LA OPOSICIÓN PREPARA UNA NUEVA PROVOCACIÓN CONTRARREVOLUCIONARIA
La Oposición busca reeditar el 11 de abril
Con la excusa de que aún no se ha producido el fallo del Consejo Nacional Electoral (CNE) respecto a la validez o no de las firmas recogidas por ellos mismos durante diciembre pasado con el objetivo de convocar un referendo revocatorio contra Chávez, los dirigentes golpistas y contrarrevolucionarios de la oposición venezolana han convocado para este sábado 14 de febrero una marcha hasta la sede del CNE en Plaza Caracas. En esta plaza se encuentran desde hace más de una semana movilizados miles de partidarios del proceso revolucionario en defensa del proceso revolucionario y celebrando la Semana de la Juventud.
Los dirigentes de la oposición saben perfectamente que convocar una marcha hasta Plaza Caracas , uno de los centros de reunión habituales de los partidarios de Chávez, máxime cuando estos se hallan reunidos allá desde hace varios días, sólo puede provocar tensión. Pero eso es precisamente lo que desean. Quieren utilizar a los sectores de la clase media más alienados y desesperados que todavía les siguen como “carne de cañón” para generar desestabilización y violencia. Hoy viernes ya han sondeado el terreno enviando una representación de dirigentes opositores con el fin de ir calentando el ambiente.
Al mismo tiempo el Alcalde Mayor Alfredo Peña ya ha anunciado que más de 2.500 miembros de la Policía Metropolitana (PM) a sus órdenes “protegerán” la marcha opositora. Los efectivos de la PM fueron los que abrieron fuego contra el Palacio de Miraflores en las jornadas de abril de 2002 así como contra las masas con el fin de provocar los primeros muertos y generar una escalada violenta que luego un sector de la cúpula militar utilizó como excusa para dar un golpe contra el presidente democráticamente elegido por el pueblo, Hugo Chávez Frías. Recientemente, la intervención por parte de efectivos de la Guardia Nacional de Polimiranda, otra policía a las órdenes de un destacado golpista, el gobernador del Estado Miranda Enrique Mendoza, desvelaba la existencia en los arsenales de esta de armamento militar no autorizado para un cuerpo policial sino únicamente para el ejército. Según diversas fuentes este material incautado formaba parte de un amplio arsenal armamentístico comprado por dirigentes de la oposición venezolana en España con el beneplácito del gobierno Aznar.
El objetivo de los dirigentes opositores está claro: buscan crear incidentes violentos y que estos se salden con uno o varios muertos para poder utilizar esto como elemento movilizador que pueda revitalizar a su desgastada base social de clase media y poder ,así mismo, continuar su campaña internacional de calumnias y ataques a la llamada “revolución bolivariana” y pasar a la ofensiva, intentando si la situación se lo permitiese, una nueva ofensiva contrarrevolucionaria. Su táctica es muy parecida a la que emplearon el 11 de abril de 2002, antes del golpe contra Chávez. La diferencia principal es precisamente que entonces sí conseguían movilizar a masas de la pequeña burguesía en la calle mientras que en todas las últimas marchas y actos que ha convocado la oposición durante los últimos meses se ha evidenciado una pérdida de apoyo constante.
Durante las últimas horas también se ha oído algunos rumores sobre un posible intento de magnicidio que podría haber sido descubierto o sobre movimientos en el seno del ejército. Estos rumores siempre son habituales en los momentos en los que se intensifica la tensión y todo indica que ,al menos en este momento, la correlación de fuerzas en el seno del ejército también es desfavorable para la oposición. Pero es significativo que el presidente Chávez no haya intervenido en eventos de masas recientes en los que sí estaba previsto que lo hiciese. De hecho, precisamente porque la correlación de fuerzas en la calle es desfavorable para la oposición, el riesgo de que intenten crear desestabilización y caos mediante una combinación de provocaciones como la marcha convocada para el sábado 14 por la autodenominada Coordinadora Democrática con la posibilidad de actos terroristas y diversas acciones de sabotaje o algaradas representa un peligro real.
