El pasado 6 de agosto una huelga general paralizó Suráfrica. Convocada por el Cosatu (Confederación de Sindicatos Surafricanos), la huelga tenía como objetivo protestar por el aumento del coste de la vida. La huelga paralizó el país y como reconocía un periódico surafricano: "La acción de masas a lo largo y ancho del país demostró que la federación sindical puede poner a la economía de rodillas" (Business Day. 8/8/2008). Sectores como el transporte, automóvil, manufactura, estibadores o minería quedaron totalmente paralizados. El mismo día más de 200.000 trabajadores participaron en distintas manifestaciones por todo el país. La huelga en el sector de telecomunicaciones fue de cuatro días. Como ocurre en el resto del mundo, las subidas de precios de los productos básicos están erosionando rápidamente las condiciones de vida de los trabajadores. Después de la caída del régimen de apartheid, el poderoso proletariado surafricano pasó unos años de calma confiando en que el ansiado gobierno del ANC cambiaría radicalmente sus condiciones de vida, han pasado más de 15 años desde el fin del apartheid y los trabajadores no sólo no han visto ninguna mejora, sino que además durante estos últimos años han empeorado. La lucha no ha terminado y la dirección del Cosatu anunció nuevas movilizaciones y huelgas para este mes.