En la noche de este viernes 08 de Enero, el Presidente Chávez anunció una serie de medidas económicas entre las que destaca la devaluación del bolívar fuerte frente al dólar americano y la implementación de un tipo de cambio dual, manteniendo el actual esquema de control cambiario. Con la economía venezolana cerrando un 2009 marcado por una caída del PIB del 2,9% junto a una inflación del 25,1%, la más alta de América Latina, está claro que el optimismo que intentó mostrar el gabinete económico, particularmente el Ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque, se tienen que enfrentar con la realidad concreta: La economía venezolana sigue siendo una economía capitalista y como tal está sujeta a los vaivenes del mercado mundial, mientras que por el otro lado, la implementación de políticas económicas meramente keynesianas han significado una acumulación y agudización de las contradicciones. Lo que urge implementar es una política económica genuinamente socialista que pase por la nacionalización bajo control obrero de la tierra, la banca y los grandes monopolios industriales para poder impulsar una planificación democrática de la economía en base a planes quinquenales.
El anuncio presidencial: Cambio dual a 2,60 y 4,30
En el marco del primer Consejo de Ministros de 2010 transmitido por la televisora estatal VTV, el presidente Chávez anunció la implementación de un nuevo esquema cambiario, con la devaluación de casi un 21% al cambio actual para pasar a BSF 2,60/$ para las importaciones de "rubros relacionados con alimentación, salud, importación de maquinarias y equipos para el desarrollo económico, ciencia y tecnología, librería y útiles escolares, importaciones del sector público, remesas familiares y estudiantes venezolanos que se encuentren en el exterior, consulados y embajadas acreditadas en territorio venezolano, pensiones y jubilaciones, y casos especiales", de acuerdo a lo reseñado por el propio portal de VTV. Adicionalmente habrá un nuevo tipo de cambio, con una devaluación del 100%, al pasar a BSF 4,30/$ para "sectores relacionados con la actividad automotriz, comercio, telecomunicaciones, químico, metalúrgico, informático, caucho y plástico, electrodoméstico, textil, eléctrico, servicios, construcción, electrónico, gráfico, tabacos y bebidas alcohólicas, entre otras", rubros que son aproximadamente el 55% de los autorizados por CADIVI.
El Ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque, declaró en una entrevista dada la misma noche en el programa Contragolpe que, de acuerdo a sus criterios, "El ajuste de la tasa cambiara y su tipificación en dos niveles, sientan la base para romper la vieja estructura de gobiernos de la Cuarta República donde devaluaban el bolívar para cubrir el gasto fiscal, a la vez que crea un nuevo orden económico para incentivar la producción nacional y evitar la dependencia de las importaciones". El problema al que se debe enfrentar el reiterado optimismo del ministro Rodríguez Araque es que la realidad es siempre concreta y a pesar de los buenos deseos e intenciones, el impacto económico de esta medida será un aumento importante de la inflación, que ya venía de ser la más alta del continente, mientras que las expectativas de impactar positivamente en el desarrollo del aparato productivo nacional quedan como meros deseos.
Más adelante, en la misma entrevista, Rodríguez Araque continuó diciendo que "Si hubiésemos dejado la libre fluctuación del bolívar se hubiesen encarecido extraordinariamente todas las importaciones, por ello se hizo una discriminación en los rubros esenciales como la salud, alimentación, maquinarias para otorgarlos a 2,6 Bs y otro donde incorporan sectores más amplios como automotriz, comercio, telecomunicaciones, químico, metalúrgico, informático, caucho y plástico, electrodoméstico, textil, eléctrico, servicios, construcción, electrónico, gráfico, tabaco y bebida, que le corresponderán a 4,30 Bs", agregando luego que "Con ellos se logrará crear nuevas áreas de exportación para alejarnos cada vez más de la dependencia petrolera y evitar la desestabilización que se vivió el año pasado por la susceptibilidad a los precios del barril". Jorge Giordani, Ministro de Planificación, también defendió las medidas en términos de que harían a la economía venezolana más competitiva al promover las exportaciones, de acuerdo a reseña la web de RNV. Giordani, presente en el I Congreso Extraordinario del PSUV, comentó en estos términos las medidas anunciadas.
El propio Presidente Chávez utilizó este lenguaje cuando realizó el anuncio: "Lo que queremos con estas medidas es estimular la política exportadora, que Venezuela sea un país que exporte y dejar de estar dependiendo exclusivamente del petróleo". Adicionalmente comentó que "En este mismo sentido, y como una acción para promover e incentivar el desarrollo de la economía nacional, el Presidente acotó que serán trasladados desde el Banco Central de Venezuela (BCV) al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) siete mil millones de dólares (...). Las reservas internacionales han sobrepasado el limite legal establecido y esos recursos extra serán redirigidos".