La correlación de fuerzas
Como hemos explicado los marxistas en anteriores artículos el hecho de que la correlación de fuerzas sea muy favorable a los trabajadores y los sectores populares que apoyan el proceso social revolucionario no quiere decir que la contrarrevolución haya sido derrotada y aplastada. Esa es una tarea que todavía nos queda por realizar.
El exceso de confianza y la autocomplacencia , en una situación como esta, pueden ser enormemente peligrosos. Lo cierto es que si analizamos seriamente la historia ninguna contrarrevolución ha triunfado porque consiguiese movilizar más cantidad de masas que la revolución, porque tuviese más apoyo social o fuese más fuerte. La correlación de fuerzas en Chile antes del golpe de Pinochet no era favorable a la contrarrevolución. La oposición chilena también había sufrido varias derrotas, tanto reveses electorales como una tentativa golpista abortada. Y, sin embargo, pudo organizar un golpe basándose en oficiales del ejército e imponerse. Y lo hizo única y exclusivamente porque toda esa fuerza del movimiento popular no había sido movilizada, organizada ni armada por los dirigentes del proceso chileno (a pesar de que las propias masas habían pedido una y otra vez armas).
La primera conclusión, pues, es clara: debemos mantenernos vigilantes y movilizados una vez más durante los próximos días y esta movilización debe ser masiva y estar bien organizada. Varios dirigentes que apoyan el proceso han llamado a concentrarse en distintos puntos de Caracas (Plaza Venezuela, la propia Plaza Caracas, la Plaza O,Leary), al mismo tiempo el gobierno ha organizado un “megamercado” en la Avenida Bolívar. Estas son medidas elementales para mantener al pueblo en la calle pero deben ser completadas con una movilización permanente en los barrios y las fábricas durante los próximos días y semanas.
En este sentido nos parece que la idea planteada hasta la saciedad desde el gobierno, empezando por el propio Chávez, de total confianza en el CNE y acatamiento de la voluntad de este puede ser un error. El CNE es un órgano que como otros órganos burgueses no controlados por el pueblo revolucionario puede voltearse en cualquier momento. Lo vimos en el pasado con otras figuras e instituciones en las que confiaron los dirigentes del proceso y que cuando menos se lo esperaban se convirtieron en instrumentos de la contrarrevolución.
Si mañana el CNE –a causa de la presión de la oposición yu el imperialismo- fallase a favor de estos y dijese que el referendo sí va esto crearía un problema al gobierno ya que aunque todo el mundo sabe que no tienen las firmas el propio gobierno ha repetido una y otra vez que acatará la decisión del CNE.
Si el gobierno se mantuviese fiel a la voluntad popular y no lo convocase igualmente los dirigentes opositores y el imperialismo se agarrarían a esto como a un clavo ardiendo para intentar reunir más apoyo nacional e internacionalmente para una nueva ofensiva golpista. Si el gobierno accediese a convocar un referendo además de un jarro d agua fría para un sector de la base social de la revolución , que vería como se vuelve a ceder ante los golpistas (como ya ocurrió en otros momentos) y estos también intentarían utilizarlo para ganar tiempo y volver a pasar a la ofensiva presentando por primera vez en mucho tiempo una victoria moral a su decepcionada y engañada base social.
En estos momentos, a juzgar por la virulencia de los ataques de la oposición contra el CNE, la presión popular puede más y ellos parece que no controlan este organismo. Pero esto no tiene porque seguir siendo así. La situación dentro del propio CNE, según todo indica, es muy inestable y la teórica mayoría chavista es de sólo 3 a 2. Esto significa que no podemos descartar que la presión de la oposición y el imperialismo y el carácter burgués del CNE puedan forzar un fallo de este contrario a la realidad y la razón. En cualquier caso, lo que debería estar haciendo el gobierno es insistir de forma clara y contundente –como sí hizo Chávez en alguna declaración.- en que la oposición no ha recogido las firmas y no puede haber referendo y , sobre todo, explicar que los promotores de este referendo son golpistas, criminales que tienen sus manos manchadas de sangre. Y que deben pagar por ello. Lo que no debe hacer es confiar en agentes del imperialismo que en estos momentos se ponen “la piel de cordero” pero mañana pueden ser nuestro peor enemigo como la OEA y el Centro Carter.
