El pasado 20 de julio llegamos a un punto de quiebre en la inseguridad de la Ciudad de México, la entrada de fuerzas armadas para controlar a un grupo de la delincuencia organizada. Varias conjeturas se han hecho al respecto: tendrá un fondo electoral, será el inicio de la militarización de la Ciudad de México o incluso es una forma de controlar a los grupos de autodefensas, todas o varias de estas conjeturas pueden ser los hilos que movilizaron a más de mil elementos de seguridad y a la Marina, con el saldo de 8 muertos, más de 20 detenidos, narcobloqueos, pánico, suspensión de clases y un clima de inseguridad y miedo, prácticamente un estado de sitio por dos días. Sin embargo, lo más cruento de esta confrontación está recayendo en los miles de trabajadores y jóvenes que viven en esta región.
Hartazgo frente a inseguridad
Los índices de criminalidad para este 2017 son los más altos que han existido en el país y no se ha hecho sentir menos en la Ciudad de México, cada día abundan las notas rojas sobre homicidios, feminicidios, robos, asaltos, abusos contra menores, etc. La población estamos hartos de este ambiente de inseguridad en el que vivimos, recrudecido desde el plan Mérida, que aspiraba acabar con la delincuencia con armas y adiestramiento norteamericano, pero que solo ha derivado en fortalecimiento de los grupos criminales.
Ante esta evidente incapacidad y frivolidad del gobierno frente a la inseguridad, no han dejado otra opción a la población que la autorganización. Es decir la toma de las armas para defensa propia y de su comunidad, así tenemos policías comunitarias y grupos de autodefensas, distribuidos por todo el país, los Mireles y las Nestoras han intentado hacer lo que el narco-gobierno está incapacitado porque no le es ajeno. Tláhuac no es la excepción, de los siete pueblos que la componen, en 5 existen grupos de autodefensa, algunos de ellos con más de 500 miembros, organizados desde el 2014 por lo menos. Perseguidos y amenazados por el narco, pero también por el gobierno.
Los grupos de autodefensa representan un enorme peligro para el gobierno, como explica Trotsky, “esta es una forma en la que la clase obrera aprende a despreciar profundamente y a destruir por la violencia la legalidad”, de la lucha armada por defender su integridad y la de sus comunidades, a la lucha armada contra el sistema, hay un paso, un ejemplo es Cherán. La burguesía y su narco-gobierno están seriamente preocupados, por ello el operativo contra “el ojos” en Tláhuac va de la mano con la amenaza a las autodefensas.
El narco avanza en la Ciudad de México y las autodefensas también
¿A quién le temerá más el gobierno? En Tláhuac las autodefensas son las más numerosas y las más organizadas (Reporte Índigo, 2014), se pueden ver mantas con advertencia a los delincuentes por doquier, pero no es la única delegación en donde existen, Cuajimalpa es otro ejemplo, en Tlalpan ha habido varios intentos de construir frentes vecinales, varios de ellos desarticulados por las autoridades.
El 20 de marzo de 2015 aparece esto en La Crónica: “Nosotros somos los creadores y lo seguimos haciendo, porque como vecinos si no nos organizamos seremos más vulnerables. No tenemos armas de fuego, pero si palos y piedras y hasta con mano limpia. Nos organizamos con silbatos, llevamos haciendo eso ya como cuatro años”, señaló Flor de María.
Parece que la única alternativa que el gobierno está dejando es la autorganización de grupos independientes de autodefensas, sin embargo estas ahora no sólo tienen que enfrentarse a los delincuentes sin traje, sino también al gobierno, y por lo que parece haber comenzado también a su brazo armado, en este caso la Marina (y ¿porque no al ejercito?).
El posible intento de comenzar la militarización de la Ciudad de México, como ya la podemos ver consumada en otros estados, no tiene nada que ver con la lucha contra el narco, y está más cercana a la política de crear un ambiente de terror, de guerra y persecución, una forma de intentar garantizar la estabilidad política, que se ha perdido hace mucho, por la fuerza del puño, pero queda pendiente aún la palabra del pueblo organizado.
El Estado mexicano está comenzando a alistar todas sus armas rumbo al 2018, de igual manera los trabajadores y estudiantes debemos alistarnos, pero no para una lucha en sus cómodos terrenos electoreros, sino en las calles, por medio de la movilización la autorganización y la autodefensa.
Tláhuac se ha cimbrado por esta intervención armada, en donde el gobierno ha mostrado su hipocresía vil, el gobierno ha lanzado una amenaza contra las autodefensas, el crimen ha respondido dando un golpe en la mesa de negociación, el gobierno amenaza con la militarización y la Ciudad día con día es inundada con manifestaciones de toda índole, la organización de la fuerzas revolucionarias es cada vez más apremiante.