Se ha hablado de la creación de tres fondos especiales: uno para financiar exportaciones, otro para sustitución de las importaciones y un tercero para contingencias del sector eléctrico nacional. De acuerdo a lo reseñado por ABN, "El fondo de exportaciones estará dirigido a financiar proyectos de cooperativas y Pymes, para que la producción de estos, bien sea en el sector básico, medio o comercial pueda ser exportado con mayor facilidad, mientras que el destinado a sustituir importaciones beneficiará a aquellos productores que tengan la capacidad de fabricar bienes terminados como zapatos, aparatos electrónicos y demás enseres".
La cuestión fundamental es cómo será invertido este dinero, a pesar de las propuestas e intenciones que tenga el Gobierno Bolivariano. No sería la primera vez que, disfrazados de cooperativas, PYMES y demás, estos créditos para supuesto impulso de la producción nacional, signifiquen en la realidad que ingentes cantidades de dinero producto del sudor de los trabajadores y trabajadoras venezolanas termine en los bolsillos de la gran burguesía y de los grupos financieros. En el marco de una economía que sigue siendo capitalista, con un Estado que igualmente sigue siendo aún uno burgués, la cuestión está clara: el impacto positivo esperado por estas medidas será mucho menor, por no decir nulo, mientras los especuladores de divisas ya avizoran un cambio paralelo que llegue a BSF 15/$ a finales de la próxima semana.
La burocracia vinculada a la especulación cambiaria
No puede pasar desapercibido una nota publicada el propio viernes 08 de Enero en el diario Últimas Noticias titulada "Mercado venezolano plagado con rumores de inminente devaluación" donde se comenta que en los días previos se había estado suscitando cierto movimiento inusual en el mercado cambiario paralelo e incluso se señalaba que algún alto funcionario habría filtrado la noticia de la devaluación: "Operadores cambiarios y de deuda nacionales comentaron el viernes que los mercados estaban plagados de rumores sobre una inminente devaluación del bolívar, y una alta fuente del Gobierno dijo que había que estar 'alerta' a un mensaje del presidente Hugo Chávez en las próximas horas." Más adelante la nota señala que "La fuente del Gobierno dijo que el presidente Chávez haría un anuncio económico importante de algún tipo, desde un consejo de ministros planificado para las 17.00 hora local. Consultado sobre si sería de una devaluación, afirmó: 'Sí, claro hay que estar en alerta', pero declinó dar más detalles."
La nota igualmente hace referencia a un informe de un operador cambiario no identificado "El rally del mercado de permutas que ocurrió en el día de hoy desde 5,97 en la apertura hasta los niveles actuales de 6,15, ha sido principalmente motivado por expectativas del mercado financiero (no oficiales y no confirmadas) de una posible devaluación este fin de semana".
Viernes negro, inflación y recesión
Muchos analistas burgueses hablan ya de un nuevo "Viernes Negro", en referencia al viernes 18 de febrero de 1983, cuando durante la presidencia de Luis Herrera Campins se dio una importante devaluación del bolívar. "La devaluación era necesaria como una medida extrema, pero la verdad es que si se hubiese tomado hace cuatro años atrás, cuando comenzó la bonanza petrolera (...) si hubiésemos hecho las inversiones que eran necesarias hoy quizás no era necesaria", dijo el economista Gustavo Rojas en entrevista con el canal de noticias privado Globovisión. La agencia noticiosa Reuters también se ha dado banquete entrevistando a sus analistas burgueses quienes no perdieron oportunidad de señalar que "la devaluación anunciada por el Gobierno es una muestra de las erradas prácticas económicas del "gobierno revolucionario" que está por cumplir 11 años." Por otro lado, Camilo Pérez, jefe de economistas del Banco de Bogotá en Colombia dijo que "En el corto plazo, Chávez tendrá más bolívares para gastar pero la inflación subirá por esto".
