La decisión de la empresa MMC Automotriz de suspender actividades en su planta de Barcelona (Edo. Anzoátegui) ha generado gran preocupación no sólo en la ciudad y el estado sino en todo el país. Ayer martes, en horas de la tarde, la Inspectoría de Trabajo a nivel nacional (dependiente del Ministerio del Poder popular para el Trabajo y la Seguridad Social), a través del Inspector Carlos Millán, hacía llegar una resolución en la que exigía a la empresa la reapertura de las instalaciones y conminaba a ésta a empezar a discutir en el plazo de 48 horas con los trabajadores el pliego de reivindicaciones que estos habían presentado siguiendo todos los cauces legales. Además, en la resolución se califica la acción de la empresa como un "lock out". Un representante de la Inspectoría llegó a comparar la decisión actual de MMC con el paro patronal organizado en 2002 por los empresarios para intentar derribar al gobierno democráticamente elegido del Presidente Chávez.
Richard La Rosa, miembro de la Junta Directiva del sindicato SINGETRAM, nos explica que "hoy en la mañana los trabajadores de MMC hemos acudido a la empresa, como hacemos normalmente, a trabajar y esperando que ésta acatase el auto de la Inspectoría y abriese las puertas. Sin embargo, hasta el momento mantiene su actitud y sigue organizando este paro patronal contrario a los intereses de los trabajadores y del conjunto del pueblo venezolano". Richard resume la opinión de los trabajadores acerca de la medida de cierre anunciada el pasado lunes por la empresa: "El objetivo es intentar quebrar al sindicato, atacarnos a causa de la política de defensa de los trabajadores y defensa de la revolución bolivariana que estamos desarrollando. Pero no lo van a conseguir. La inmensa mayoría de los trabajadores apoyan al sindicato y estamos claros en la necesidad de seguir manteniéndonos firmes. La resolución de la Inspectoría ha sido vista también de una manera muy positiva. Mañana volveremos a concentrarnos ante las puertas de la empresa para exigir nuestro derecho a laborar y debatiremos las acciones a realizar si la parte patronal mantiene su actitud".
Los objetivos de la empresa
Como explicábamos en un anterior artículo, es evidente que la medida anunciada por la multinacional MMC busca, además de exigir nuevas divisas CADIVI para seguir llenándose los bolsillos a costillas del estado venezolano (como han hecho durante los últimos años), un objetivo fundamental: dar un golpe a la organización y la moral de los trabajadores organizados en el sindicato revolucionario SINGETRAM. Antes, durante y después de la toma de MMC la empresa ha intentado una y otra vez quebrar el poder de organización y movilización de los trabajadores. Han lanzado amenazas, calumnias y organizado una campaña intentando desprestigiar a un sindicato que ha logrado organizar a casi un 90% de la plantilla y que ha logrado avances fundamentales para la plantilla.
Esta campaña está siendo particularmente intensa durante los últimos días. La dirección de MMC , a través del periódico regional El Tiempo y otros medios de comunicación, ha organizado una virulenta ofensiva mediática intentando culpabilizar a los trabajadores y al sindicato de crear anarquía e indisciplina en el centro de trabajo y achacar a esta causa la supuesta falta de productividad de la misma y la necesidad del cierre. Sin embargo, las cifras que presenta la empresa y sus acusaciones son totalmente falsas. Una calumnia con la que intentar justificar sus prácticas de saboteo económico.
Desde distintos sectores se ha denunciado una y otra vez los manejos de esta y otrsa empresas del sector respecto a las divisas CADIVI. Como hacen otras empresas, MMC pide divisas a dólares oficiales para supuestamente importar diversos componentes y con el compromiso de ensamblar y producir el producto final en Venezuela pero en la práctica se traen carros enteros de Colombia que luego son vendidos muy por encima de su valor en Venezuela. Este negocio, que representa millones de bolivares fuertes de beneficio para la empresa, es la principal causa de que no desarrolle más la producción de carros en el país. Ahora, con la suspensión de las importaciones procedentes de Colombia, MMC pierde buena parte de este negocio.
