El sector salud se manifiesta
De manera paralela a la Reforma Educativa el gobierno ha llevado adelante una silenciosa reforma al sector salud con consecuencias totalmente nefastas para los usuarios y para los trabajadores del sistema de salud público. Particularmente a los médicos se les ha colocado como los responsables de la falta de presupuesto, infraestructura y personal suficiente para brindar una atención de calidad a los pacientes. Hace dos años una oleada de indignación por la criminalización de los médicos derivó en la conformación del movimiento #YoSoyMédico17, en alusión al cese de 16 médicos de Jalisco acusados de negligencia.
Este movimiento que ha enfrentado una dura persecución por parte de autoridades y dirigentes charros del sindicato, convocó a movilizaciones este miércoles 23 de junio que en algunos casos se unificaron con la CNTE, estudiantes, campesinos y otros sectores en lucha. Tal fue el caso de las movilizaciones más grandes que fueron en la capital del país y en la capital de Chiapas con dos mil y cinco mil asistentes aproximadamente.
La fuerza de este movimiento no se reflejó tanto en el número de asistentes a las marchas que en muchos casos fueron de decenas y cientos de personas, sino en su extensión y ubicación a nivel nacional, pues abarcaron 82 ciudades; muchas de ellas ciudades del norte donde históricamente la protesta social ha sido extremadamente marginal por el clima dictatorial y de violencia que impone el estado, la burocracia sindical, el ejército y el narcotráfico. Hubo protestas en Baja California, Sinaloa, Durango y Tamaulipas. La entrada de un nuevo sector a la lucha, protagonizando paros parciales, de brazos caídos y una importante campaña de propaganda y denuncia, con un marcado carácter político y de clase, ha dado un nuevo impulso a la lucha magisterial.
La juventud universitaria se reagrupa
La agitación entre los jóvenes también se incrementó. En la Ciudad de México el lunes 20 se realizaron asambleas con cientos de estudiantes en la UAM, tercera universidad más grande de la capital, declarándose la huelga en tres de sus cuatro planteles, durante 24 y 72 horas.
En la UNAM a pesar de que las clases han concluido desde hace una semana, el martes 21 se reunió una asamblea de más de mil estudiantes, donde también hubo representantes del IPN y UACM, los cuales en un ambiente de mucha combatividad adoptaron un plan de acción para extender la lucha magisterial a otros sectores, incluyendo al sindicato de trabajadores de la UNAM al cual llamaron a iniciar el paro en solidaridad con la CNTE.
En la Universidad de Oaxaca se ha vuelto a poner en funcionamiento Radio Universidad como un elemento de debate y difusión de la lucha. Esta radio controlada por estudiantes se ha ganado un lugar especial entre el movimiento por el papel tan destacado que jugó en las jornadas del 2006 de la APPO.
Las protestas en pueblos del sur y ciudades del norte
Un aspecto clave de las manifestaciones posteriores a la represión en Nochixtlan, han sido sus repercusiones en Monterrey, la ciudad más importante del norte del país, donde se realizó una manifestación histórica de seis mil profesores el miércoles 22. Aunque el nivel de agitación es bastante inicial comparado con el que existe en el Sur del país, ello representa un paso al frente muy importante pues la “pax” en la región norte es un elemento históricamente clave para la estabilidad del régimen. De igual manera en el puente fronterizo de Tijuana con Estados Unidos se realizó un mitin que tomó el control parcial de la caseta de cobro durante una hora. La no intervención de la policía contra estas manifestaciones es una muestra inequívoca del temor a que la represión anime la extensión del movimiento.
En el Sur, las repercusiones de la represión en Nochixtlán, Oaxaca, derivaron en una manifestación el lunes 20 de unos 50 mil profesores de la CNTE, campesinos y organizaciones sociales en la capital de ese estado. Por otro lado, en pueblos de Oaxaca que son pequeños y aislados la agitación está creciendo de manera muy considerable, tal cual ha ocurrido en las semanas pasadas en Chiapas. El escenario general es de profunda inestabilidad y de un potencial de lucha mayor. Esta es la razón por la cual el gobierno se ha visto obligado a establecer una mesa de negociación que negó durante meses.
¡Unidad para extender la huelga!
Es clave continuar extendiendo el movimiento y la huelga a otros sectores, pero de una manera coordinada y unificada. No cabe duda que el gobierno apostará por desactivar a cada uno de los sectores en lucha, resolviendo parcialmente o prometiendo respuestas; al mismo tiempo que a unos ofrece un trato “amable” y a otros los confronta con la represión. El gobierno teme profundamente la unidad del movimiento.
En todas las coyunturas anteriores el gobierno ha puesto toda su energía en aislar las luchas, únicamente así fue como lograron desarticular al movimiento de las autodefensas de Michoacán, encabezadas por el Dr. Mireles. La misma táctica han aplicado al movimiento estudiantil del IPN, al cual se han esforzado en confundir “para que no se politice” y en su momento no se unificara con el movimiento por Ayotzinapa y ahora con la CNTE. Se equivocan quienes desde la izquierda, pretextando las diferencias que existen entre las distintas organizaciones y movimientos de la izquierda: partidos, sindicatos, organizaciones campesinas o estudiantiles, defienden las acciones dispersas.
Particularmente entre algunos activistas se encuentra el debate de si es válida la unidad en la acción entre Morena (un partido político de izquierda) y la CNTE (un sindicato con una tradición combativa), argumentando que la dirección de Morena no es una dirección que defienda la transformación revolucionaria de la sociedad sino su cambio por medio de reformas a partir de la vía electoral. Lo que se pierde de vista es que la unidad en la acción de la izquierda para luchar contra el ataque a los derechos sociales, no implica el abandono de ninguna posición ideológica o estratégica sino la suma de fuerzas para derrotar a un enemigo en común. Dividiendo al movimiento no se logra hacer avanzar ninguna posición revolucionaria ni tampoco se obstaculiza el desarrollo de ninguna posición inconsecuente sino que se le permite a la derecha capear el temporal para que retome el control de la situación y a la postre emprenda una nueva ofensiva. Todas las organizaciones de izquierda (Sindicatos, Morena, EZLN, etcétera) tienen la obligación de movilizarse seriamente y extender la huelga en defensa de la CNTE, contra la Reforma Educativa y por la libertad de los presos políticos. ¡No valen los discursos radicales, es preciso pasar a la acción! Es necesario establecer una coordinación entre todos los frentes para alcanzar contundentemente estos objetivos. El movimiento va a la ofensiva, es necesario reforzarla.