En una nota publicada este domingo 10 de Enero por Últimas Noticias, el ex presidente del Banco Central de Venezuela, Domingo Maza Zavala, estimó que la inflación podría alcanzar 35% al final del año al tiempo que comentó que de acuerdo a su criterio la decisión de devaluar no ayudará en la sustitución de importaciones pues el sector productivo "no está en buenas condiciones", pues hay que recordar que éste viene en una dinámica de contracción y desmontaje en el sector privado iniciada en la década de 1980 y que se ha agudizado en los últimos 10 años. En la misma nota, el ex directivo del BCV José Guerra, consideró que el impacto inflacionario "va ser sustantivo". En una nota publicada por El Nacional este mismo día, el economista y director de Datanálisis, José Vicente León, indicó que "El retraso de esta medida siempre se atribuyó a sus costos políticos, pero resulta claro que la restricción presupuestaria y la diferencia sustancial entre un mercado oficial artificial y un mercado paralelo tan devaluado, en el que el Gobierno quemó cantidades impresionantes de divisas para controlarlo sin éxito, se hizo insostenible. Se vieron obligados a hacerlo"
Para Rodríguez Araque "el ajuste realizado sólo incidirá de un 3 a 5% en la inflación total sin embargo, hizo hincapié en que el tipo de cambio, no es el único factor que afecta la inflación sino que responde a un fenómeno más complejo que parte desde la estructura económica nacional", de acuerdo a lo reseñado por la Agencia Bolivariana de Noticias. Esta previsión de impacto en el índice de inflación hay que verla en el marco deque las previsiones hechas por el gabinete económico en materia inflacionaria para 2010 la coloca entre el 20 y 22%, con un crecimiento del PIB del 0,5%. Sin embargo, el economista Jesús Farías, militante del PSUV y ex viceministro del trabajo, comentaba en una entrevista publicada por el diario Últimas Noticias el pasado 29 de Diciembre, que en 2010 la inflación se ubicará entre 23% y 25% con un crecimiento del PIB entre 1,5% y 2%. Esta perspectiva la daba Farías antes del anuncio de devaluación y en la misma entrevista se reseña que "Reconoció que el control de cambio está sobrevaluado pues eso sucede en las economías petroleras; sin embargo, dijo que devaluar como una medida aislada 'sería una catástrofe, porque no hay necesidad de devaluar'."
Ni reír ni llorar sino comprender
El empirismo y la línea económica de los sectores reformistas más a la derecha se está imponiendo de momento, lo cual junto a los problemas que continúan sin resolver, y muy especialmente la crisis del sector eléctrico, podría suponer -si no se produce un cambio decisivo en estas políticas en los próximos meses- un retroceso electoral serio e incluso una derrota en las elecciones parlamentarias de fin de año y en general minar la confianza en la revolución entre sectores de las masas y permitirle a la burguesía y sus lacayos utilizar toda la demagogia y cinismo que les caracteriza para hacer presentar este panorama económico como el único que puede ofrecer el socialismo.
Sin embargo, al mismo tiempo entre amplios sectores de la vanguardia obrera y de las bases del PSUV crece la convicción de que es necesario organizarse para responder a esta ofensiva de los capitalistas. El Congreso Extraordinario de la UNT y el Congreso ideológico del PSUV están siendo un buen ejemplo de este ambiente de lucha que se está desarrollando entre los sectores más avanzados. Para que este ambiente crítico hacia los sectores reformistas y deseoso de combatir por completar la revolución no se disipe es necesario unificar a los sectores más a la izquierda del movimiento obrero y de la base del Partido y presentar al Presidente Chávez y al conjunto del movimiento bolivariano una propuesta de programa socialista que expropie a los capitalistas estatizando la banca y las principales empresas e instaure el monopolio estatal del comercio exterior. Sólo de este modo se podrá impedir que la crisis mundial del capitalismo siga golpeando a Venezuela, desarrollar una industria nacional estatal (ya que los empresarios privados han demostrado una y otra vez ser incapaces de hacerlo), acabar con la dependencia petrolera y planificar democráticamente la economía con el objetivo de resolver los problemas que sufren los trabajadores y el pueblo.
Como decía el filósofo Baruch Spinoza, "Ni reír ni llorar, comprender". La cuestión fundamental está en las relaciones de producción burguesas que aún marcan el carácter capitalista de nuestra economía. Inmersas así en esta dinámica, las medidas de intentar controlar por medio de la acción del Estado las deformaciones del mercado, en el esquema de una política económica keynesiana, lo que han implicado es la agudización de esas contradicciones. Esto a fin de cuentas ha venido a significar el tener que recurrir a medidas económicas netamente capitalistas, que muchos analistas bolivarianos han comparado con las terapias de choque neoliberal recetadas por el FMI, impulsadas por el sector reformista más a la derecha.
Ante la imposibilidad concreta de continuar el camino de su sueño de "socialismo petrolero", inspirado en gran parte por el mal llamado "socialismo de mercado" chino, el gabinete económico ha decidido, al menos por el momento, apostar por más capitalismo. Esto, además, en un año en el que tenemos por delante unas elecciones clave para la Revolución Bolivariana como lo son las elecciones parlamentarias de Setiembre 2010. Esto hace cada vez más urgente la construcción y consolidación de una Corriente Marxista Revolucionaria desde las bases del PSUV para impulsar una alternativa genuinamente socialista, para dar un giro en la política económica anunciada en líneas revolucionarias, avanzando hacia una economía nacionalizada y planificada democráticamente por los trabajadores, campesinos y demás sectores oprimidos de la sociedad y con el monopolio del comercio exterior por parte del Estado. Este es el único camino posible para frenar el cáncer de la inflación y la fuga de capitales, para el impulso de la producción en el país en todos los frentes (alimentos, construcción, manufactura, etc.) y todos los problemas que enfrentamos actualmente.