Los empresarios venezolanos quieren dar una lección al conjunto del movimiento obrero
Por eso han decidido anunciar el cierre justamente ahora. Además de utilizar las reivindicaciones de los trabajadores como excusa, su objetivo -al mismo tiempo que intentar forzar nuevas concesiones financieras por parte del gobierno (mas divisas, algun tipo de acuerdo que les permita seguir importando carros, etc)- es como hemos explicado infligir un golpe contra la organización de los trabajadores e intentar romper o al menos debilitar de forma importante la fuerza y prestigio de un sindicato que hasta el momento ha logrado frenar todos sus planes para introducir la tercerización en la industria, despedir trabajadores, etc. El mismo martes la principal organización empresarial venezolana, Fedecámaras, a través de su presidente, se refería a la situación de Mitsubishi lanzando un fuerte ataque contra el sindicato y en general contra los sindicatos revolucionarios que "politizan" los conflictos laborales. Esto demuestra las intenciones no sólo de MMC Automotriz sino del conjunto de los empresarios de intentar utilizar la crisis económica y el cierre de empresas tanto para sabotear la revolución como para intentar atacar a los sectores más conscientes, organizados y comprometidos con ésta del movimiento obrero.
Ante estos hechos, el Gobierno Bolivariano debe actuar con firmeza.No puede mantener una posición equidistante y llamar a ambas partes a rectificar, como si el cierre de la empresa lo hubiesen hecho los trabajadores. Como reconoce la propia resolución del Ministerio de Trabajo los trabajadores de MMC han presentado toda una serie de reivindicaciones legítimas sobre seguridad en el trabajo, acuerdos anteriores incumplidos, etc y los han hecho siguiendo todos los cauces legales y ante los organismos correspondientes: Inspectoria del Trabajo, IMPSASEL, etc. Frente a esto, como también plantea la resolución de la Inspectoría, la empresa ha reaccionado con un lock out patronal absolutamente inaceptable y que pone en cuestión el futuro de miles de puestos de trabajo (entre los 1.400 directos y los inducidos) y golpea de manera importante la economía nacional.
Desde la CMR defendemos que el Gobierno Bolivariano debe intervenir MMC y expropiarla como primer paso hacia la creación de una empresa estatal automotriz que impida que los capitalistas sigan saboteando la producción nacional y haciendo marramucias como la de utilizar las divisisas autorizadas para importaciones para fines diferentes de los justificados. Una empresa estatal automotriz bajo control de los trabajadores y las comunidades podría acometer necesidades como la de producir tractores para la agricultura, renovar la obsoleta e insuficiente flota de gandolas y autobuses y terminar con la dependencia del exterior para la producción tanto de todos estos vehículos como de los propios automóviles desarrollando la producción de endógena, garantizando la defensa de los miles de puestos d etrabajo que hoy genera el sector y creando nuevos miles de empleos.
Los trabajadores de MMC han llamado a organizar una asamblea de trabajadores de MMC junto a trabajadores de otras empresas, comunidades, sindicatos clasistas y Consejos Comunales de todo el estado Anzoategui, patrullas y batallones socialistas, frente de trabajadores del PSUV, para discutir la situación creada por el cierre de MMC, que se suma a los cierres en meses anteriores de Vivex y otras empresas más pequeñas que amenazan el futuro de la industria en Barcelona y en todo Anzoátegui. Este es el primer paso para derrotar los planes de los capitalistas. Esta no es una lucha sólo de los trabajadores de MMC sino que debe ser una lucha del conjunto de la clase obrera, los sectores populares y el movimiento revolucionario del Estado Anzoátegui. Esa Asamblea debe discutir y aprobar un plan de lucha para defender el conjunto de los puestos de trabajo y garantizar el desarrollo industrial de la región y los derechos de los trabajadores.
Estos cínicos golpistas, conocidos por sus constantes ataques políticos contra el Gobierno del Presidente Chávez, acusan a los sindicatos revolucionarios como en este caso SINGETRAM de "políticos" y "radicales" por defender el proceso revolucionario bolivariano y estar comprometidos con los objetivos del mismo pero ellos son los que llevan adelante una campaña constante con unos objetivos políticos muy definidos: quebrar al movimiento obrero e intentar que las masas obreras y populares pierdan la fe en la revolución para intentar salir cuanto antes de Chávez y del proceso revolucionario. El único modo de impedir que sus planes tengan éxito es con una política revolucionaria que dé respuesta a los problemas de los trabajadores y los sectores piopulares. Una intervención contundente del gobierno expropiando MMC bajo control obrero tendría un efecto similar al de la nacionalización de SIDOR. Inyectaría entusiasmo al conjunto del movimiento revolucionario y se contagiaría a todo el movimiento obrero y en particular a los trabajadores del sector automotriz frenando la destrucción de empleo y cierres de empresas que están llevando los empresarios. !Todos los activistas del PSUV, del movimiento revolucionario y de los sindicatos clasistas debemos apoyar la lucha de los trabajadores de MMC, Vivex y del conjunto del movimiento revolucionario en Anzoátegui!
!No al cierre de MMC!