En enero del presente año se cumplieron 60 años de la Revolución en Cuba, un hecho que transformó para siempre el vivir de miles de trabajadoras y trabajadores en Cuba, y a su vez, inauguró un periodo de gran tensión y ambiente combativo en toda América Latina.
Hoy recordamos los logros que la revolución trajo a nuestro país hermano, logros que hoy en día seguimos contemplando y aplaudiendo, a pesar de los constantes bloqueos económicos y provocaciones políticas que sufren por parte del incansable imperialismo estadounidense, con Trump como máximo representante del mismo.
Cuba es hoy, con sus 11.5 millones de habitantes, el único país con una tasa de desnutrición infantil del 0%, al igual que una tasa de alfabetización que cubre a más del 97% de la población, por no mencionar la garantía y derecho a vivienda y seguro social del que todavía cuentan todos sus habitantes, seguro social que, además, es encabezado por los mejores médicos de todo el continente. Estos son, entre otros, los enormes logros conseguidos en los años luego de liberarse del yugo imperialista de los Estados Unidos, el cual era posible gracias a la dictadura militar de Fulgencio Batista.
En la década de 1950, Cuba era el principal burdel y casino de los empresarios de todo el mundo, particularmente norteamericanos. Su fama, con base en la prostitución, ron barato, tabaco de la mejor calidad y por supuesto vía libre para hacer lo que el antojo demande, hacían de Cuba un ‘paraíso tropical’ de la burguesía. A su vez, la cercanía con Estados Unidos invitaba a que miles de yates lujosos pudieran ir y venir.
Todo esto cambió cuando los campesinos y obreros se rebelaron, tomando el poder un primero de enero de 1959, estableciendo una revolución proletaria que más tarde se autodenominará socialista, obteniendo el apoyo económico necesario de la URSS. Un hecho que, además, trasladó el conflicto de la guerra fría hacia el continente americano, pues Fidel Castro autorizó la entrada de misiles provenientes de la URSS en aras de crear una amenaza defensiva de la revolución y el nuevo modo de vida conquistado.
Por supuesto, el transcurso de la autodeterminación del pueblo cubano no fue fácil, fue necesaria una extraordinaria organización y coordinación en defensa del gobierno proletario. Así, lograron repeler el intento contrarrevolucionario de Playa Girón en 1961, cuando tropas norteamericanas intentaron retomar el control de la isla. Un inmenso logro que demostraba la furia y rabia del pueblo cubano producto de décadas enteras de explotación. Ya nada podría parar una revolución que tendía a extenderse a todo el continente americano.
Desde el año 1961 (y hasta la fecha), Cuba es víctima de constantes bloqueos económicos por parte de E.E.U.U. y sus países aliados, que, si bien no logran tirar por completo la revolución y sus logros, amenacen constantemente con dejar desamparado al único país que se mantenía socialista. La ayuda que Venezuela durante la etapa de Chávez proporcionó (y actualmente lo sigue haciendo) ha sido muy importante. Ayuda que se materializa en petróleo y otros bienes tan escasos en la isla de Cuba, haciendo presente la solidaridad tan necesaria entre pueblos hermanos.
El impulso de la idea del socialismo en Cuba representó una amenaza letal para el sistema capitalista, y todavía lo sigue siendo. Sin embargo, ahora transita una de sus etapas más difíciles, pues el aislamiento y bloqueo y la dirección burocrática de la economía han causado problemas reales en isla. Problemas que, desde hace algunos años, el PCC y Raúl Castro intentan resolver con medidas hacia el libre mercado. Siguiendo el modelo de China o Vietnam apuestan a la empresa privada, la diferencia salarial, etc. manteniendo el control estatal sobre otros aspectos claves. Sin embargo, en un contexto de profunda crisis económica en todo el mundo estas medidas difícilmente resolverán de fondo nada.
El único modo de defender y recuperar las conquistas revolucionarias amenazadas y resolver los problemas que tiene Cuba es que la clase obrera se ponga al frente de la lucha tanto contra las deformaciones burocráticas como contra la restauración del capitalismo en la isla, que la economía y el Estado estén bajo la dirección de los trabajadores y la economía se planifique democráticamente para dar satisfacción a las necesidades sociales. Todo ello unido a la extensión de este mismo programa revolucionario a otros países
El hecho de demostrar que toda la población puede tener garantizados los derechos básicos humanos, tiempo de ocio y recreación, teniendo a su disponibilidad el practicar deporte sanamente, entre otras cosas, pone en evidencia que el socialismo es la única salida para los pueblos que se llamen a sí mismo dignos. Ello lo sabe la derecha que se alza en países como Brasil, donde Bolsonaro se dedica a criticar lo que él jamás podrá, ni de lejos, conseguir.
Toda América necesita seguir el ejemplo de la Revolución cubana.
¡Viva la revolución! ¡Abajo el capitalismo!