El cierre de turnos vespertinos en la educación básica es un verdadero crimen para la infancia y la juventud pertenecientes a familias trabajadoras, cuya única alternativa de estudio son las escuelas públicas. Por otro lado, es una muestra más de que la reforma educativa no beneficia ni a la educación ni a los profesores y por supuesto, tampoco a la sociedad mexicana.
Esta medida se viene realizando desde hace más de 10 años, sin embargo, en este último período se ha profundizado con el argumento de implementar las escuelas de jornada ampliada, como parte del tan sonado nuevo modelo educativo, el cual es más una propaganda mediática, que una medida para asegurar la calidad de la educación pública. Un elemento fundamental tanto del pasado como del nuevo modelo educativo es garantizar escuelas para todos los alumnos y alumnas y tener escuelas abiertas en todo momento (según el calendario escolar), para que se cumpla con la obligatoriedad de la educación básica. Sin embargo, el cierre de turnos vespertinos va totalmente en contra de este planteamiento.
Es importante mencionar que la aprobación de gran parte de las medidas que implica dicho Nuevo Modelo se están llevando a cabo de forma totalmente burocrática, sin consultar de forma real a todos los maestros y padres de familia, sino cooptando a algunos profesores mediante engaños y presiones de todo tipo o lo que es peor falsificando firmas para demostrar que la comunidad está de acuerdo con el cierre del turno. Esto demuestra lo punitiva que es la reforma, pero además el tipo de corrupción que se maneja entre las autoridades de la SEP, empezando por Aurelio Nuño.
¿Por qué perjudica el cierre de turnos vespertinos?
En primera instancia, porque cierra la posibilidad de estudio a miles de jóvenes que en otro horario les sería imposible acceder a la educación. Esto sin lugar a dudas se relaciona con la situación económica y social que vive nuestro país, lo cual obliga a miles de niños y adolescentes a tener que trabajar para ayudar con el sustento de sus familias e incluso para mantener sus estudios. Cada vez es más común ver a niños uniformados en horarios matutinos vendiendo productos en el metro, y terminando su jornada laboral acuden a sus escuelas.
Para las familias que son comerciantes y tiene que empezar sus jornadas desde muy temprano, el turno vespertino se convierte en la única opción de poder llevar a sus hijos a la escuela sin que afecte la actividad que les permite obtener recursos económicos. Así hay un sinfín de actividades laborales en las que participan los jóvenes, por lo cual no podrían acudir al turno matutino.
Un elemento muy importante, y que a las autoridades de la SEP no les importa en lo más mínimo, es la dificultad por la que pasa una familia cuando tiene menores con capacidades diferentes o padecen alguna enfermedad que requiera un seguimiento médico constante. Tiene que padecer las complicaciones a las cuales los someten los deficientes servicios de salud, ya que las terapias o servicios médicos que requieren se les brindan sólo por las mañanas, por lo que el turno vespertino se convierte en la única opción para estudiar.
Con todo esto no es sólo el alumno el que resulta afectado sino también los padres de familia que tienen que hacer miles de maniobras, sumado a la ya de por si complicada vida a la que nos orilla el capitalismo para que nuestros hijos acudan a las escuelas.
Aunado a ello el otro sector que resulta muy dañado son los profesores que cubren estos turnos, ya que miles se quedarían sin trabajo (al perder su interinato). Esto se corresponde con toda una serie de medidas que se establecen en la punitiva reforma educativa como es la evaluación y el empeoramiento en las condiciones laborales del magisterio.
Es importante resaltar que también afecta a los alumnos de los turnos matutinos, ya que los miles de niños y jóvenes que estaban en los turnos vespertinos ahora se pasarán a la mañana, lo que generará grupos muy saturados, con 50 alumnos o más, situación que más que favorecer la calidad de la educación la empeora.
¿La jornada ampliada es la solución?
Las escuelas de jornada ampliada o de tiempo completo, podrían ser, una medida adecuada para los casos de madres trabajadoras, donde papá y mamá trabajan o madres solteras, que requieran de un mayor tiempo para el cuidado de sus hijos; siempre y cuando, y en primera instancia, esto no se contraponga con la existencia de turnos vespertinos y que estas escuelas cuenten con los recursos, infraestructura y programas académicos adecuados a las necesidades de los estudiantes. Sin embargo, con la reforma educativa está pasando todo lo contrario.
