Mesa en la cuerda floja
“Fuerzas combinadas del ejército y la policía arremetieron hoy contra campesinos y colonizadores que bloqueaban las vías de acceso a la ciudad de Trinidad, en el extremo norte del país, dejando un saldo inicial de dos muertos, un militar y un campesino, y decenas de heridos de ambos lados”.
“El Alto está de pie, no de rodillas’, aseguraron los presidentes de la Juntas Vecinales de la ciudad más pobre y rebelde de Bolivia, que este miércoles suspenderá todas sus actividades públicas y privadas en la lucha que llevan adelante junto a la Central Obrera Boliviana (COB) por la nacionalización del gas y el petróleo” (www.econoticiasbolivia.com).
Han transcurrido tan sólo ocho meses desde que Mesa fuese nombrado presidente de Bolivia, y los trabajadores y campesinos han vuelto a ser convocados por la Central Obrera Boliviana (COB) y por el malku Felipe Quispe (CSUTCB) a paros, marchas, protestas y bloqueos de caminos con la misma consigna que en octubre llevó a la caída de Sánchez de Lozada: la nacionalización del gas.
La principal consigna de la COB es el rechazo al proyecto de Ley de Hidrocarburos que el gobierno de Mesa aprobó en el mes de febrero y que quiere someter a referéndum el 18 de julio. Jaime Solares, dirigente de la COB, ha llamado al boicot ya que en el referéndum no aparecerá una pregunta clara sobre la nacionalización de los hidrocarburos; mientras que Repsol YPF, que controla casi un tercio de las reservas de petróleo y del gas en Bolivia, da su respaldo al referéndum.
La posición de Evo Morales
La actitud de los dirigentes del MAS, con Evo Morales a la cabeza, de boicot a la huelga convocada por la COB creó mucha confusión entre sus bases. En zonas como el Alto, población emblemática en la Lucha del Gas, los dirigentes del MAS en un primer momento siguieron la consigna de Evo. No obstante, la presión y participación de su base en la lucha, les obligó a apoyar la huelga y los cortes de caminos.
Mesa ha intentado de todo para paralizar la huelga pero no lo consigue. Ha cedido ante los trabajadores de salud, educación y caminos, derogando las leyes que privatizaban estos sectores; ha prometido tierra a los campesinos; ha utilizado a los dirigentes del MAS para que fuesen ellos directamente quienes llamasen a la paralización de la huelga... pero los trabajadores y campesinos siguen en la lucha por la nacionalización del gas.
Las mentiras de Mesa y su defensa de los intereses de las multinacionales es evidente para el movimiento de masas, lo que provoca la extensión de la lucha y su radicalización, llegando a tal punto que el mismo Morales ha tenido que posicionarse finalmente contra el gobierno y calificando como justas las reivindicaciones de los sectores en conflicto. Esta situación ha avivado los enfrentamientos y divisiones en el MAS, tanto por la derecha como por la izquierda, reflejo de las distintas posiciones que existen el movimiento.
Hay que acabar con el capitalismo
Los trabajadores y campesinos bolivianos han demostrado que están dispuestos a llegar hasta el final, los muertos y desaparecidos en las luchas llevadas a cabo así lo demuestra. Son sus dirigentes una y otra vez quiénes no están a la altura de las circunstancias. La dirección de la COB plantea la nacionalización del gas y la dimisión de Mesa, pero ya en octubre se vio como esto no es suficiente. La huelga insurreccional derrocó a Goni, pero ahora, ocho meses después, la burguesía y el imperialismo siguen controlando este recurso. Hace falta un programa que ponga sobre la mesa la necesidad de acabar con el capitalismo.
La cuestión de la toma del poder por parte de los trabajadores está nuevamente en el orden del día. Dirigentes reformistas como Evo Morales temen la revolución tanto como la propia burguesía y buscan otras “alternativas”, como la consigna de Asamblea Constituyente, que sólo sirve para distraer la atención de las masas, desviándolas de su objetivo central. Las bases del MAS deben luchar por cambiar a su actual dirección por otra que refleje sus aspiraciones socialistas. Son los cuadros y militantes de la COB que han adquirido una conciencia socialista y revolucionaria clara, los que deben organizarse como partido revolucionario, trabajando dentro de la COB y en el resto de las organizaciones de masas, ofreciendo a las bases un programa revolucionario de transformación de la sociedad.