El gobierno , si quiere defender la revolución, debería aprovechar la correlación de fuerzas favorable para dar un paso adelante y encarcelar a todos los golpistas empezando a demostrar así que se va a acabar la impunidad y enviando un mensaje de fuerza a su base social y a la de la propia oposición. Pero aún más importante que esto: el único modo efectivo de defender la revolución es basarse en la propia capacidad de movilización y participación que las masas una y otra vez han demostrado, desde cuando pararon los golpes de abril o diciembre, hasta la reciente marcha del 4 de febrero o las ganas de seguir luchando que demuestran hoy día, para profundizar este proceso revolucionario en una dirección que rompa con el capitalismo y empiece a ofrecer soluciones a los trabajadores y el pueblo. En esta línea, desde la Corriente Marxista Revolucionaria ya propusimos una línea de lucha contra cualquier posible tentativa golpista en el pasado mes de diciembre cuando la oposición lanzaba su “firmazo” (en realidad un fraudazo) que pensamos que mantiene toda su vigencia.
¿Cómo derrotar a la contrarrevolución?
Entonces en la declaración conjunta de los colectivos El Topo Obrero y El Militante, de cuya fusión nace nuestra corriente proponíamos:
“Por una respuesta masiva de todo el pueblo: Asambleas y Comités Populares en Defensa de la Revolución
El recurso a las accciones golpistas o conspiratorias es una cara de la moneda, parte de la estrategia de la contrarrevolución, que se combina con otro golpe sostenido en el tiempo que es el saboteo económico. El imperialismo y los capitalistas han declarado la guerra hace ya tiempo a este proceso revolucionario y nos atacan todos los días saboteando la economía, cerrando empresas, despidiendo trabajadores, acaparando y haciendo desaparecer productos de los mercados. Intentan desmoralizar a las masas y minar la confianza de estas en el proceso para encontrar así más posibilidades para obtener el poder mediante el golpe.
La respuesta tanto a la guerra cotidiana del capital contra el pueblo que representan el saboteo y la crisis económica como al golpe disfrazado de revocatorio, no debe limitarse a denuncias públicas y a mantener las políticas aplicadas hasta ahora.
Los firmantes de este volante, marxistas revolucionarios firmemente comprometidos con el proceso revolucionario venezolano que la mejor forma de impedir los planes contrarrevolucionarios de los dirigentes de la oposición es preparándose para derrotarlos y movilizándose, tomando las calles y los barrios y demostrando una vez más quien es más fuerte.
No podemos dejar que nos sorprendan como el 11 de abril o en diciembre. Entonces fue la movilización de todo el pueblo la que les derrotó. Si el pueblo venezolano –con el apoyo y la solidaridad de los trabajadores y campesinos del resto de América latina y los luchadores obreros y populares de todo el mundo, se pone en marcha desde ya minará estos planes, debilitará aun mas la base social de la reacción y será más difícil que puedan tener éxito en cualquier plan reaccionario que preparen.
Junto al aspecto técnico y militar – planes de contingencia, etc- (que obviamente son claves) debe haber un plan económico que enfrente el saboteo y solucione los principales problemas sociales del país en las líneas antes expuestas, y un plan de lucha que garantice la movilización permanente del pueblo revolucionario durante los días del “firmazo” y mientras sea necesario para demostrar en la calle el apoyo al proceso revolucionario y o bien disuadir a los enemigos de este proceso de intentar ejecutar sus planes o ,si lo intentan, poder derrotarlos.
