Compañera trabajadora, compañera académica, compañera estudiante:
Las mujeres de esta comunidad universitaria no podemos dejar que pase de largo la situación de inseguridad tan lamentable a la que nos enfrentamos todos los días. Quienes llegamos a esta Universidad alrededor de las 6 de la mañana, pero también quienes salimos de ella pasadas las 9 de la noche, entendemos que tendríamos que dejar de mirarnos como sectores aislados y empezar a trabajar unidas y organizadas por una Universidad en la que podamos transitar sin miedo a que nos acosen, nos discriminen, nos agredan o nos maten.
Quienes hemos hecho de esta Universidad nuestra casa más que nuestro lugar de trabajo o nuestra escuela, tendremos que asumir la enorme responsabilidad de organizarnos, pero no más por sectores aislados, porque hoy, las luchas que hemos dado separadas no nos ayudan para encontrar respuestas prontas y claras a los terribles acontecimientos que hemos vivido desde hace algunos meses. La muerte de la compañera Lesvy, nos reafirmó que “si tocan a una, nos tocan a todas” y nos permitió recuperar la movilización. Sin embargo, no es la primer muerte a la que esta Rectoría, representada por el Dr. Enrique, no tiene respuesta, en los últimos meses del año pasado, los trabajadores de la facultad de Química recibíamos con profunda pena la noticia del fallecimiento del compañero Jaime, quien muriera a pocos metros de donde lo hizo Lesvy. Hoy, de la pena pasamos al enojo y pasaremos indudablemente a la acción si el Dr. Graue tampoco nos da una respuesta fundamentada y clara a una muerte más, Víctor Orihuela tampoco debe ni puede quedar en el olvido.
Compañeras, las diferentes manifestaciones de la comunidad han pasado de largo por la Rectoría y nos dejan un sentimiento de indefensión. Ahora, el Rector da un comunicado en este momento diciendo que dos bandas de narcomenudeo se disputan el territorio universitario ¿Es acaso esa la razón de las muertes? Porque habría que cuestionar a Rectoría y todas las autoridades que si tiene conocimiento claro de esta situación, ¿Por qué razón no ha hecho nada? ¿Por qué razón sigue permitiendo que pase? ¿Por qué razón las cámaras de seguridad se utilizan para vigilar y controlar y en muchas dependencias de la UNAM no están enfocadas a los puntos ciegos o de riesgo, que cada dependencia conoce perfectamente, sino, al contrario, toman claramente los relojes checadores de los trabajadores? (no está por demás decir que las cámaras no son manejadas por los compañeros vigilantes).
Será acaso la excusa que busca el gobierno en complicidad con el Rector para romper con la Autonomía tan codiciada, para permitir la entrada de la policía y para que detrás de la intromisión de la policía entre la privatización de Ciudad Universitaria y con ello seamos todas y todos violentados una vez más en los derechos humanos básicos a una educación pública, gratuita y de calidad y el derecho a un trabajo digno.
La lucha contra la violencia que sufrimos las mujeres es la lucha contra la violencia que hay en toda la sociedad, machismo, drogadicción, robos, etc. y que siempre pagamos las mujeres, los trabajadores y la juventud. Necesitamos organización y lucha en un proyecto de unidad e inclusión donde estemos representadas todas y todos, donde podamos hacer de nuestros vigilantes, compañeros mejor capacitados para atender las emergencias que se presentan en el día a día y no sean grupos de control que en el mejor de los casos, traen radio comunicador, defendiendo una Universidad libre de violencia contra las mujeres y libre de todas las lacras que afectan la lucha de los trabajadores y la juventud por un futuro digno y una sociedad diferente.