La jornada ampliada se implementa con el fin de que el gobierno federal reduzca los presupuestos a la educación pública encaminándola a la privatización. Existen muchos ejemplos que demuestran esto, como lo es la autonomía de gestión, en las que los gastos de mantenimiento de las escuelas correrán a cargo de los padres de familia; o escuelas al 100 en el que se otorga la firma de contratos de infraestructura, con lo que el estado les da a particulares o empresas privadas la concesión para el arreglo de las escuelas.
Las jornadas ampliadas se están llevando a cabo sin recursos, sin la infraestructura adecuada; por ejemplo, no hay comedores con comida saludable para los alumnos, lo que orilla a los jóvenes a consumir únicamente comida chatarra, afectando su salud. Comida chatarra que será en todo caso ofrecida por empresas privadas asegurándoles un mercado, a costa de la salud de nuestros niños y jóvenes, todo esto implementado a través de los contratos de infraestructura del programa “Escuelas al 100”, en el que el gobierno se desentenderá de sus obligaciones con la educación pública.
Además, resulta totalmente antipedagógico tener a niños nueve horas dentro de las aulas, ya que aumentan los problemas de indisciplina, más aún cuando no se cuenta con un programa curricular adaptado a una jornada tan amplia. Los países que tienen la mayor calidad de la educación, tiene horarios de entre 4 y 6 horas de clase. Por otro lado, las jornadas ampliadas conjugadas con la desaparición de turnos vespertinos generarán mayor hacinamiento en las aulas, afectando de forma directa el aprendizaje de los alumnos y sometiendo a los profesores a una mayor explotación y estrés, porque no se contratarán más profesores, sino que a los que están se les aumentarán sus jornadas laborales. Esto se suma a que estos profesores no cuentan ni con los espacios, ni con los materiales para llevar a cabo sus actividades, que de entrada no están bien diseñadas.
La CNTE ha demostrado que la lucha si sirve.
¿Podemos evitar el cierre de turnos vespertinos?
Por supuesto que sí, y no solamente eso, podemos derrotar la reforma educativa, sólo a condición de mantenernos organizados y fortaleciendo la lucha en las calles, tenemos que profundizar la unidad entre los profesores padres de familia y estudiantes.
La CNTE ha demostrado que la lucha sí sirve, que la movilización, las marchas, las tomas de carreteras y demás métodos que se han utilizado sí son eficientes, aunque a veces no se vean resultados de forma inmediata. Si hay una reforma de Peña Nieto que no ha podido pasar, por la gran oposición que hay, ha sido la educativa, ya que no se ha implementado en su totalidad, y uno de los puntos nodales de ésta, que es la evaluación docente ha sido un rotundo fracaso. Esto es resultado del gran nivel de combatividad que ha mantenido la Coordinadora, utilizando los métodos mencionados anteriormente.
Lo anterior demuestra que sí es posible evitar el cierre de turnos vespertinos, pero elevando el nivel de organización, sumando a más gente a la lucha y profundizando la unidad entre los maestros, los padres de familia y los alumnos, generando que esta lucha no sea sólo de unos cuantos, sino que sean luchas del conjunto de la sociedad. Por ello es importante hacer brigadas informativas en las colonias donde se encuentren escuelas en las que se quiera cerrar el turno vespertino, haciendo un llamado a los alumnos y padres de familia de los turnos matutinos que se sumen a la lucha y concientizando que a ellos también les afecta, explicando que no es sólo la cuestión de los turnos, sino de la implementación de una reforma que quiere hacer de la educación un negocio y que pretende cerrar las puertas de este derecho a miles de niños y jóvenes de menores recursos.
Desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria nos hemos sumado a la lucha contra el cierre de turnos vespertinos, así como al derrocamiento de la reforma educativa, convocando a reuniones con los padres de familia, difundiendo la propaganda y próximamente con medidas más contundentes. Pero aún necesitamos fortalecer la coordinación entre las secciones IX, X y XI y que estas hagan un llamado a una fuerte movilización para que en el siguiente ciclo escolar se mantengan los dos turnos, asimismo hacemos un llamado a la unidad entre maestros, padres de familia y alumnos para demostrar que la gran mayoría no estamos de acuerdo con este tipo de medidas que benefician solamente a los sectores empresariales.
¡Maestro, alumno, padre o madre, Únete a la lucha!
¡No al cierre de turnos vespertinos!
¡Por el mejoramiento real de las escuelas con el presupuesto federal y no con dinero de los padres o de empresas privadas!
¡Por el derrocamiento de la reforma educativa!