Para ello proponemos al gobierno, a los dirigentes de los partidos que actualmente lideran el proceso, a la dirección de la UNT y en general a todas las organizaciones revolucionarias y todo el pueblo abrir el debate sobre un plan de contingencia económico, polìtico y militar para enfrentar en las mejores condiciones posibles cualquier posible ofensiva contrarrevolucionaria.”
Por un plan de contingencia basado en las masas y que profundice la revolución
Nuestra propuesta entonces era la que sigue, y en lo básico pensamos que sigue siendo el mejor camino para derrotar definitivamente a la contrarrevolución
”1. Movilización permanente del pueblo y en particular de la clase obrera contra el golpismo. Para ello es imprescindible convocar asambleas en todos los barrios, fabricas y pueblos para agrupar en ellas a todas las organizaciones y colectivos (círculos bolivarianos, comités de tierras, sindicatos clasistas, cooperativas, partidos y colectivos que apoyan el proceso, etc), discutir la situación y unificar la respuesta. Cada colectivo y cada ciudadano debe tener plena libertad para presentar todas sus propuestas y estas deben ser debatidas.
2. Estas asambleas deberían elegir Comités en defensa de la Revolución que se encarguen de preparar planes de contingencia en estrecho contacto con los sectores militares y revolucionarios del ejército y con el gobierno. Estos Comités deberían estar formados por delegados elegidos y revocables por cada asamblea y coordinados a nivel nacional, estadal y local.
3. Una de las primeras tareas de esos Comités debería ser la organización de actos y concentraciones en cada zona para que las fuerzas revolucionarias estén presentes permanentemente en la calle y que se unifiquen posteriormente en una gran marcha nacional en defensa del proceso revolucionario, contra los planes golpistas de la oposición y contra la injerencia del imperialismo en los asuntos internos del país (Fuera Shapiro y Fuera la CIA). Si la oposición intentase la vía golpista estos comités y asambleas deberían asumir tareas de vigilancia en los barrios, organización de la autodefensa, distribución de los bienes más necesarios y organización de la vida social.(…)
5. Al mismo tiempo hay que organizar asambleas para debatir la situación y constituir estos comités en defensa de la revolución de representantes elegibles y revocables en todo momento en el seno del ejército para velar por el proceso revolucionario y evitar cualquier movimiento golpista. En Abril vimos como sectores en los que el gobierno confiaba como Vásquez Velasco o Rosendo brincaron la talanquera en el momento decisivo. A pesar de que existen sectores patrióticos y revolucionarios incluso entre la alta oficialidad y que una parte de los contrarrevolucionarios ya se quitaron la careta, tanto el ejército como la policía son maquinarias creadas por los capitalistas y edificadas cuidadosamente durante décadas, seguro que si se llega a una situación límite aparecerán nuevos “traidores”. Sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas con trabajadores y en las de los soldados, que al fin y al cabo son trabajadores con uniforme.
6. Hay que acabar con la impunidad. Los que prepararon los golpes de abril o diciembre, que derramaron la sangre de compatriotas y ordenaron disparar a las policías golpistas contra el pueblo, que casi asfixian económicamente al país con un paro patronal cuyos efectos aun seguimos pagando, son los mismos que ahora preparan una nueva ofensiva bajo el disfraz del revocatorio. No a la impunidad, no puede haber revocatorio mientras estos asesinos sigan sin pagar por sus crímenes y dirijan a la oposición. Castigo a todos los golpistas, así como a los asesinos de luchadores campesinos y a los autores de crímenes y represión bajo la IV República. En muchos casos son los mismos, en todos los casos…¡deben pagar.
7. Contra el saboteo económico, el gobierno debe actuar de una vez y con contundencia. En primer lugar hay que garantizar el control de la principal industria estratégica del país ,PDVSA, por el pueblo y los trabajadores para que no pueda volver a ser utilizada con fines golpistas y sirva para ayudar a resolver los graves problemas sociales y económicos que padece la nación debido a la crisis del sistema capitalista, combinada con el saboteo de de los empresarios. El camino para ello es democratizar la empresa petrolera con la participación de los trabajadores y de las comunidades en la toma de todas las decisiones. Esto fue lo que salvó la industria en diciembre pero no se ha mantenido y profundizado esa orientación sino que se ha vuelto a una estructura empresarial e incluso se ha permitido el retorno de golpistas.
