Este libro nos lleva desde los campos de concentración de las playas de Francia hasta el exilio americano o soviético, las reacciones a la invasión nazi del país galo, las deportaciones a los campos de exterminio, el auge del maquis y la preponderancia de los republicanos en él. Finalmente, la derrota nazi y la terrible decepción por el mantenimiento del status quo entre la URSS y las potencias imperialistas, permitió al régimen de Franco sobrevivir. La intentona del Valle de Aran y las consecuencias de la posguerra mundial, el desarme de la guerrilla por parte del gobierno francés y el abandono de la lucha armada dentro del Estado español, cerraron una etapa de nuestra historia.
También se explica de una manera esclarecedora todo el proceso que se dio en la Francia ocupada y en la “libre” en la lucha contra el invasor nazi: la incredulidad de los españoles refugiados ante la pasividad, cuando no aceptación del dominio nazi, o la negativa a armar a los republicanos del maquis por parte de los aliados, por ser “peligrosos comunistas”.
Queda en manos de autores, como el de este libro, la tarea de reivindicar a estos hombres y mujeres que lucharon con las armas en la mano contra el fascismo y por una sociedad socialista. Aquellos que deberían hacerlo, fundamentalmente los dirigentes del PSOE y del PCE, no han tenido el coraje; ni durante la “transición” ni hoy, que han pasado setenta años del comienzo de la Guerra Civil. Mientras torturadores y asesinos franquistas son recordados en calles y plazas, la memoria de los luchadores antifascistas sólo sobrevive en el recuerdo de los pocos supervivientes. Obras como ésta, con rigor histórico y sobre todo honradez, contestan a ese alud de obras seudohistóricas, abiertamente reaccionarias y neofranquistas jaleadas por el PP y sus propagandistas mediáticos, escritas solamente con un objetivo: enterrar bajo una montaña de infamias y basura el recuerdo de que hace setenta años la clase obrera y los campesinos intentaron transformar la sociedad para sacudirse el yugo de los terratenientes, de la Iglesia y de la corrompida burguesía, y que también, durante casi tres años, aguantaron con las armas en la mano, el asalto del fascismo español y europeo.
Con la retirada por parte del gobierno del PSOE de la Ley sobre la memoria histórica para “contentar a los dos bandos” vuelve a plegarse a los deseos de la derecha española, que no quiere ni de lejos que se contabilicen los centenares de miles de muertos, torturados, desaparecidos y exiliados que tiene en su haber la burguesía española.