Desde las 9 de la mañana, las masas bolivarianas, llegadas de todos los rincones del país, fueron llenando la Plaza Caracas de franelas multicolores, aunque por supuesto predominaba la roja, con consignas que expresaban su apoyo al proceso revolucionario: “Soy socialista, si te acercas te contagio”, “Yo, voto 10 millones”, “Otro mundo es posible, pero socialista”, etc.
La intervención del presidente fue hacia las 2 de la tarde. La gente, mientras esperaba su llegada, gritaba consignas de apoyo a la revolución, escuchaba con bastante atención las intervenciones de los distintos dirigentes y posteriormente la rueda de prensa que dio Chávez a distintos medios y que se transmitió íntegra por TV. En los intermedios hubo tiempo para escuchar canciones populares y revolucionarias.
También aprovechaban el tiempo para acercarse a las pocas mesas políticas que se colocaron en la plaza. Era muy interesante debatir con los que se paraban en la mesa de la CMR y ver cómo, la mayoría con los que hablamos eran conscientes de la necesidad de que el proceso llegue hasta el final y erradique el capitalismo. Uno de los folletos que más se vendió fue el que analiza la experiencia de Nicaragua, así como la revista Marxismo Hoy nº 5 titulada Lecciones de Chile, y decían que en Venezuela debíamos aprender de lo que sucedió allí para que no suceda aquí lo mismo: que de la revolución se pase a la contrarrevolución.
Una vez Hugo Chávez acabó la rueda de prensa, se dirigió al estrado desde donde iba a hablar a las masas. La multitud estalló en aplausos, que arreciaron cuando se puso a bailar una canción de su tierra que tocaba el grupo musical en aquel momento.
El mitin se inició con el himno de Venezuela cantado por todos los asistentes. Chávez comenzó su discurso diciendo: “A partir de ahora se desata el huracán bolivariano. Llegó de nuevo la marea roja”. Se definió como “el candidato de la revolución y de la mayoría” y calificó a los candidatos de la oposición como “la derecha, la contrarrevolución y el imperialismo”.
Fue haciendo un balance de los logros conseguidos hasta ahora, sobre todo en educación, sanidad y demás, gracias a las misiones, pero avisó que todavía no podemos estar contentos pues tenemos “viejos males que nos aquejan, como la corrupción, el burocratismo y la inseguridad. A estos tres males los vamos a derrotar”, prometió. Explicó también cómo en estos siete años se ha avanzado en el proyecto político de una democracia popular, revolucionaria, participativa y protagónica. El ejemplo son los miles de consejos comunales que han surgido.
Recordó que él es el candidato de los que luchan por el socialismo del siglo XXI frente a los candidatos de la oposición que “representan la línea del capitalismo y el neoliberalismo impuestos por el gobierno imperialista de Estados Unidos”. Dijo que si éstos triunfan (lo que provocó grandes abucheos) no serán venezolanos los que gobiernen, sino los representantes del imperio. Chávez recordó la dificultad que tienen para ganar, pues las encuestas le dan un 70% frente a un 20% de la suma de los candidatos derechistas. Pero Chávez también avisó contra el exceso de confianza y dijo que es imprescindible no descuidarse, luchar por los 10 millones de votos y estar al tanto de una posible retirada de la oposición. “Si comienzan en octubre a decir que se retiran, se arrepentirán. No es una amenaza. El pueblo contraatacará a ese posible golpe, tal como hizo el 13 de abril y durante el paro petrolero”. El mitin concluyó con la gente coreando las consignas que se han hecho famosas en los últimos años como la de “uh, ah, Chávez no se va”, etc.
Como he dicho anteriormente, la única mesa con literatura marxista en Plaza Caracas era la de la Corriente Marxista Revolucionaria, donde además de El Militante, el periódico de la CMR, se podían encontrar libros, revistas y folletos, a la vez que se repartía un volante donde explicábamos cómo, profundizando la revolución mediante el control obrero, sería más fácil conseguir los diez millones de votos y posteriormente dar más pasos en la construcción del socialismo. Nuestro material tuvo una excelente acogida y se concretó en casi 450.000 Bs. para el desarrollo de las ideas marxistas.