8.En segundo lugar es necesario estatizar bajo el control de los trabajadores todas las empresas tomadas por estos, que amenacen cierre o estén en crisis para garantizar los empleos y mantener la producción. La asamblea nacional debe aprobar en el más breve plazo posible una Ley de Expropiación que garantice que si un empresario intenta paralizar la producción con fines golpistas, cerrar la empresa y botar a los trabajadores , o chantajear a estos para que renuncien a sus derechos y salarios, el gobierno intervenga y la estatice poniéndola bajo el control de los trabajadores.
9. También es preciso nacionalizar la banca bajo control de los trabajadores y el pueblo para evitar que los recursos que producimos todos con nuestro trabajo, incluidos muchos recursos del estado, permanezcan en manos de golpistas y sectores vinculados al capital internacional que pueden paralizarlos en cualquier momento o sacarlos del país para minar la economía nacional.
10. Otra medida es negarse a pagar la deuda externa y dedicar esos recursos a la agricultura e industria nacionales. La deuda es producto de los corruptos de la IV república y, además, ha sido pagada de sobra solamente con los interese de la misma, por no hablar de todo el real que se han llevado las multinacionales del país en estos años. También es necesario acabar con la autonomía del Banco Central y poner sus recursos bajo el control del pueblo. No es posible que el presidente de un país democrático tenga que pedir al presidente del Banco Central un millardo de dólares para impulsar la agricultura y esperar que sea este el que decida.
Si el gobierno, como expresión de la voluntad popular que es, no convoca asambleas para organizar la movilización del pueblo y no toma estas medidas los colectivos revolucionarios debemos exigírselo y allì donde sea posible tomar la iniciativa de convocar estas asambleas para debatir la situación y empezar a organizar la defensa y profundización de la revolución. En particular los dirigentes de la UNT tienen una responsabilidad decisiva, en el congreso de esta nueva central se acordó declararse en movilización permanente contra el golpismo e impulsar la lucha de los trabajadores por profundizar la revolución. Los sindicatos afiliados a la UNT deben convocar asambleas en todas las fábricas para discutir un plan de lucha en estas líneas, proponer la creación de comités en defensa de la revolución y exigir al gobierno la aplicación de estas medidas urgentes de defensa y profundización del proceso revolucionario.”
Perspectivas
Como hemos dicho anteriormente, es bastante factible que el sábado vuelva a demostrarse una vez más que la oposición no consigue movilizar a la base social que sí consiguió agrupar en otros momentos pero esto no quiere decir que no lo sigan intentando, ni desde luego que vayan a renunciar a sus intenciones golpistas. Para la burguesía venezolana y el imperialismo el intentar acabar con este proceso que se vive en Venezuela es una cuestión de vida o muerte.
Las masas populares que están detrás de Chávez y que quieren un cambio global en el país y en el continente son el enemigo que más teme la reacción y su objetivo es aplastar en cuanto puedan a ese poderoso movimiento revolucionario que ya les ha derrotado en varias ocasiones y que ,en el contexto de auge de la lucha de clases, que vive todo el continente se convierte cada vez más en un referente para otros pueblos hermanos. Además, ellos han apostado por la táctica de utilizar el referendo revocatorio como excusa para intentar volver a engañar y movilizar, sino a toda esa masa de la clase media a la que manipularon y engañaron en abril o diciembre del 2002 si al menos a una masa suficiente para poder volver a pasar a la ofensiva y enmascarar sus objetivos golpistas. Saben que no han conseguido las firmas necesarias para convocar el referendo pero nunca podrán reconocer este hecho ya que ello significaría acabar de perder a su base social y le quitaría cualquier vestigio de legitimidad a su campaña internacional de calumnias.
