Las mujeres trabajadoras hemos estado a la vanguardia en cada coyuntura histórica, en primera línea en las revoluciones sociales, en manifestaciones contra la guerra, por los derechos democráticos, en defensa de nuestro cuerpo y nuestros territorios y también en la lucha sindical.

Sin embargo, la crisis crónica del capitalismo intenta hacernos retroceder. El desempleo, la reducción o eliminación de programas sociales y prestaciones, el alargamiento de las jornadas laborales, y el incremento de los crímenes de odio contra nosotras y la comunidad sexodiversa es el pan de cada día. Por eso nuevamente estamos en primera línea de la lucha en todo el mundo, protagonizando huelgas y movilizaciones masivas.

Solidaridad internacionalista

La cara más dura del sistema y la rebatinga por la hegemonía mundial, la podemos ver en la guerra en Ucrania y el genocidio en Palestina. En Ucrania miles de mujeres e infancias han sido víctimas de trata en su huida de la guerra.

En Palestina, van 8,400 mujeres y 12,300 infancias asesinadas a manos del bombardeo israelí. El 70% del total de asesinados. El Estado sionista de Israel, quiere exterminar a todo el pueblo palestino con la complicidad de EEUU y la UE.

La lucha sirve, la lucha sigue

Pero no sólo estamos a la defensiva, también hemos participado en enormes manifestaciones por la defensa de nuestras vidas, por justicia y para legalizar el aborto, y aunque hemos conseguido la despenalización y otros avances debemos seguir organizadas y fortalecernos. Aquí no vale la ley del mínimo esfuerzo, no sirve de nada sacar un cartel y un pronunciamiento y luego no mover ni un dedo para sumar a la lucha a las trabajadoras y jóvenes.

Sobre todo hay que tener claro que los derechos que arrebatemos los ganaremos en las calles y con la lucha, no con un pacto de paz social con el gobierno en turno. Por ello es necesario luchar por un sindicalismo de clase, independiente, democrático y combativo. También dentro de los sindicatos hay una batalla por convertirlos en espacios libres de violencia machista, en donde podamos participar sin sufrir las agresiones que sufrimos por parte de la patronal.

Es necesario sumarnos a la lucha por la jornada laboral de 40 horas, junto con nuestros compañeros. Para reducir la enorme carga que tenemos encima con la doble o triple jornada, y ganar tiempo para participar en nuestros sindicatos y nuestras comunidades.

Las iniciativas impulsadas y a la vez paralizadas por Morena, no nos bastan, en especial mientras permanecen sólo en el papel. La política de cuidados, las utopías, dan la ilusión de que conseguiremos liberar a la mujer de la esclavitud del hogar. Pero no es así, la única manera de asegurar que se pueda llevar a cabo una política de liberación de la mujer y socialización de las tareas domésticas, será con la nacionalización y expropiación de los sectores claves de la economía, arrebatándoselos de las manos a la burguesía nacional e internacional.

La lucha que tenemos enfrente es ardua, y no la ganaremos con un día de salir a las calles, hay que construir una organización permanente, consecuente, revolucionaria y democrática. Organizar una huelga feminista que paralice las escuelas y los centros de trabajo. Hay que levantar una lucha y resistencia que inspire y motive a nuestra clase a salir a luchar junto con nosotras.

Por eso este 8M volvemos a la lucha, porque somos antifascistas, anticapitalistas e internacionalistas, defendemos los derechos del conjunto del colectivo LGTBIQ+. Hay que valernos de nuestras propias fuerzas. Hay que organizarnos en cada centro de trabajo, colonia, escuela, etc. para combatir al sistema y sus lacras: las masacres, la precariedad y la violencia.

Asiste al Encuentro: “La mujer trabajadora en la lucha sindical”. Sábado 2 de marzo, 4pm, Auditorio maestra Anita, sección 9 democrática, Belisario Domínguez, No. 32, Colonia Centro, metro Allende o Bellas Artes.

Súmate a Libres y Combativas y marcha con nosotrxs este 8 de marzo de la Glorieta de las mujeres que luchan al Zócalo a las 3:30 pm. Contingente seguro, transincluyente, mixto, combativo e internacionalista.