Izquierda Revolucionaria es una organización marxista internacional que defiende un programa para la transformación socialista de la sociedad. Desarrollamos nuestra actividad en los movimientos sociales, en los sindicatos de clase, en las luchas obreras y entre la juventud, exponiendo las ideas del socialismo internacionalista y luchando contra la opresión nacional, de género, contra el fascismo y el racismo. Si quieres unirte a nosotros o conocernos más, por favor envía tus datos y nos pondremos en contacto inmediatamente.
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Contra los recortes, la explotación y la violencia capitalista
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La humanidad está siendo empujada a un callejón sin salida. Las guerras imperialistas con su reguero de destrucción y muerte; la violencia del ejército coludido con el narcotráfico, y su saldo de cientos de miles de asesinados y desaparecidos; la pobreza y la devastación del medioambiente… por citar sólo algunos ejemplos, muestran la barbarie que se extiende por el planeta. Y todo ello mientras existe tal abundancia de riqueza, tecnología y medios materiales, que sería perfectamente posible garantizar una existencia digna para la mayoría de la población.
Mientras esta realidad nos golpea, los gobiernos que aceptan la lógica del capitalismo, ya sean abiertamente de derechas o se llamen “socialdemócratas”, nos imponen una política de recortes sociales brutales, desempleo crónico, precariedad y desigualdad sin precedentes. Hablan de “democracia” pero lo cierto es que una minoría de privilegiados, que nadan en el lujo más obsceno, son los que deciden. Lo llaman democracia pero realmente vivimos sometidos a la dictadura del capital financiero.
Sólo el pueblo salva al pueblo
Pero la crisis del capitalismo también tiene otra cara: ha golpeado la conciencia de millones de trabajadores y jóvenes, impulsando una gran rebelión social, provocado un giro a la izquierda en numerosos países. La oleada de luchas revolucionarias en América Latina que inició a principios del siglo, aunque inconclusa y amenazada permanentemente por el imperialismo, se conectan ahora con la poderosa movilización social que emerge en los Estados Unidos. Esta situación abre enormes posibilidades para profundizar y culminar las aspiraciones revolucionarias de las masas latinoamericanas.
La clase obrera y la juventud constituimos la fuerza más poderosa, y sin nuestro permiso es imposible que nada funcione en la sociedad. Pero esa fuerza necesita de una organización y un programa revolucionario. El capitalismo no se puede transformar a base de buenas intenciones. La cruda realidad demuestra que la burguesía y los grandes monopolios no están dispuestos a ceder ni un ápice en su afán de acumular beneficios.
El reciente periodo revolucionario en Latinoamérica ha puesto de manifiesto la gran capacidad de combate de las masas explotadas, desde México hasta la Argentina. Ahora el proletariado estadounidense ha entrado en una nueva fase de organización y movilización. Es toda América en lucha. Pero los capitalistas no se quedan de brazos cruzados y una y otra vez hacen lo posible por expropiar políticamente al movimiento de los trabajadores, por sabotearlo y derrotarlo. Como señala la experiencia de la revolución bolivariana en Venezuela, la lucha por la transformación socialista de la sociedad no se puede quedar a medias ¡Hay que culminarla expropiando todo el poder económico y político a los capitalistas!
La situación en México también clama por la transformación social. Las condiciones de semiesclavitud en el campo, el régimen de terror laboral en las fábricas, la violencia masiva contra la población y contra la mujer trabajadora en particular, la supresión de los derechos democráticos más elementales, la pobreza extrema que padece la mayoría del país, no hacen sino exacerbar la necesidad de un cambio profundo y radical.
Por todo el país surgen focos de resistencia contra la opresión de los capitalistas y su gobierno. El instinto revolucionario de las masas y de la juventud, madura bajo los ataques de la derecha. Cada nueva coyuntura de lucha pone de manifiesto la debilidad del gobierno y las enormes posibilidades de extender la rebelión social por todos los rincones del país. Miles de trabajadores y jóvenes hemos perdido cualquier esperanza en este sistema bárbaro, pero es necesario unificar nuestros esfuerzos. Necesitamos agrupar las acciones que en el frente laboral, campesino y estudiantil, llevamos a cabo cientos y miles de activistas.
Los jóvenes y trabajadores que formamos parte de IZQUIERDA REVOLUCIONARIA, realizamos un trabajo sistemático en nuestros centros laborales y de estudio en defensa de nuestros derechos, vinculando esta actividad cotidiana con las luchas a escala nacional e internacional. Entre la juventud hemos conformado el Comité Estudiantil en Defensa de la Educación Pública, CEDEP, que cuenta con una trayectoria de más de 15 años. Participamos activamente en los movimientos sociales defendiendo un programa anticapitalista y socialista. ¡Te invitamos a integrarte a nuestras filas para luchar por los derechos que nos han arrebatado y que nos pertenecen! ¡Te invitamos a luchar contra el capitalismo y por una sociedad igualitaria, libre de cualquier opresión!
¡Únete a IZQUIERDA REVOLUCIONARIA!
• Contra la precariedad y explotación laboral: salario, jornada de trabajo y días de descanso fijos, seguridad social, prestaciones y jubilación a los 60 años con el 100% del salario. Empleos de calidad para la juventud.
• Abajo la “reforma educativa” privatizadora. Enseñanza pública digna, democrática y gratuita desde guardería hasta la universidad.
• Contra la privatización de la salud pública. Derecho a la sanidad digna, gratuita y universal para todos.
• Por un salario mínimo mensual de 18 mil pesos con 35 horas semanales laboradas.
• Plenos derechos democráticos de expresión, reunión y organización. Derogación de la “Ley Atenco”. ¡Libertad a todos los luchadores sociales presos!
• Contra la violencia capitalista. Derecho de autorganización de las comunidades para combatir la violencia de la policía, el ejército y las bandas del narcotráfico. Expropiación de las tierras, capitales e inmuebles de los narcotraficantes, para ponerlas al servicio de la comunidad.
• Nacionalización de la banca y de los sectores estratégicos de la economía, para atender las necesidades de la mayoría de la población. ¡Abajo el lucro empresarial!