayoría de las mujeres —las que no tenemos la vida solucionada como ellas— para defender sus privilegios económicos y su poder.
Desde Libres y Combativas entendemos que no tenemos nada que ver con esas mujeres que reproducen los valores machistas y patriarcales del sistema capitalista, y justifican nuestra opresión. Con quien nos sentimos profundamente unidas es con las millones de mujeres de familias normales y corrientes que han tomado las calles para terminar con esta situación de violencia permanente contra nosotras: las que el próximo 8M volverán a salir con fuerza en todo el mundo para acabar con esta situación.
Y también nos sentimos muy unidas con nuestros compañeros de clase, que han estado junto a nosotras en las movilizaciones contra la LOMCE y las revalidas franquistas, en las luchas por una universidad pública, gratuita y de calidad. Con todos los jóvenes con los que hemos compartido las plazas y las calles en el 15-M. Con nuestros profesores de la Marea Verde, con los estibadores, con los bomberos, o con los Espartanos de CocaCola en Lucha, con los hombres que nutren las filas de la PAH y se enfrentan a los desahucios, con los de la Marea Blanca o los que salieron con nosotras a las calles para echar atrás la reaccionaria reforma del aborto de Gallardón, o los pelean todos los días por los derechos de la comunidad LGTBI.
Ellos sí que defienden nuestros derechos, los derechos de nuestra clase y por tanto, también los de las mujeres y las jóvenes de familias trabajadoras. Ellos son nuestros compañeros de lucha y les queremos a nuestro lado, apoyando nuestras justas reivindicaciones, haciendo huelga y en las manifestaciones. Ellos aspiran como nosotras a acabar con este sistema injusto y lograr una sociedad sin discriminación y libre de opresión. Por eso son tan bienvenidos en esta batalla. Desde Libres y Combativas les llamamos a todos ellos a que, junto con nosotras, salgan a pedir el fin de la violencia machista, a defender los derechos de la mujer trabajadora, a parar las clases el día 8 y a que participen activamente en las concentraciones y manifestaciones que ese día llenaran las calles de todo el mundo.
¡El próximo 8 de marzo: todas y todos a las movilizaciones!