Se le consideraba el sucesor de Marx y Engels en el análisis teórico. Pero, como Trotsky explica en este libro, Kautsky, después de la revolución rusa de 1905, detuvo su evolución hacia el radicalismo y “cuando más se necesitaba la teoría para analizar los problemas relativos a la acción de las masas, retrocedió, perdió la confianza de antes y los rasgos de pedantería escolástica que se notaban en su manera de pensar, pasaron a ocupar en él el primer plano”.
Después de la Revolución de Octubre de 1917, Kauts-ky escribe un folleto titulado La dictadura del proletariado en el que ataca a los bolcheviques, a la vez que echa por tierra la teoría de Marx y Engels sobre el derrocamiento y la destrucción de la maquinaria estatal burguesa. Lenin le contesta con La revolución proletaria y el renegado Kautsky, un libro en el que vuelve a analizar, como en El Estado y la revolución, la teoría marxista del Estado.
Este libro tuvo una gran repercusión en el movimiento obrero y Kautsky le contestó con otro folleto, Terrorismo y comunismo: una contribución a la historia natural de la revolución. Pero, como Trotsky explica, detrás de la fachada académico-escolástica se esconde un libelo que se hace eco de todas las mentiras y maquinaciones de la burguesía.
Trotsky contesta punto por punto todas las acusaciones. Rebate el escolasticismo de Kautsky explicando cómo la correlación de fuerzas, la democracia, la violencia, no son imperativos categóricos kantianos, sino que son ideas que se concretan en un momento dado y en un lugar también concreto.
Kautsky para criticar el terror de la revolución rusa la compara con la revolución burguesa francesa y con la Comuna de París. De esta comparación concluye que la represión es el fracaso de la revolución. La Comuna fue un modelo de generosidad, etc., etc. Trotsky le responde haciendo un magnífico análisis de lo que supuso la Comuna y cómo uno de los factores de que fuese vencida es que los comuneros no hicieron todo lo posible para combatir a los burgueses, no sólo fuera de París, sino también dentro.
Otros aspectos en los que Kautsky ataca a los bolcheviques son la construcción del socialismo y el caos económico generado después del triunfo de la revolución lo que demostraría que todavía no se daban las condiciones para tomar el poder los trabajadores. Trotsky le contesta que, pese a la invasión de los ejércitos blancos, la clase obrera rusa ha sido capaz de firmar la paz de Brest-Litovsk y así poder crear el Ejército Rojo, no sólo para defender la revolución, también para llevar adelante una política internacionalista. También ha sido capaz de ganar para la revolución a los “especialistas” del aparato burgués (es cierto que en algunos casos con medidas coercitivas).
Pero donde Trotsky demuestra su espíritu combativo es cuando defiende toda una serie de medidas que tienen que llevar adelante para que la situación económica y la guerra civil no estrangulen la revolución. Trotsky explica, a quien le quiera entender, que, en una situación en la que los ejércitos invasores controlan el carbón del Donetz, el petróleo del Mar Cas-pio, el algodón del Turquestán, las inmensas riquezas en metales de los Urales, el ganado y los cereales de Siberia, etc., es muy difícil tener una economía solvente y más si a esto se añade el bloqueo comercial por parte de los países imperialistas. De ahí que el trabajo obligatorio, los “sábados comunistas”, incluso la militarización del trabajo y la utilización de parte del ejército, sean necesarios en un momento dado si queremos salvar la revolución.
Terrorismo y comunismo de Trotsky no sólo tiene un interés histórico. Es un libro plenamente actual. Hay procesos revolucionarios (por ejemplo en Latinoamérica), con sus avances y retrocesos, que van a tener que enfrentarse a situaciones (toma del poder, mantener el poder), no iguales, pero sí similares a las que afrontaron los bolcheviques. Por eso estudiar la experiencia de la revolución rusa y cómo ellos resolvían los problemas que iban surgiendo en el proceso de construcción del socialismo, es un deber de todo revolucionario. En este libro se condensa esa experiencia, se responde a las críticas de los adversarios de la revolución, los de antes y los de ahora. La publicación por parte de la Fundación Federico Engels del Anti-Kautsky, como se conoce a este libro, contribuye a la divulgación de una obra cuyas lecciones fortalecen a los trabajadores frente a sus enemigos.