Es hora que Construyamos una Fuerza de Trabajadores, nuestra propia representación político social
La casta política, y la élite empresarial están profundamente desprestigiadas. Las instituciones están deslegitimadas, eso es lo que explica los ejercicios desde el gobierno de pirotecnia constitucional no convocante, el “proceso constituyente”, al tiempo que se asegura que no habría una Asamblea Constituyente, pero también explica el fracaso que cosechó con muy baja participación ciudadana. El 40% de abstención electoral y las dificultades de los grandes aparatos políticos – a lo que no les faltan los recursos – para cumplir con la ley de refichaje que ellos mismos aprobaron en el congreso nos hablan de una desafección profunda de la gente.
El pueblo chileno está cansado de un modelo de capitalismo salvaje, que ha mercantilizado los derechos básicos a la salud, la educación, la previsión y la vivienda. Está indignado con la corrupción rampante de las élites empresariales, políticas, en las fuerzas armadas, en carabineros y un largo etcétera.
Desde 2006 con el levantamiento de estudiantes secundarios conocido como “revolución pingüina”, se han sucedido movimientos sociales de carácter nacional cada vez más amplios, entre los hitos hay que mencionar también la rebelión estudiantil de 2011 y el movimiento NO + AFP en que tras un conjunto de sindicatos trabajadores se han organizado en coordinadoras en toda la geografía del país, levantando coordinadoras para la lucha por terminar con las AFP, conquistar la Seguridad Social, y pensiones suficientes. Hasta ahora, a diferencia de lo que ocurrió con los movimientos estudiantiles, NO + AFP no ha podido ser cooptado, ni ha estado abierto a negociar “avances” limitados, que suelen terminar en retrocesos, como ocurrió recientemente con la Reforma Laboral.
¡Chile despertó!
Ese fue un grito que de manera espontánea se coreó en la Alameda en Santiago en la primera marcha multitudinaria por el fin del sistema de AFP el 24 de julio de 2016. Esa marcha efectuada en más de 40 ciudades, fue la primera movilización masiva a escala nacional convocada por un movimiento de trabajadores desde el fin de la dictadura cívico-militar. La coordinadora nacional de Trabajadores NO + AFP
Pero no basta con marchar, eso está claro, especialmente al comprobar que a pesar de millones de personas movilizadas por el fin de las AFP, políticos y autoridades se hacen los sordos.
Con todas las instituciones desprestigiadas, incluidos los sindicatos y especialmente la CUT tras elecciones fraudulentas y bochornosas, en cambio el movimiento NO + AFP aparece como el que tiene más confianza de la gente, y especialmente entre los jóvenes.
Además el movimiento NO + AFP no se ha limitado a marchar, ha diseñado su propia Propuesta de Pensiones, de acuerdo con los principios de la Seguridad Social, robusta técnicamente, y ha organizado sindicatos y activistas prácticamente en todo el país, ha ensayado movilizaciones distintas como el Paro y la Protesta Nacional del 10 de diciembre de 2016, y las campañas de desobediencia civil del cambio al fondo E en las AFP, y del abandono de las AFP Cuprum y Provida, estas últimas han tenido un gran impacto. Un millón trescientas mil personas se cambiaron de fondo en los doce meses que terminaron en enero de 2017, son tácticas innovadoras para golpear al gran capital.
El movimiento NO + AFP es la demostración de la emergencia de una situación política y social nueva, que el movimiento estudiantil ya anunciaba años antes.
La emergencia del movimiento de mujeres feminista, también masivo NI UNA MENOS, como respuesta indignada a la discriminación, brutales crímenes y femicidios, muestra la entrada en la arena del conflicto social, tras sus propias demandas, de la mitad más postergada y abusada de la sociedad capitalista y patriarcal. Este movimiento feminista se ha sumado a las movilizaciones del movimiento NO + AFP, este es un dato tremendamente significativo.
La persistencia de las luchas del pueblo mapuche por la recuperación de la tierra y el territorio, a pesar de la dura represión y la militarización de la Araucanía, son una muestra de la renacida voluntad de resistencia en el país.
Pero queda pendiente el paso de lo social a lo político, a la disputa por el poder, para transformar la sociedad.
Por una política honesta hecha por la gente trabajadora y la juventud.
No podemos limitarnos a reproducir las viejas prácticas elitistas, de decisiones entre cuatro paredes, o cocinadas en acuerdos en la cocina. Si de verdad queremos cambiar las cosas, con transformaciones sociales basadas en criterios de justicia social y solidaridad, esto solo será posible con la activa participación de millones. Los técnicos no deben reemplazar a las mayorías, los necesitamos para que pongan sus conocimientos al servicio se las decisiones que tomen las familias trabajadoras y sus organizaciones.
El Frente Amplio
El Frente Amplio ha concitado muchas esperanzas entre mucha gente que quiere un cambio social de verdad, pero rápidamente también frustración por las maniobras, la reproducción de una política elitista, y el temor de abrirse a nuevas fuerzas, especialmente las provenientes del campo popular, y no necesariamente con dirigentes de clases medias que han originado sus liderazgos desde las Universidades más elitistas.
¿Por qué la oposición inicial a organizar primarias legales? ¿Por qué la falta de esfuerzo hasta los últimos días para reunir las firmas para ir a primarias legales, con control del Servicio Electoral y del Tribunal Electoral? ¿Cuál es la razón por ejemplo de cerrar las primarias a otras candidaturas?
No se entiende que el Partido Humanista que ya está inscrito en trece regiones se haya negado a la propuesta del precandidato Alberto Mayol para ayudarles rápidamente a recoger las firmas faltantes, e igual cuando otras organizaciones del Frente Amplio lo ofrecieron, ante la inminencia del vencimiento del plazo legal para que un partido con carácter nacional pudiera inscribir la elecciones primarias legales.
Y en cambio vimos la propuesta de “primarias ciudadanas” por internet, sin padrones ni delegados, algo impresentable que nos dejó estupefactos, pues a los más añosos nos recordó el referéndum de la dictadura en 1980.
Queremos un Frente Amplio de verdad para una transformación social de fondo, y para ello hay que airear la casa y desterrar los viejos vicios.
Construyamos una Fuerza de Trabajadores
Es necesaria una nueva representación y organización política social de la clase trabajadora, y otros sectores populares, capaz de disputar el poder, el gobierno y el congreso a las élites. Una nueva fuerza con vocación convocante y unitaria que desde las demandas más sentidas por el pueblo, en el respecto de su diversidad, sea capaz de jugar el papel central en un frente contra el capitalista salvaje en Chile realmente amplio.
Ahora se reúnen las condiciones para superar la fragmentación extrema de la izquierda chilena, en miles de grupitos y colectivos político–sociales. Un proceso de unidad para construir una fuerza, con respeto a la diversidad, y con mecanismos transparentes y democráticos de decisión de estrategias de movilización, programas y candidaturas.
La conclusión para nosotros es clara, es hora que Construyamos una Fuerza de Trabajadores, nuestra propia representación político social, con una perspectiva socialista honesta y genuina.
Un partido de las y los trabajadores que haga sentir nuestra fuerza organizada por nuestros propios anhelos e intereses.
Para que nunca más volvamos a poner la lucha y los sacrificios, para dejar luego el poder ingenuamente en manos de otros.