En el caso de que su debilidad actual y la respuesta del movimiento popular en la calle los disuada de pasar a la ofensiva inmediatamente y les obligue a posponer sus planes contrarrevolucionarios una cosa está clara: lo seguirán intentando y cuando logren encontrar una oportunidad para pasar a la ofensiva lo harán con una rabia y una saña mucho mayores.
Por eso la revolución no puede seguir desaprovechando oportunidades. Si insistimos en que la correlación de fuerzas es favorable al movimiento popular no es para quedarnos deslumbrados ante esa fuerza sino para explicar que eso lo único que quiere decir es que se puede y se debe avanzar hacia la profundización de la revolución. Que este sí es el momento de tomar medidas que profundicen la revolución y resuelvan los problemas pendientes y no el de mantenerse a la defensiva y seguir esperando.
Los planes educativos del gobierno (las misiones Robinson, Sucre y Ribas), el barrio Adentro y otras medidas como el impulso a las cooperativas han generado ilusiones entre amplios sectores de la población. Al mismo tiempo, el desempleo –consecuencia de la combinación de la crisis internacional del sistema capitalista (el desempleo es masivo y crece en todos los países capitalistas) y del saboteo de la economía por parte de los capitalistas- sigue siendo elevadísimo. El desempleo y la miseria son un cáncer para un proceso revolucionario y mientras los capitalistas tengan el control de la economía ese cáncer seguirá existiendo.
Un sector de dirigentes del proceso se basa en las previsiones de crecimiento de la economía venezolana para el 2004 (entre un 6 y un 8% según distintas fuentes) para explicar la idea de que lo peor ha pasado y que Venezuela, incluso bajo el capitalismo, puede resolver todos sus problemas. Estos sectores también están convencidos de que la economía capitalista mundial crecerá y eso ayudará a superar las problemas y convencer a los empresarios de que inviertan y acepten al gobierno, que las cooperativas deben ser el embrión de los nuevos empresarios bolivarianos.
Pero después de una caída de la economía del 18% en dos años una recuperación es bastante lógica y máxime si los precios del petróleo se mantienen por encima de lo previsto debido a un cierto repunte en EE.UU y a los problemas que la guerra en Irak está causando para los planes estadounidenses de aumentar la oferta y bajar los precios. Pero la recuperación de la economía estadounidense no es sólida ni firme sino que se está produciendo a costa de generar enormes contradicciones e incertidumbres en el mediano plazo. Ello significa que el sistema capitalista no va a superar sus contradicciones y entrar en una senda de crecimiento prolongado sino que el actual respiro americano es un espejismo que antes o después provocará una crisis más profunda. Todo el mundo lo sufrirá y una economía tan dependiente y poco diversificada como la venezolana aún más. Ya hoy, en medio de esas previsiones optimistas de crecimiento, vemos como la nueva devaluación del bolívar amenaza con recortar aún más los ya depauperados salarios y el poder adquisitivo de las masas.
La única manera de resolver los problemas de la economía venezolana es mediante una transformación económica profunda que sustituya un modelo basado en al explotación del hombre por el hombre y la búsqueda egoísta del máximo beneficio como el capitalismo por una economía basada en el interés social, en la que sea la voluntad democrática de los ciudadanos y sus derecho al empleo y una vida digna los que prevalezcan.
En estos momentos el gobierno está lanzando una nueva Misión, la “Vuelvan Caras” , para luchar contra el desempleo, esta misión sólo resolverá este grave problema si supera la propiedad privada de los medios de producción, fomenta la propiedad estatal y colectiva estatizando las principales riquezas del país (bancos, etc) bajo el control de los trabajadores y la sociedad y sustituye la decisión de unos pocos capitalistas por la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas. Ello, concretamente, significa crear un plan nacional para las cooperativas, estatizar bajo control de los trabajadores las empresas tomadas o que están en crisis, etc.